Durmientes y caminantes*
(poemas de Corazón estrella)
la niebla
mi amigo y yo
caminando invisibles en la niebla
mi amigo invisible y yo
los ojos llenos de niebla
sólo nos es posible ver más allá
esta vez no podrán no creerlo
dos pares de huellas
hojarasca del bosque en el porche de sus casas
cuentos del bosque
árboles fantasmas
los aldeanos
no podrán no dudarlo
se les despertará la curiosidad
la próxima nos seguirán
hasta adentro de la niebla
obviedades que desoirán los aldeanos:
no estar en foco
no enfocar los ojos
el flúor de los chalecos de la policía
reprime la visión
destinados a perderse
perecerán en campos de soja envenenados
campos antaño bosques
de árboles de carne y hueso
fin de civilización…
aliados
viajando
en algún punto de la ruta nos cruzamos
durante unos segundos
cada uno
en el retrovisor del otro…
aliado
un búho de una columna a otra del cableado
simultáneamente
adelantándose
a ambos…
el búho
techos nevados bajo la luna
desde lo alto relieves de un pueblo fantasma
altura de árboles igual de blancos…
posado sobre el relieve de una rama
puedo oír como roncan los osos
ah! los búhos sin pegar un ojo…
los gordos deben ser los peluches de dios
yo sólo plumas y los ojos más locos
yo sólo esta cabeza que no para de girar…
oscuros titilando desde la nieve
ojos de roedores roen en mis ojos
noches de estrellas en negativo…
amanece y los habitantes del día
cada uno se desprende de la parte
que le tocó de la gran sábana…
… yo medio que desaparezco.
el velo
nada de lo que encuentro aquí ya lo busco aquí
en la cocina
un vaso de agua antes de irme a dormir
hay uno con una flor
sin agua
una flor marchita
en tu cama
una almohada donde apoyar mi cabeza
la almohada de tu ausencia
mi desvelo es un velo
detrás en tus sueños
vos y yo
nada de lo que encuentro aquí ya lo busco aquí
en la televisión
un documental sobre la vida de los batracios
noches enteras sin dormir
no cambio de canal
dejo sin audio
desde el jardín
pero como desde un jardín muy lejos de aquí
o al revés
desde un jardín muy lejos de aquí
pero como desde el jardín
de aquí tus días
el croar de las ranas en mis oídos
salgo al cruce de la noche
a buscar en las estrellas…
durmientes y caminantes
los durmientes
no meros dormilones
los durmientes de verdad
ellos sí tienen un sueño profundo
trenes les pasan por encima
y ni cuenta se dan
lo más que entonces les pasa
es soñarse un poco más acá
transversales a las vías
tendidos a un paso
de caminante entre uno y otro
los caminantes
los que van por las vías
suelen alinearse con los durmientes
tendiéndose entre ellos
bajo el sol…
fantasma
lluvia y noche
me resguardo bajo el alero de un andén
en la oscuridad de una estación de tren
abandonada
por aquí ya no pasan ni las vías
trenes fantasmas…
relámpagos y veo
el humo de mi cigarrillo… un fantasma
veo como se va por entre la lluvia
relámpagos
paredes escritas con tizne
poemas negros…
josé maría
es noche fría
debajo de mi almohada
un ángel de estampita
cruzando las vías
sin barreras
un ángel igual
el mismo
sólo que en su versión sin alas
marginal
un ángel de estación de ferrocarril
descarrilado
no hay quien lo vea
pues dirían que vuela
sin embargo
liga monedas…
peces amarillos
amarillas de otoño
hojas de sauce
planchadas en el fondo de un charco
escarchado
la primer helada del año
peces hoja amarillos
desmayados…
inmovilidad
un día sin cielo
toda sombra deshojada
entre una filigrana de ramas
ojos en silencio
inmóvil un pájaro
un puente de cemento gris
alguien inclina hacia abajo
lleva puesto un sweter gris
los ojos en el agua
inmóvil un pez
no es la primera vez
que vengo a este balneario
en invierno…
shampoo de algas
durante la luz de los mediodías de invierno
el río transparenta hasta el fondo
puedo ver ondulantes las algas
ondulantes cabelleras como de propaganda
de shampoo de algas… ondulante tu pelo
empiezo a soñar con tu pelo
te veo brillar escamas de cola de pez
termino soñándote pez…
en las noches de luna en invierno
te veo pasos de bailarina en el reflejo
de la luna sobre el agua
te veo con una vara de sauce
midiendo la profundidad del río
que sea una vez más la suficiente
que así por debajo el río siga su curso
aquí arriba ni bien amanece
los ojos del mundo lo estancan…
… durante las vacaciones en verano
el río se seca
yuki
oh! yuki
mi preciosa yuki
no creas que no te estoy viendo
trepar esta noche a lo más alto
del árbol más alto
vas por ese pájaro que se posa
de noche en la punta
oh! yuki
mi preciosa yuki
no quieras destronarlo
es sólo un pájaro que se la cree
se cree muy seguro allá arriba
no más que un rey
por debajo de la luna
oh! yuki
mi preciosa yuki
apenas un poco por encima
arañando el aire
caerás hacia la luna
oh! yuki… no temas el ridículo
te caracteriza la elegancia
siempre caes bien parada
oh! yuki
mi preciosa yuki
yo sólo juego a ser tu dueño
y vos sabés que es sólo un juego
vos siempre una reina
tu instinto de reina
nunca fue domesticado
oh! yuki
mi preciosa yuki
ronroneando a mis pies
vos siempre a mis pies en la luna
oh! yuki… desafía la gravedad
y cae una vez más a mis pies
yo siempre en la luna
vos siempre una reina…
Nota del autor.
* Mi poesía está atravesada por vías férreas, rutas y ríos… Y miradas hacia cielos nocturnos. Todo en un tono de deseo de partir, pero en verdad lo que trasluce es que el mar al cual llegar ya es aquí y ahora; conlleva el anhelo de poder darse cuenta, como en la meditación zen. Los escritores de la llamada generación beat son los que me han influido. A Jack Keroac (el más zen de ellos) lo tengo muy presente a la hora de escribir. Los poemas de esta selección forman parte de un libro que se llama Corazón estrella que, con ilustraciones del profesor Lanfranco Ezpeleta y sus alumnos de EES N 11 M. Güemes de Monte Chingolo, EES N 1 y EES N 12, de Valentín Alsina, serán públicados por Ediciones Presente.
Alfredo Holzmann Gelinger (Coronel Suárez, Pcia. de Bs. As., 1962)
Desde 1978 vive en Sierra de la Ventana. En 2008 publica de manera independiente y artesanal su primer poemario, El poema implícito. Su segundo libro es El resucitador de pájaros, de 2010.