Nicolás Guglielmetti. Antes que el tiempo arrase con todo

Antes que el tiempo arrase con todo / Poesía reunida – Selección de cuentos
Nicolás Guglielmetti
Bahía Blanca, Unidad de Sentido, 2021


Mosca

Mi padre dice que soy un animal
que en el atado de la carnada
está puesto todo.

Fijate que los que arman las moscas
eligen flecos de plumas de pavo real
o secan mariposas.

Yo como siempre intento una teoría diferente.

En ningún manual de pesca te van a recomendar
que encarnes grande si no querés errar.
Pero, a mí, la experiencia me ha demostrado
que hay que hacer lo contrario.

Mi táctica es dejar jugar al pez.
Darle la oportunidad de husmear la carnada
sin poder arrancarle ni un poquito.

No se debe recoger rápido, ante el primer tirón
sino mover apenas, a lo sumo dos y después cañar.

Hay que cañar fuerte, porque con tanta traba
se pierde filo y hay que clavar
y clavar es clave.


Empate (soltar)

Soy la victoria de ambos
y con burla te suelto así nomás
boca arriba unos segundos
para que reconozcas el control total
y pienses nuevamente antes de picar
en la caña de cualquier mequetrefe.

Luego hay que dar vuelta al animal
tomarlo de la cola y estimularlo
moviendo lentamente
para que el agua llena de oxígeno
empiece a pasar por las branquias y reactive
la función vital hasta la final reacción.


Anotaciones

Yo donde ella pone masturbarse
pondría que acaricia su oscuridad.
Después de todo
un cuerpo es un poema
sometido a constante revisión.
Un cuerpo es un límite
donde los que creen
que entienden
vienen a meter mano
pero solo
uno sabe
lo que quiere
de él.


Agrotóxicos

Apoyo la hoja dentada del cuchillo
sobre la piel sintética y lustrosa
de la manzana.

En otros tiempos la hubiera comido así
pero ahora, con cierta destreza y gracia, la voy haciendo girar
produciendo un frunce circular de pisos infinitos
como si se tratase de guirnaldas en papel crepé.

La gracia está en no cortar el hilo rojo.

Mi perra, que para el mundo de los perros
tiene 100 años, acompaña ese ritual
desde que nació y se le hace agua la boca.

No te puedo dar esto, le digo
mientras estiro como puedo
sobre el vidrio de la mesa
un repasador azul a cuadrillé
y corto la manzana en varias porciones.


Howl

Un hombre solo
tipeando en calzoncillos
sobre una notebook
que supo de tiempos mejores
y hoy tiene las bisagras pegadas
con cinta scotch.

Cada tanto se detiene
a resonar la espalda
o prender un pucho
frente al póster del año ‘96.

Allí Francescoli
levanta en andas
a un joven Crespo
tras clavar un gol de chilena
frente al Sporting Cristal.

Ahora que el tiempo nos arrincona
y Crespo es un técnico que peina canas
no me quedan dudas de que la única
posibilidad real para huir de acá
nunca estuvo en mis manos

sino en mis pies.



Links

Más textos y datos del autor en op.cit. «Cruzar el desierto»