Singles // Ezra Pound – Pierre Warrant

Ezra Pound: El fresno
Versión: Rolando Costa Picazo

Pues era yo un solitario y grave consejero,
en todos los asuntos sabio, y muy anciano,
pero he dejado de lado esta locura y el frío
que la vejez usa como manto.

Era bastante fuerte, o al menos eso decían
los jóvenes practicando esgrima;
pero he dejado de lado esta locura, pues me alegro
de otra manera que mejor me sienta.

Me he enroscado en los troncos de los fresnos,
he escondido el rostro donde el roble
extiende sus hojas sobre mí, y el yugo
de las antiguas costumbres de los hombres desechado.

Junto al tranquilo estante de mar-man-otha
encontré una esposa,
que antes era un cerezo silvestre
Ella me ha rescatado de mis viejas costumbres
ella ha aplacado mi rencor de consejero,
haciendo que nada más ponderara

el viento que aletea entre las hojas.

Ella me ha apartado de mis viejas costumbres,
al punto de que los hombres dicen que estoy loco;
pero he visto el dolor de los hombre, y me alegro.
Porque sé que el lamento y la amargura son una locura.
¿Y yo? Yo he dejado de lado toda locura y toda pena.
Envolví mis lágrimas en una hoja de olmo
y las dejé debajo de una piedra
y ahora los hombres me llaman loco porque he arrojado
de mí toda forma de locura, apartándola
para abandonar las viejas costumbres de los hombres,
porque mi esposa
es un estanque en el bosque, y
aunque todos los hombres dicen que estoy loco
lo que pasa es que solo estoy contento,
muy contento, y mi esposa tiene por mí un gran amor
que es más dulce que el amor de las mujeres
que atormenta y que nos aleja.

En Ezra Pound, Primeros poemas (1908-1920), Universitat de València, 2017


Pierre Warrant: El mar sepultado
Versión del francés: Carolina Massola

y siempre
este paso desnudo
este vértigo solitario
que acuerda el viento a la noche
y cava un cuerpo sin viaje

y siempre
ese ligero temblor
ese murmullo del tiempo
que incansablemente
nos une a la curva de las olas

a las pulsaciones del corazón.

no nos cerramos a nada
solo dejamos
el círculo

cavamos
la queja de acantilados
y alegrías quebradas

prestamos oído al viento

el mar en su escándalo
gotea hasta las lágrimas
el dolor cae y nos modela
la vela libera palabras

una vida contra la ola
se derrumba desnuda
ya nada nos separa.