Daniela Camozzi. Un ruido que insiste

Un ruido que iniste
Daniela Camozzi
La Matanza, Ediciones El Elefante Negro, 2024


te recostás

al fin
en el tronco milenario
se relaja
tu espina dorsal
parece imantarse
contra la rugosidad
esta cara quieta
es un gajo de oro
de tu boca entreabierta
brotan flores nacaradas
hubieras querido
partir así
en noche piadosa
alba asombrada
abro para vos
un espacio sin tiempo
en el resplandor
del arroyo chimiray
rodeada de monte tupido
sos toda reina guaraní

te recostás: dedicado a la memoria de mi segunda madre, la panadera popular Felipa Godoy; las citas son del chamamé Anahí, letra de Osvaldo Sosa Cordero.


cata catalina

te bañás despacio
y el roce de la lengua
sobre tu pelo vibra
en mi oído humano
como alarma
para tu sanación

vení cata es hora
dale el remedio
no me esquiven
tus ojos vidriosos
ya sé estás harta
de este líquido acre

te acaricio el lomo flaco
el runrún se enciende
a pesar del dolor
tu cuerpo admite
un instante de dicha

alucino
la voz de Vonnegut
la sombra de un manzano
un batir como de abejas
su vital mandamiento

exclamen si se revela
o murmuren

si la congoja les llenó
de cal la garganta:

si esto no es felicidad
qué es

qué si no cata
tu ojo abierto
tu rumor aún hoy
en mi mano porosa

cata, catalina: la cita es de A Man Without A Country [Un hombre sin país] de Kurt Vonnegut y toda la segunda parte del poema alude a la idea vonnegutiana del reconocimiento de la dicha.


no sé si terminó

la cara congelada
el frío primaveral
muñeca de porcelana

brillo rosa la fiesta
de los demás

visión de túnel más allá
mi corsé de hierro
el vestido era beige no
era hueso o marfil

bordado un sucio
blanco indiviso
no se sentía la presión

cómo que no
decílo
ahora acá entre estas
cajas de libros viejos
ya podés

siempre sé lo que hago
nada detiene
los engranajes de lata

qué soy yo sino
una autómata pretenciosa
que se escucha hablar

tuve que esperarla a ella
su cansancio la cuerda
que yo misma me había dado
se acabara

no sé si se terminó

a veces al fregar la heladera
su blanco sucio
siento un tirón en la quijada
el perfume ese gloss
ochentoso

no sé si terminó: el texto destacado es de los Diarios completos de Sylvia Plath, de su entrada del sábado 8 de marzo de 1958 por la noche, traducción de Elisenda Julibert.



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Reseña. En Agencia Paco Urondo
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