Sorprendete siempre de que estás viva

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Esta nota —la primera de las que publicaremos acerca de la práctica de la poesía en bibliotecas populares, escuelas, cárceles, hospitales y otras instituciones de la Argentina— refiere la experiencia de la autora como coordinadora del taller literario para mujeres adolescentes en un centro socieducativo de Córdoba, donde se gestó el libro
Sumergirme por última vez
.*

Por Paulina Cruzeño

Están encerradas pero es un dispositivo abierto/ Por más que cumplan 16 se quedan ahí a cumplir el proceso legal/ No se llama condena se llama proceso legal/ Están acá por delitos de seducción/ con las hormonas a full y encerradas/ Hicieron un libro pero no lo encuentran/ Flor quiere escribir cosas que le pasan a ella/ Las chicas no pueden tener reloj acá adentro, tienen que ir a ver si ya es la hora del castigo, sino se le suman las horas/ Ayer hubo un motín/ Julia corta la punta de lápiz y se la guarda para escribir en la celda.

Tu promesa de amor

Love la pasión no muere sin dejar de ser- una chica bien
……………………………………………………………….– la soñada
……………………………………………………………….– la líder
……………………………………………………………….– la popular
En las nubes
Tu promesa is love
Estrellitas de rock
Mis alegrías
Vamos a rockear
Corazón
Me robo su corazón
I love

(Eliana Caballero)

*
Las palabras son siempre una marca. O más de una. Muestran y ocultan al mismo tiempo. Ahí radica su furia y su potencia. O su poder opresor y represivo.
Las chicas en ronda, tan jóvenes, casi niñas, tan pobres, tan solas. Miran los libros, se ríen despacito, arrugan el ceño queriendo entrar en cada verso, haciendo fuerza con los ojos, vaya a saber una por qué. Leen en voz alta, las que saben leer.
Escriben en unos cuadernos tapa naranja Gloria, que nosotras les alcanzamos. Sólo por un rato pueden tener lapiceras o lápices y hojas. De todo han sido despojadas, de todo lo vital y necesario para vivir en condiciones dignas. Han sido despojadas de su juventud, de su necesidad de afecto y cuidado, de su familia, de su escuela, de su grupo de amigos, de su necesidad de marca y abrazo.
Escriben sus nombres en los márgenes con distintas letras. El de sus madres, hermanos, sus novios y sus compañeras de celda.
Ellas traen una poética invisible, esa poética  que es siempre lo previo al encierro: el saber previo, sus paisajes y colores previos, sus ritmos diarios, su ropa y su lenguaje, su baile, su modo de estar en el mundo. La desigualdad en la repartida de las cartas, que asoma en cada gesto, en los breteles del corpiño, en las uñas de sus manos, sus tatuajes y otras marcas que el cuerpo porta. Una poética como una caja de herramientas.

Ella está sola

Ella a veces llora cuando está sola
no tiene a nadie que la acompañe
que esté con ella
Ella necesita despeinarse
porque le pican los piojos
Ella quiere trabajar
para tener plata
así no tiene que salir a robar
A ella le gusta mucho fumar cigarrillos
Ella se siente triste porque está encerrada
y no puede salir
Donde está encerrada no tiene salida
Ella quisiera tener a su hija
y nada más

(Julieta Agüero)

*

Ella alimenta a sus hijos y a sus gatos

Ella trabaja sin descanso. Ella está sola.

Ella por las noches ora por su nieta. Para que esté bien y que pueda salir del encierro y del dolor.

Ella tiene el pelo largo y blanco.

Ella nunca anda enferma

Siempre y cuando su familia está bien. Me gustaría regalarle un lavarropas para que no lave a mano. Y un beso y un abrazo. Y le diría que la amo y que no se qué haría si ella no está y que me perdone por hacerla renegar.

(Jimena Torres)

*
Las palabras son una marca –transformación que hacemos al escribir– y una vez por semana, dos horas, la poesía permite la experiencia vital de compartir ese tiempo, entrar en contacto con lo que cada una puede reflotar para continuar. Creo que nunca fue tan pretencioso  este trabajo de escribir poemas. Y por momentos, parece inútil.
Alrededor de un agujero, que a veces es una ronda y otras una mesa, las chicas sólo hablan del dolor, de extrañar, de su familia, de salir en libertad y volver a su casa:

Solo tres chicas en el medio de la soledad con mucha esperanza de su libertad y la de ver ah su familia y poder volver al tiempo atrás para poder recuperar esos momentos lindos y esas lágrimas con mucha angustia de tan solo saber que quería quitarme la vida y no poder seguir más la tristeza es una parte de los seres humanos más débil y la voluntad está en uno sin tan solo yo diría no puedo más todos haríamos lo mismo en la vida hay dos caminos y tenés que saber cual es el correcto para que el paso se vuelva en el presente. Gritar y poder decirle al mundo porque todo ah mi y poder escapar de todo lo malo y no perder ah lo que vos amás por tus pecados sin tan solo por un amor perder el conocimiento de las cosas y esas lágrimas que caen por tus mejillas de dolor y bronca al pensar y recordar esos momentos que son inolvidables.

(Mayra Ahumada)

*
En la parte delantera del edificio está la escuela. Ellas van por la mañana y luego vuelven al Centro Socioeducativo, que es una cárcel para jóvenes menores mujeres, con otro nombre. Una cárcel tiene celdas. Una cárcel tiene celdas de castigo y aislamiento. Una cárcel tiene  horarios marcados y estrictos.
Entrar y salir de la cárcel a la escuela implica dos requisas violentas. Ellas nos pidieron que nosotras ingresáramos a la cárcel para evitar dos requisas más y es por eso que el taller de escritura del Caj es adentro de la cárcel y no adentro de la escuela.

Porque no

¿Pueden dejar las fibras?
No, porque dañan la institución después las retan a ellas
¿pueden dejar las lapiceras?
No, porque rayan la institución después las retan a ellas
¿pueden dejar los colores?
No, porque pintan la institución y después las retan a ellas

(Mayra Ahumada y Flor Romera)

*

Porque es una cárcel.

Hoy y otro dia acá y con mucha fe

y ganas de luchar para demostrarle
a todos que yo no soy capaz de hacer
nada malo y luchar por mis hermanos
los seres más hermosos del mundo
como me gustaría estar con ustedes
y decirles que esto pronto va a terminar
y va a pasar como una tormenta y lo
único que quiero después es la
Felicidad

(Mayra Ahumada)

*
Finalmente, una vez por semana, un rato, la disposición de los cuerpos permite otro contacto. A veces es más convocante que otras. Las chicas están tristes, o esperanzadas con salir, o con la visita de los sábados o pensando que al terminar el taller deben volver a la celda de castigo porque no quisieron lavar su ropa. Leer y escribir poesía se convierte así en una tarea de comunidad, en un trabajo conjunto, aunque cada una esté sumergida en su dolor, en su soledad, en sus ganas furiosas de salir ya de tan horrible lugar. Escribir es fundar.

Cadáver exquisito

El diablo mandaba a alguien con heno

fresco para el rinoceronte

y un par de botas nuevas para Bangs

para mantener la igualdad

se sentaron todos en ronda para mirarse a los ojos

escucharon sus historias grises

compartieron mates una tarde gris

había una vez una niña jugaba al fútbol

el amor es malo

mi mamá toma mate

cuando yo juego a la pelota con mis hermanos

siempre me divierto con mis amigos

sorprendete 100pre de que estás vivo

ayuda siempre a tu prójimo

espero con ansias mi libertad

aguardo impaciente

guardo deseos

ardo interminablemente

por vos me vuelvo loca

todo eso pasa cuando

estoy cerca tuyo eso me pasa por culpa de tu amor

me siento con muchas ganas de ir a tu casa

hay que ponerle actitud a los sueños de la vida

darles un beso

apretar las manos

salir corriendo

dolor

(Vicky/Anto/Clau/Paulina/Eliana/For/Nicole/Milagros)

 

* En la provincia de Córdoba existen tres cárceles denominadas  “Centros Socioeducativos”. Este texto relata la experiencia del taller de escritura en el Caj del Centro Socioeducativo para Mujeres Adolescentes (Ex CECAM). Los poemas que aquí aparecen son parte del libro Sumergirme por última vez, con producciones realizadas por las chicas que participaron del taller.

 

Paulina Cruzeño (Italó, Córdoba, 1983) es poeta, Licenciada en Psicología. Trabaja desde el psicoanálisis en el ámbito institucional y privado. Coordina talleres de escritura abiertos a todo público, como dispositivo de trabajo con pacientes psiquiátricos, en escuelas, contextos de encierro y madres adolescentes, y la edición de las producciones allí realizadas. Más obra y datos de la autora en el siguiente enlace de op.cit.