Sobre el volumen Variaciones de un día (Limache, Provincianos Editores, 2022)
Por Silvana Franzetti
Más que un libro escrito a cuatro manos, que sin dudas lo es, Variaciones de un día es un diálogo poético en el que después del tercer o cuarto poema ya no importa tanto quién escribió qué, sino cómo avanza el fluir entre poemas-hilos y poemas-bloques. En ese momento comienza el disfrute por la lectura de esta experiencia de escritura en colaboración que remite, de manera potenciada, a aquella definición de Valery acerca de los versos: “extraños discursos que parecen hechos por otro personaje que el que los dice y dirigirse a otro que los escucha”. Así, la lectura de estos textos opera doblemente: por cada uno de los poetas —a través del intercambio y el giro que propone el montaje de sus textos— y por quienes leemos ese diálogo y establecemos uno nuevo, porque Variaciones de un día brilla no solo por el ritmo de cada poema, sino también por el finísimo hilado rítmico de la secuencia entre los poemas que hacen este libro.
La escritura poética en colaboración tiene fuertes antecedentes en la literatura y, por supuesto, también en poesía. Por citar solo dos ejemplos, Baladas líricas y otros poemas, de William Wordsworth y Samuel Taylor Coleridge, que hacia fines del siglo XVIII y principios del XIX marcó el comienzo del Romanticismo en el Reino Unido o Los campos magnéticos, de André Breton y Philippe Soupault, que a comienzos del siglo XX dio inicio de la escritura automática. Pero Variaciones de un día tiene otra particularidad, no solo es un libro escrito a cuatro manos, sino además fue escrito durante la pandemia. Dos poetas que viven en el extranjero respecto de sí mismos y también el uno del otro (cubano en Estados Unidos y chileno en Alemania) comparten la misma lengua y escriben durante el mismo lapso de tiempo un mismo libro. En este punto procedimental y temporal Variaciones de un día se contacta con Un tiempo sin destino. (Fragmentos de un discurso en pandemia), de Sara Cohen y Osvaldo Picardo (Buenos Aires, Paradiso, 2021).
La variación —en la escritura, en la pintura, en la música— siempre deviene a lo largo del tiempo. Variaciones de un día condensa en un período de media duración aquello que pareciera ser un solo día. El bajo continuo, casi inaudible, del contexto —prepandemia y pandemia— permite escuchar nítidamente las voces interiores de quienes se encuentran el uno para el otro en sus respectivas vidas cotidianas con todo su drama: “el mar murmura muchas muertes / de la misma persona” y, también, con su sentido humor: “nos pasamos la vida organizándola”, a lo que resuena, unas páginas más adelante, “y soy yo quien se reorganiza”.
El inmenso recorrido de un día, según sus variantes, se percibe de manera circular: “Y / el / resto / sería / empatar / noche / y / día / y / día / con / la / noche / en / un / solo / día” o interrumpido por el corte del sueño, del verso o, incluso, del poema: “cuando escuches al hijo y toques hojas / distingas entre cuervos la corneja // vamos a dormir antes / de que el intruso nos despierte / desde mañana y para”. En esta dialéctica de la variación que tensa día y noche, un día se presenta extremadamente cotidiano, por ejemplo en el acto de escritura: “acercar el bolígrafo / al cuaderno, alejarlo / (mental más que real) / mantener gacha la / cabeza, bajar la vista, / no pensar: y pasaron / las bandadas de / garzas a la hora casi / casi de siempre, no / las ve, las oyó”; y a la vez, ante el nacimiento de un ser humano, un día deviene extraordinario: “puse pausa ante el nuevo llamado al hospital / ven por si la partera de la noche una dilatación / nunca estaría listo quedé a minutos del capítulo y / no cené en busca de las luces para la bicicleta el bolso / con ciruelas manzanas tarros de aceitunas declaración / paternidad y una bata asombrado no tenía pan para un sándwich / y me lancé a la calle junto a quienes burlaban / la prohibición de andar de a tres”.
“Leer, canturrear, escuchar: hay que tener más vidas / que un gato”, ¿acaso sea ese tiempo del diálogo extraordinario y ordinario a la vez el que lleva a pensar que este libro podría continuar indefinidamente?
insomnios
esta respiración pesada en ella
el hijo se demora adentro
duermen de lado sobre mí
una espera sin pendientes
ancha como el recuerdo del horizonte tras el cormorán
mientras seguimos encerrados
su ombligo es la sonrisa
y exhibe las alas de paloma
boxeada bajo la garúa
de la sábana azul y acre en fin………………………………………..
perseguirá palomas el cautivo…………
no sé cuándo vendrá……………………………………….
será puntual entonces
*
Llovió hielo, llovieron gorriones, albas oscuras,
……mañanas de duelo,
……rigor ocho años, la
……ropa negra a ropa
……blanca, mañana
……continuamos con
……las celebraciones,
……el diente amarillo,
……lento óseo
……desmoronamiento,
……despojos, la boca
……abierta la osamenta
……resquebrajada de
……los caballos: ulular
……las plañideras, el
……notario de cuello
……y corbata,
……cariacontecido
……dar lectura en la
……penumbra de su
……oficio al testamento
……y la repartición.
Llueve estaño, lloverán (anual) carcasas (oficio de
……vacío) de cigarras:
……cansancio de
……sostenerse de libar
……flor al aire los colibríes:
……y entonces calla el
……agua.
Y soy yo quien se reorganiza, dígase si se quiere
……una vez más, paso
……de una a otra fantasía
……sin el menor empacho,
……me rijo por un par de
……principios, me
……contraigo, me dejo
……llevar: cauces sin
……bordes, raja tierra,
……a tus entrañas me
……despeño.
Desprendido me entrego a la lectura de Ezequiel,
……capítulo primero, río
……Chebari, se abrieron
……los cielos, y vi: mi
……casa se sostuvo,
……está en orden,
……mes sexto, día
……quinto, adafina
……en la hornilla,
……premoniciones
……del sábado.
Un día más, lo recuerdo porque a partir de aquel
……día (abrevaderos)
……no volví nunca más
……a entrar en Facebook.
……Esta es la visión, el
……obligado mismo
……desayuno de todos
……los días, llueve,
……lloverá mañana y
……cuarenta días, ya
……verán, ya verán lo
……que es un día,
……grandeza de Dios,
……bajeza de Reyes
……(profetas) igualdad
……de las naciones al
……invocar los números.
……Toda desigualdad
……procede de la letra.
……Y veo urdir de mañana
……visión y variación, la
……magnitud de un día,
……Guadalupe dormita
……mientras prepara el
……almuerzo y yo me
……duermo (ese duerme
……de pie como los
……caballos) poniendo
……para cuántos, eso
……también varía, la
……mesa.
*
y media traten de descansar un poco mientras
dormimos se dilata ocho centímetros calmantes…………….
para evitar un parto súbito con el estrés que ya lo gira
desde ver las baldosas a observar las estrellas atascado…………….
las pulsaciones bajan y entran médicos siete de la mañana
dilatación de nueve centímetros partera indica…….
los ejercicios recobrar la posición hay llanto cuando imponen…….
cesárea pido hablar con el doctor con gusto pero no hay de qué…….
me siento al lado de ella
tras la cortina de la sala de operaciones una mano es suya…..
la otra va en su frente oímos gua gua no un llanto ni un grito…..
una aseveración más bien el llanto es nuestro mientras
ponen un bulto púrpura de arrugas pelo sobre su cuello y cuando
la revisan lo acuestan en mi pecho veinte minutos……………………….
luego lo miro las tres horas que estoy ahí lo grabo succiona
el pezón de una vez así lo conociera solo eso me acompaña
en lichtstraße porque hay una pandemia…………………………………………..
y siguen prohibidas las visitas
*
artículo primero……………………
una es los otros
mirándonos de frente……………
uno es las otras
campos magnéticos………….
todas distintas y por eso iguales
quienes queramos ser…………….
mientras el resto sea
el estado que garantiza somos
salud educación vivienda gratis
en todas las edades creativa
y colaborativamente………………………..
haremos lo demás……….
nacimos en el llanto……………………….
la risa la aprendemos
*
CONTRAFUGA
Escribiré una tanka, sílabas contadas.
(Se la dedicaré a Enrique Winter).
Haré las maletas, una de cartón piedra,
………….la otra de cuero de
………….Moscovia.
Sentado al borde de una colombina,
…………..una sextina.
No sé si la escribí casi a la salida o si Pound
…………..la escribiría en un trozo
…………..de papel de estraza con
…………..pluma fuente en Altaforte.
(Cráteras de vidrio para uvas de cera).
Oiré un resoplido, el canto de un ave chilena
…………..(¿tenca?) el báculo
…………..(crozier) un primer
…………..paso: andas. Nieva
…………..en Francia adonde
…………..aquel monasterio
…………..benedictino, oscurece,
…………..se filtra en mi oído el
…………..malo (acúfenos) lumbre:
…………..no sé si veo bayaderas
…………..o plañideras, a unos
…………..pocos pasos me
…………..percato que a la
…………..tanka le falta una
…………..sílaba.
Para Enrique Winter.
José Kozer (Cuba, 1940) es autor de noventa libros de poesía y dos de prosa publicados en catorce países y cuatro idiomas, por los cuales obtuvo el Premio Iberoamericano de Poesía Pablo Neruda. Ensayista y principal referente del neobarroco latinoamericano, reside en Hallandale, Florida, luego de su profesorado en el Queens College de Nueva York.
Enrique Winter (Chile, 1982) es autor de la novela Sobre nosotros callaremos, del poemario Lengua de señas —premios Pablo de Rokha y Goodmorning Menagerie—, del disco Agua en polvo y de traducciones de Susan Howe, entre treinta libros publicados en doce países y cuatro idiomas. Magíster en Escritura Creativa por NYU, da talleres en Valparaíso.
Links
Más poemas de este libro. En Periódico de Poesía
José Kózer. Poemas. En Zenda
Enrique Winter. Poemas / audios. En Lyrikline