Alejandra Bosch. Un avión, su piloto y un pájaro

Un avión, su piloto y un pájaro, de Alejandra Bosch, San Justo-Buenos Aires, Caleta Olivia, 2017

Uno

Nada de nueces
Magnética
sube por la blusa y la música
bailo de la mano atada
apenas si se mueven las caderas mucho parecer
poco ruido real y nada
nada de nueces.
A vos te veo tan como siempre
manejando la nave
lleno de gente conocida, tu avión
saludan todos
abrazan y se ríen
pero yo espío.
Cuando no te veo más
igual sigue la noche y mi mano
sigue enredada en un hilo
bien tejido y fuerte, el hilo.
Me imagino tu vuelta a casa
y como suelo viajar en coche
cuando tomo cerveza de la buena
pienso: que pensas en mi hilo
en la atadura
de tu mano.
(primer secreto)

 

Contratapa, texto de Elena Anníbali

Dos

El iceberg (montaña de hielo)

Te busqué entre los libros porque ya
te había descubierto debajo de una escalera
en el hall de la entrada a la estación.
Otro día, en compañía de mi madre
vi que llegabas y ya relucías
entre la gente que te saludaba con besos
estrenabas, no para mí
tu mejor sonrisa triunfadora
ahora, te sale piola, natural
ya estás ahí en el umbral de la fama.
Una tarde, de aburrimiento total
vi tu flyer y como quién no quiere
nada, pero queriendo, llegué.
Hola, qué tal
Hola, qué haces
y yo comencé a mirarte la sonrisa
ganadora
escudriñando la historia que no vemos.

(comienzo del secreto, la prehistoria)

 

Tres

Arriba de los otros
Con la excusa de escribir un buen cuento
pasé una mañana parada escribiendo
fumando, tomando mates
sin poder dejar de temblar
frente a la pantalla.
Intentar escribir algo
que te haga mirarme de repente
comprar mi libro, que en el estante olvidado
yo cambio de lugar
cada vez que entro a la librería
y lo dejo primero
con un moño, sobre los otros,
imaginando que lo compras y a pesar
de ya conoces el tenor de mi poesía
pagas por él lo que vale
y lo dejas descansando
en tu biblioteca.

 


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