Apollinaire: La linda pelirroja
Versión: Carolina Massola
Heme aquí delante de todos un hombre pleno de sentido
Que conoce la vida y de la muerte lo que un vivo puede conocer
Que padeció los dolores y alegrías del amor
Que supo alguna vez imponer sus ideas
Que conoció varias lenguas
Que viajó bastante
Que vio la guerra en la Artillería y en la Infantería
Herido en la cabeza trepanado bajo el cloroformo
Que perdió a sus mejores amigos en la terrible lucha
Yo sé de lo viejo y de lo nuevo tanto como solo un hombre puede saber de los dos
Y sin inquietarme hoy por esta guerra
Entre nosotros y por nosotros mis amigos
Juzgo esta larga querella entre la tradición y la invención
………..Entre el Orden y la Aventura
Ustedes cuya boca está hecha a imagen de la de Dios
Boca que es el orden mismo
Sean indulgentes cuando nos comparan
Con aquellos que fueron la perfección del orden
Nosotros que buscamos en todas partes la aventura
No somos sus enemigos
Nosotros queremos ofrecernos vastos y extraños dominios
Donde el misterio en flor se ofrece a quien quiera recogerlo
Hay allí fuegos nuevos de colores nunca vistos
Mil fantasmas imponderables
A los que hay que darles realidad
Queremos explorar la amable comarca enorme donde todo se calla
Está también el tiempo que se puede perseguir o hacer regresar
Piedad por nosotros que combatimos siempre en las fronteras
de lo ilimitado y del futuro
Piedad por nuestros errores por nuestros pecados
Aquí viene el verano la estación violenta
Y mi juventud está muerta como la primavera
Oh Sol, es el tiempo de la Razón ardiente
………….Y espero
Para seguirla siempre la forma noble y dulce
Que toma para que la ame solamente
Ella viene y me atrae como al hierro el imán
……..Tiene el aspecto encantador
……..De una adorable pelirroja
Sus cabellos son de oro se diría
Un bello relámpago que perdura
O esas llamas que se pavonean
En las rosas té que se marchitan
Pero rían de mí
Hombres de todas partes sobre todo los de aquí
Pues hay tantas cosas que no me atrevo a decirles
Tantas cosas que no me dejarían decirles
Tengan piedad de mí
Macedonio Fernández: Símbolos
Orígenes, La Habana, 1948
Símbolo de la inocencia mística de vivir: Madre que en el umbral de su casita campesina mirando y esperando la llegada de los hijos a la hora de la cena corta el grueso pan apoyándolo sobre su vientre, en el que ya les diera su primer alimento. Madre siempre mismísima; aceptado destino misterioso. ¿Por qué? ¿Por qué?
Símbolo de dureza o incomprensión o asimpatía: Herir la yerba-mate prensada para tomar una porción, resquebrajándola a golpes con punzón y martillo que destrozan su perfumado y delicado seno.
Símbolo universal estático-estructural del dolor: La curva de la espalda humana.
Símbolo dinámico del dolor y preocupación terrenal: Busto inclinado del padre sobre el plato de sopa, sorbido sin dirigir palabra, sin levantar la cabeza hasta terminar; que bajo la fatiga de hoy toma la sopa, es decir el vivir terrenal para mañana, manso manjar en mansedumbre de seguir viviendo.