Guillermo Bawden. Marlboro vox

Marlboro vox, de Guillermo Bawden, Córdoba, Babel Editorial, 2016

De «Marlboro y yo»

Tarde de tos
un gajo de humo lanzado al sol
Yo sé
Yo sé casi todo

*

Cada vez que llueve
se forma un charco en la esquina de casa
un charco con la forma de Inglaterra
Antes de que se seque
bajo las escaleras
saltando de a dos escalones
me siento en el cordón
enciendo el cigarrillo
y contribuyo con la niebla

*

Yo sé que en China
en un arrozal
o en una de esas ciudades atiborradas
parecidas a sus cajas llenas de agujas e hilo
Alguien, como yo
acodado en su ventana
fuma un cigarrillo
gordo como un dedo
que le dieron en el almacén estatal
Lo sé, porque le devuelvo el saludo
que me hace con la mano

*

Ya sé, no quiere decir nada
pero Hitler no fumaba
y además era vegetariano
Ni Cortés, ni Pizarro
fumaban
Ni Truman ni Reagan
Hay que dudar de los hombres sin vicio
decía mi abuelo
Sí, ya sé, no quiere decir nada
Churchill fumaba y también era un hijo de puta
aunque no termina de caerme del todo mal
un tipo que sólo promete
sangre, sudor y lágrimas

*

Whitman decía que la menor articulación de su mano
dejaba en ridículo a cualquier máquina
eso recuerdo mientras la señora
me pide que apague el cigarrillo
La miro y luego miro la plaza
la escucho quejarse y suelto
otra nube de tabaco americano
Resignada la señora se marcha
La veo perderse entre la tos negra
de un colectivo urbano

 


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