


MONADA
LIBROS DE AUTORAS
Katerina Angelaki-Rouk
[Perdí mi confianza en el silencio, Villa Ventana, Monada, 2024]
Versiones: Natalia Figueroa Gallardo
Katerina Angelaki-Rouk (1939-2020) fue una poeta y traductora griega conocida internacionalmente. Fue traductora profesional del francés, inglés y ruso al griego. Ha publicado cerca de veinte colecciones de poesía, y sus poemas han sido traducidos a más de diez idiomas e incluidos en numerosas antologías de poesía griega. Fue una de las precursoras de la llamada generación escéptica de poetas de la posguerra. Abordó temas y símbolos mitológicos familiares, cuestionando su contenido convencional. A partir de los años sesenta, la descripción física de los sentimientos, mediada por metáforas orgánicas y carnales, fue uno de los temas más recurrentes en su poesía. Como afirma en la entrevista que le realizó Natalia Figueroa Gallardo (2017), para Angelaki-Rouk, la poesía no es sino el espacio para la esperanza: “la poesía viene de una herida, y el poema es el cirujano».
Penélope dice
And your absence teaches me
what art could not
Daniel Weissbort
No urdía, no tejía
un escrito comenzaba, y borraba
bajo el peso de la palabra
porque la perfecta frase se obstaculiza
cuando se presiona el adentro por el dolor.
Y pese a que la ausencia es el tema de mi vida
—ausencia de vida—
los llantos salen al papel
y el dolor natural del cuerpo
que se priva.
Borro, rasgo, ahogo
los gritos vivos
«Dónde estás, ven, te espero
esta primavera no es como las otras»
y recomienzo en la mañana
con nuevos pájaros y sábanas blancas
secándose al sol.
No estarás nunca acá
con la manguera regando las flores
los viejos techos goteando
cargados de lluvia
y habiéndose disuelto mi personalidad
en la tuya
tranquila, otoñalmente…
Tu selecto corazón
—selecto porque lo escogí—
estará siempre en otro lugar
y yo con palabras cortaré
los hilos que me atan
al hombre concreto
que añoro
hasta que Odiseo se convierta en símbolo de Nostalgia
y navegue los mares
en la mente de cada uno.
Te olvido con pasión
cada día
por que te laves de los pecados
de la dulzura y las fragancias
y ya todo limpio
entres en la eternidad.
Es un trabajo duro e ingrato.
Mi único pago el comprender
al final qué humana aparición
qué ausencia
o cómo funciona el yo
en tanta soledad, en tanto tiempo
cómo no se detiene para nada el mañana
el cuerpo entero vuelve a armarse a sí mismo
se levanta y cae en la cama
como si lo cortaran con hacha
a veces enfermo, a veces enamorado
esperando
que lo que pierde en tacto
lo gane en esencia.
Al cielo de la nada con lo mínimo
Por el ojo de la cerradura
miro a escondidas la vida
la espío a ver si entiendo
cómo siempre ella gana
mientras nosotros perdemos.
Cómo los valores nacen
y se imponen sobre lo que primero se consume:
el cuerpo.
Muero en mi mente sin signo de enfermedad
vivo sin necesitar ningún estímulo
respiro aunque estoy
a una próxima lejana distancia
de todo lo caliente que se toca, arde…
Me pregunto qué otras combinaciones
inventará la vida
entre el trauma de la desaparición definitiva
y el milagro de la inmortalidad cotidiana.
Debo mi sabiduría al miedo;
pétalos, suspiros, matices
los tiro.
Tierra, aire, raíces sostengo;
que lo que sobra se vaya, digo
para entrar al cielo de la nada
con lo mínimo.
Perdí mi confianza en el silencio
Perdí mi confianza en el silencio.
No es inocente, no es romántico,
no esconde los susurros del amor
ni la próxima frase musical de una sinfonía
pastoral.
Feroz, ahoga el llanto débil
alimenta una amenaza eterna.
Bienintencionada yo
bienintencionado el día en la mañana
no tuvimos cuidado
de su muda terquedad que calla
la conciencia de mañana
y que no deja escuchar
los ruidosos ectoplasmas del miedo…
Ah sí, y yo tengo miedo.
Pero todavía lucho por no quedar sorda
quiero escuchar todo el llanto
y hablar a solas
con la voz de mi alma.
Judy Grahn
[Una mujer le habla a la muerte, Villa Ventana, Monada, 2024]
Versión: Sofía Vaisman
Judy Rae Grahn (28 de julio de 1940) es una poeta, lesbiana, feminista y escritora estadounidense. Enseña mitología femenina y literatura antigua en el Instituto de Estudios Integrales de California y otras instituciones. Cuando tenía dieciocho años, se fugó para casarse con una estudiante de una universidad cercana llamada Yvonne. Grahn atribuye a Yvonne el haberle abierto los ojos a la cultura LGBT. Poco después se unió a la Fuerza Aérea, pero fue dada de baja a los veintiún años por ser lesbiana. Participó del Gay Women’s Liberation Group, el primer colectivo lésbico-feminista de la Costa Oeste, fundado en 1969. Además, colabora con otras artistas como la cantautora Anne Carol Mitchell y la bailarina y coreógrafa Anne Blethenthal. Su escritura, políticamente comprometida, se centra en el lesbianismo, los prejuicios heterosexistas y el patriarcado.
Uno
Testimonio de juicios que nunca llegaron a oírse
los dientes de mis amantes son blancos gansos
volando encima mío
los músculos de mis amantes son escaleras de
cuerdas bajo mis manos
manejábamos lentamente a casa
mi amante y yo, a través del largo Bay Bridge,
una medianoche de febrero, cuando a mitad
de camino
en la pista izquierda más alejada, vi una
escena inusual:
un menudo joven apoyado en la baranda,
y en la calle misma, estacionado justo en medio
como si pudiera detener cualquier cosa,
un corpulento
muchacho sobre una motocicleta detenida,
totalmente
relajado como si se hubiera detenido en un
stand de hamburguesas;
llevaba un abrigo marinero y unos Levis, e
inclinaba su cabeza hacia atrás, estruendoso
casi podías oír su risa,
era tan real
—Mira a ese tonto, —dije —en
medio del puente así, —un
comentario muy de mujer.
Luego escuchamos el significado del ruido
del metal contra el concreto de un puente a 50
millas por hora, y la pista del extremo izquierdo
atestada de un gran auto que tenía
una motocicleta incrustada en su parachoques
frontal, como
si toda la cosa fuese a explotar, la fricción disparaba hacia el aire
brillantes chispas naranjas por varios pies de altura,
y el estrépito todavía hace
rechinar mis dientes.
Cuando el auto se detuvo nosotras nos
estacionamos al frente
Wendy se dirigió a la cabina telefónica mientras yo
crucé esquivando esas 6 pistas como un ratón
en un juego de bolos. —¿Está herido? —le dije,
el conductor de mediana edad tenía la cara más
negra-grisácea posible
—No pude parar, no pude parar ¿qué pasó?
Entonces me acordé. —Alguien. —Dije, —estaba
en la motocicleta —corrí de vuelta,
¿una cuadra? ¿dos cuadras? el espacio peatonal
en el puente es de quizás 18 pulgadas, quién habrá
diseñado esta arrogancia. en la oscuridad
y la ventisca parecía que fuera a ser
arrojada por la baranda, que caería
gritando contra la dura superficie de
la bahía, pero no caí, encontré al alto joven
que pensaba era dueño del puente,
ahora recostado sobre
su estómago, la cabeza acunada en su brazo roto.
Tenía sus lentes puestos, pero en algún lugar
había perdido
la mayor parte de sus Levis, ¿dónde estaban?
y sus zapatos. Dos pequeños cortes en sus
nalgas,
esa era la única marca excepto que sus
delgadas y blancas
glándulas seminales estaban todas salidas
hacia atrás; noo
quedó ningún niño en él; y parecía dormido.
Palpé intensamente su muñeca, luego la
dejé; había dos mujeres de pelo largo
deteniendo el tráfico con sus propias manos
justo detrás mío, los vehículos
bajaban como toros enfurecidos, tenía miedo,
mucho más de lo usual, me sentí fácilmente aplastada
como los gusanos arrastrándose después de la lluvia
por una transitada vereda; quería
irme. Y caminando de vuelta, me encontré
al conductor.
—El tipo está muerto. —Tomé su mano,
el viento iba a volarnos a lxs dos del puente.
—Oh Dios —dijo, ¿que acaso ya no tengo
suficientes
problemas en mi vida? —Levantó su cabeza,
y por un segundo estaba enfurecido y gritando,
en medio del puente —¡Solo iba a casa!
Su cabeza se hundió. —Dios mío, y ahora he matado a alguien.
Miré hacia abajo hacia mi propio abrigo marinero
y mis Levis,
después hacia el amigo del hombre muerto, que
estaba chillando y sollozando, eso que
llamarían histeria en una mujer. —No es posible—
gemía, pero era posible, lo era
verdaderamente, consumada e insensiblemente,
roncando
en su abrigo marinero, y sin sus Levis puestos.
Murió riendo:……………ese es un hecho.
Yo tenía una mujer esperando por mí,
en su auto y en medio del puente,
estoy asustada, dije.
Estoy asustado, dijo él, quédate conmigo,
por favor no te vayas, quédate conmigo, sé
mi testigo —No, —dije, seré tu
testigo después, —y anoté su nombre
y su número, pero no puedo quedarme contigo,
estoy demasiado asustada en el puente, además
tengo una mujer esperando
y no tengo licencia—
ni luces traseras—
Entonces me fui—
como he dejado a tantas de mis amantes.
manejamos a casa
temblando, la cara de Wendy era la más gris
de cualquier persona blanca que haya visto jamás,
a lo mejor golpeó a su señora, quizás alguna vez
manejó un taxi, y violó a alguna de mis amantes
—¿cómo saber estas cosas?
entre todos nos dañamos, ese es un hecho.
¿quién va a ser mi testigo?
la muerte nos hace perder el tiempo
con embriaguez
y depresión
la muerte, que nos separa de nuestras
amantes.
él tenía una mujer esperándolo,
me enteré cuando llamé al número
días después
—Dónde está —dijo ella, —desapareció.
Va a estar bien —le dije, —cualquiera
fácilmente podría haberlo atropellado,
no fue culpa de nadie, ellos sabrán eso,
—las mujeres a menudo decimos cosas tontas
como esas,
nos enseñan a ser dulces y reconfortantes,
y a decir cosas ingenuas, porque no inventamos
el crimen, el castigo, los puentes
esa misma semana me miré al espejo
y no había nadie ahí para testificar;
está claro, una mujer queer desempleada
no es testigo alguno, no había nadie ahí para responder
a esas dos preguntas: …..¿qué
hace ella, y con quién está casada?
Yo soy la mujer que se detuvo en el puente
y este es el hombre que estaba ahí
los dientes de nuestras amantes son blancos
gansos volando
encima de nosotras, pero nosotras somos
fácilmente aplastadas.
mantengan a la mujer pequeña y débil
y fuera de la calle, y fuera de los
puentes, esa es la manera, hermano
un día te dejaré ahí,
como te he dejado ahí antes,
trabajando para la muerte.
Nos enteramos después
a qué lo dejamos.
Seis grandes policías respondieron la llamada, todos blancos,
y sin un niño en ellos.
pusieron al conductor contra su auto
y lo golpearon hasta el cansancio.
¿Por qué mataste a ese pobre chico?
negro de mierda
ese es un hecho.
la violencia solo es usada por la muerte
cuando hay algún tipo de resistencia,
el resto del tiempo un lento
desgaste basta.
Se lo llevaron a 4 hospitales distintos
hasta que consiguieron un control de alcoholemia
que se adecuara a su
caso, y lo tuvieron cinco días en prisión
sin una sola llamada telefónica.
cuántas amantes hemos dejado.
hay tantas contradicciones en el juego,
como cantidad de jugadorxs.
una mujer le habla a la muerte,
aunque hablar es fácil, una vida toma largo tiempo
en hacerse
bien. Él se consiguió un abogado inepto
que lo hizo negociar los cargos, 15 a 20 años
en vez de prisión de por vida
¿dije vida?
el arrogante joven que pensó que era
dueño del puente, y se durmió en él
murió riendo:…………….ese es un hecho.
el conductor cumple su condena
fuera de las calles en algún lado,
¿acaso no tiene la más vacía
de las miradas? ¿se morirá riendo?
Ana María Maiolino
[Yo soy yo, Villa Ventana, Monada, 2024]
Versión: Isadora Barcelos
Anna María Maiolino nació en 1942 en Scalea, Italia. Migró con su familia a Bari y, poco después, a Venezuela, donde vivió su adolescencia y tuvo su primera formación artística. En 1961 mudó a Río de Janeiro, donde comenzó el multifacético e initerrumpido camino de su obra. Allí entró en diálogo con grupos de artistas como Nova Figuração, Opinião o Nova Objetividade Brasileira, que se definían antes por principios éticos que estéticos, abogando por un arte crítico y comprometido políticamente, en contra del mecanismo represivo de la dictadura vigente. La conexión entre la experiencia personal y el espacio cotidiano doméstico y las grandes estructuras sociales y políticas ha sido una constante en el recorrido de Maiolino. La artista exploró una gran diversidad de materialidades y lenguajes como la poesía, la xilografía, el grabado, la costura, la fotografía, el cortometraje, la instalación, la performance y distintas técnicas de pintura y escultura. Vivió en Nueva York, en Buenos Aires, y desde 2005 reside en San Pablo, donde continúa su labor artística. Su poema Eu sou eu (Yo soy yo) fue publicado por primera vez en 2012 en portugués, alemán e inglés, y fue presentado en exposición Schhhiii…, en el MALBA en 2023.
Yo soy yo (fragmento inicial)
I
“Dios engendró un huevo el huevo
engendró la espada, la espada engendró David
David engendró el púrpura
el púrpura engendró el duque, el duque engendró el marqués
el marqués engendró el conde”
yo soy la condesa
“nací loca
los normales me envidiaban porque era loca
sobreviví de la nada, de la nada,
yo no existía
no tenía materia
empecé a existir con quinientos millones
quinientos mil años
luego de una vez, ya vieja
no nací niña
nací vieja
después me hice niña
y ahora continué vieja
me transformé nuevamente en una vieja
volví a lo que era, una vieja”
II
yo soy yo
vine al mundo por la hendidura, impresa en el dolor
a sangre y fuego me acuñó la angustia del entendimiento
elegí vivir y vivo muriendo
opté por ser artista
ser madre
constantemente equiparo fantasía y realidad
entre el yo soy y el yo no soy
hay que tener en cuenta que no soy de aquí
ni soy de allá, estoy de paso
cualquier camino me llevará a otro lugar
de las experiencias, vivo
quiero terminar de contar todas las estrellas del cielo
pero no puedo
es más fácil esculpir pensamientos
cada día uno nuevo
tengo destreza con las herramientas
cocino
también lavo y plancho
grito de placer y dolor
mi sexo es un hueco
en el hueco gozo