Susana Villalba: El amor es animal

La editorial Salta el Pez publicó El amor es animal (2024), obra reunida de la poeta Susana Villalba. Presentamos un escrito, por la autora, sobre el proceso de publicación del volumen, poemas y la suma bibliográfica correspondiente.

El poema es un animal que aparece para guiarnos / Por Susana Villalba

Cuando Salta el Pez me propuso publicar mi obra reunida estuve remoloneando bastante para ayudarlos y no intervine demasiado. Porque me sonaba a obra completa, a que me ponían un punto final. Porque significaba mirar para atrás y mi personalidad es más ir siempre hacia algo distinto, a una nueva forma que el nuevo libro y el nuevo momento epocal traigan o necesiten. Por eso mismo cada libro está tal cual fue escrito, porque cada uno fue un mundo orgánico, completo en su lógica poética que armó un sentido entonces y ahora podría haberlo distorsionado. No es el mismo estado cuando escribo que cuando pienso. Si bien al corregir un libro recién terminado tomo alguna distancia y empiezo a entender un poco con el pensamiento el proyecto total, todavía estoy adentro de ese mundo, de esa pasión, de esa mirada sobre el afuera, de esa forma del lenguaje que surgió sólo para ese libro… treinta años después ya no. Sobre todo en los primeros libros hay cosas que no me convencen pero las dejé. También porque me parece que si a alguien le interesa conocer todo mi camino recorrido, supongo es el sentido de las obras reunidas, tiene que encontrar lo que hice tal como fue escrito. Cuando Llantén publicó una Antología de mis libros sí corregí bastante un poema de Oficiante de sombras pero creo que fue coquetería. Obra reunida cobra cierta solemnidad académica, me suena a que es más para los otros, yo no me hubiera puesto a reunirla. No digo que sólo hay intuición poética, después de cada libro tuve toda una teoría acerca de por qué lo escribí, por qué en esa forma, por qué en ese momento. Pero después. Antes dejo que mi intuición y mi antena poética me vayan llevando. Así es que «obra reunida» me sonaba un poco a que ponen a la maga en un escenario, la estudian, le revisan las manos y los bolsillos a ver de dónde sacó los conejos… ¿Y si pierde sus poderes por eso? Porque los conejos nacen mientras se escribe un poema y quedan allí, en el texto. O si el poema no tocó algo profundo los conejos van desapareciendo con el tiempo y ya simplemente no están.

En un principio había pensado como título «Animal de palabras», que es lo que creo que soy, por eso elegí ese fragmento de Blanca Varela que abre el libro. Pero luego me pareció que podía estar un poco usado, busqué y encontré, aunque en otro país, un título así. Entonces decidí El amor es animal, un verso que por motivos diferentes y en diferentes contextos aparece dos veces entre mis poemas. Y también me define. Espero que se entienda que sugiere varios sentidos, no sólo el obvio, también que el libro es un animal independiente, el poema es un animal de amor, el amor —no la pasión ciega— es un animal que aparece para guiarnos.

Quiero destacar que si pude no involucrarme demasiado fue porque confié plenamente en Salta el Pez. Por mi experiencia anterior, cuando publicaron mi novela poética La luna en harapos, sabía que trabajan con mucha responsabilidad y cuidado y con pasión por los textos. Lo mismo descubrí en Llantén cuando publicaron la antología Sin pelaje sin sombra, título que encontraron ellos entre mis versos, tuve la agradable experiencia de una editorial que trabaja con amor y cuidado.


 


Poemas

De Susy secretos del corazón

Sé que mi petición es precipitada

yo
yo y mí
yo y mi cuerpo fuimos a esa fiesta
yo bailé
hermoso rico y poderoso rozaba mi cuerpo
mi betty boop mi reina mi descalza
mi nombre es yonimeri yo también
fuego furia ¿fumás? fuimos a su casa
estás mojada no sé no hemos sido presentados
sumergidos suma de noches estera estambres estaba aterrorizada
profeta centinela sentí un automóvil rojo rubio el tabaco
su espalda fuerte trepaba mi caída infinitos funestos cafés
piedras para dormir me acompañaba a casa y olvidé decírselo
las palabras son monedas clavadas a la tierra
historias de susy siempre lo he sabido
cómo explicarte hubiese cupido calendario
perdida en los andenes al día siguiente mi cuerpo caía de un piso 29
olvidé decirle que siempre nadie y yo nunca los amores cobardes
lloraba no llegan porque los hombres etcétera
él era despiadado todo un hombre quemado de belleza
mi cuerpo gemía como un gato y lo envidié pero yo nunca
me meto en sus asuntos
dijo tu piel mi nena dame no sé qué cosa qué llave del infierno
yo hubiese declarado desplegado y estrenado un novio
hubiese dicho a mis amigas entrado en cualquier bar
hubiese hubiese vino que me matara
habráse visto tan chiquita y calentando bancos en la plaza
ay corazón si te fueras de madre
siempre la pena entre la pena y la nada
mi cuerpo roto pegado a lo sumido curioso rito de cucharas en la mesa
sobre la mesa en la ducha él era el agua y me frotaba belladonna
dame en el centro de lo que siempre habla el espejo la sombra
del deseo era lacan sentado en mi escritorio
ah para su estudio oh para su análisis acabar era ver
mi cuerpo demasiado tarde dónde estuviste le decía
ay si supieras corazón ser látigo y dormir 


De Plegarias

Domingo de elecciones en la Shell Select Tango

Todo es una pared en que se ve descascarar la vida en una sola frase: Feliz cumple, aguante Brukman, Cuervo puto. Un solo plano todo, todo plano, carbón, tiza, aerosol. Si tocaras en el cielo moriría Charly, Damas gratis, Rocas sucias. A veces un destello de palabras misteriosas como rocas, como mica en las piedras, veredas de hojas amarillas, cascotes en la calle. De qué rocas en esta planicie de llaneza aplastante, el cielo un plomo sucio del hastío de la lluvia del domingo. Se borronea una palabra, gotea en los cartuchos dispersos en el suelo, los disparos recientes se escriben como huecos del ladrillo. Padre Rainbow, Viejas locas, Pibes chorros. Todo un plano, una toma. Una mancha como hombres alrededor de una fogata, como perros de una noche de mil años.

De día se levanta una ciudad y todos van como leyendo un llamado ultravioleta, hereditario, partitura, como moscas, como entrando en molinetes. Vallados hacia una ventanilla a apostar lo que total ya no tenían. Una vida de pizarra, de una tele para acá. Apenas hace nada, cinco siglos, tres reflejos, un alguien pintó esa caravana de ciegos al abismo, al eco del barranco. Detrás de esa pared en que se estrellan.

Por siempre Chaca, Sebi te amo, Los Tarijas stones. Acaso falta sangre, más aún, que abone esa costumbre de rodar horizontal imaginando que es un plano inclinado, la vida vertical, la tierra un vértigo del cielo, se va a acabar, Señor. No escucho que truene tu voz, si es una voz, no veo quebrarse la pared, el mundo o alguno en parte alguna. Alguna vez quisiera ver algo distinto, final inesperado, palabras misteriosas, rebelión que no se muerda el polvo de la cola para ir a caer de a uno en fondo. Si fuera posible en este siglo. Si fuera posible en este mundo.

Ma terre, mater dolorosa. El que devora a sus hijos, cuerpos se arrojan como rocas. Señor, entiendo que no nos dejes elegir algunas cosas pero nunca ser más que humanidad, más que este barro que amasa como miga, como costilla que se quiebra de su alma, cerebro de pan que se resbala chapoteando las patitas hacia arriba, el lomo hundido, la mirada a la punta del látigo otra vez a ver si lo rescata para atrás. Por enésimo siglo, lugar, por enésima vida, vez, palabras mismas.

Se vota por la fiesta que se mira apiñado en la vereda, en el zaguán. Gramilla, ripio, guijarro de payana, ficha de sapo, silla, fila, centavo. Peor están los ciegos, los sordos que no escuchan ese vals, esa fanfarria de fajina cortesana. Palabras de cartel que prenden un reguero, un arma frase de repetición. Desfilan los fiscales de veredas, gerentes de kiosquitos, figuritas en clips, ideas con alfileres, cabecitas de tacho con palo y a la bolsa, con las cartas marcadas.

El Ciclón, Almas Mugrientas, Santa Revuelta, El Bananazo, la Brukman a sus trabajadores. Apenas hace nada la gente la cuidaba, ahora apoya el desalojo. Apenas hace igual el hombre como ahora asumía Carlos V, imperio sacro, bizantino o británico, romano, mayestático. El imperio sintáctico que ahora titila mientras llueve en algún lado, en este lado, en esta esquina, frente a un muro. Hijos del hijo, Patria Chuker, Trujamán.

Nuestra Mater lacrimosa, apenas los gases se disipan. En esta esquina Campeón, le vamo a hacer el culo a las galli. Gallito de baldío. Pollitos mojados bajo el frío. Se vota entre la barra de la jaula o el degüello, en un desfiladero como a cuerda. La marcha hipnotizada de la vida, la primera salvación es la del cuerpo, Señor, recuérdanos el alma cada tanto. En tiempos más soleados, más amables. En este año si es posible. Si es posible en esta vida.


De Matar un animal

La occisa

Si pudiera volver
la cabeza.
Los ojos, sí
los ojos permanecen
pero yo permanezco
inmóvil
como siempre y sin embargo
ya no importa.
Existe un paraíso
del cuerpo
prometían los ojos,
infierno de saliva
arrasando palabras,
pensamiento, ser
desde adentro
hacia afuera un fuego
líquido y afuera
sólo tacto
de mí.
Y ahora que la bala penetra
una real calcinación
me atraviesa: esa mirada
es una trampa
y ya no importa,
fluye,
el deseo es un río,
le dije,
no detengas su curso.
Todo es líquido,
el aire como bruma pegajosa
en la garganta,
los sonidos,
no veo, me derramo
hacia adentro,
agua estancada
lo que fue pólvora viva,
volumen sanguíneo en las vísceras
conscientes ahora de sus ritmos
ralentados,
humores venenosos del alma
que también es un cuerpo
eléctrico.
Un fluido
que al mirar capturaba en un punto
de impacto.
Nunca fui el cazador
siendo rapaz como el deseo
es como el viento
que no sabe qué arrastra,
qué doblega,
por qué aleja al acercarse,
por qué le da una dirección
lo que resiste.
Algo, una baba,
una pluma venida del espacio
toma forma,
toma desde dentro
un cuerpo que pueda tomar cuerpos,
una ciudad de poseídos.
El verdadero horror
en las películas
es que siempre comienza
la misma situación,
cuando cierra la puerta
y suspira
se rompe la ventana
y vuelve a correr.
Sólo hay dos en esa cinta
de Moebius
y ya no sabe quién perseguía
a quién.
No importa,
ya no puedo moverme
y hemos vencido
los dos.
Hemos perdido
lo áspero,
los vientres pegados de sudor,
la radio,
una lámpara en invierno,
acariciar los libros,
las manos se deshacen como papel viejo,
he perdido
la textura de tu espalda,
el árbol,
cicatrices.
Sin embargo siento el agua
alrededor,
me estoy hundiendo
suavemente.
Acaso imagino una lluvia
que no llega a mi oído,
no es que caigo, voy perdiendo
sentido.
Ya no veré el acero,
el mar ni una estación de tren
abandonada.
Me condenaste al tedio,
a la nostalgia monocorde
por alguien que no está:
mi propio cuerpo.
Solitaria
eternamente sabiéndome
invisible
aun para mí misma.
No importa,
ya no puedo pensar
ni imaginar lo que no sé
cómo será
y cuando suceda, como siempre,
ya no tendrá importancia
entender.
Es un río,
dejémonos llevar,
le dije,
a donde sea.
Fue un error, como un viento
diciendo soy un viento,
un giro repentino
de nosotros.
La oscuridad como una piedra
me toma desde adentro,
mi cuerpo es la sombra
de una piedra
y todavía tiembla
un centro
como lava,
una bala que busca salida
y ya no importa,
interesada en el esófago,
un reguero,
una película en que todo estalla
es una bella imagen
que ya no podré ver.
Instantes de oro
y años de polvo
será, como la vida,
la muerte.
Dónde está la luz
cuando se apaga.
Voraz como el deseo
como el fuego no quiere devorar
sino encenderse,
nunca fui el cazador.
Pero que sea yo la víctima
también es un error
o un accidente.
Si desperté pasión
no tuve el mérito del cálculo,
si arrebaté lo ajeno
no tuve el usufructo,
si fui el testigo no supe
con lo visto
más que dar testimonio.
Quizá como el amor, la muerte
como la vida
no sea para siempre.
Será una travesía,
si miro hacia atrás
sus ojos
podrían retenerme.
Sin embargo dispara
contra el viento
como un ciego.
Un individuo en posición
decúbito,
aspecto de masa
cenicienta,
alojada en el canal
la bala ahora es lo que queda
vivo
y este fluir del pensamiento
acaso será siempre
una cámara lenta del disparo.
Un trueno primero,
después el relámpago
reabsorben en una sensación
fulminante de silencio.
También hay una muerte espléndida
que tampoco me tocará en suerte.
No importa



Susana Villalba (Buenos Aires, 1956)

Ha publicado poesía y narrativa. También escribió obras teatrales y un ensayo inédito sobre teatro posdramático: Posteatro. Creó y dirigió la Casa de la Poesía del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y luego de la Nación y los Festivales Internacionales de dichas instituciones. Coordinó la Casa de la Lectura de las Bibliotecas de la Ciudad de Buenos Aires. Cursó Dramaturgia en EMAD y Teatro de objetos, interactividad y nuevos medios en UNA. Publicó crítica teatral en Revista Ñ. En 2011 recibió la Beca Guggenheim. Recibió el Segundo Premio Municipal de Buenos Aires 2004/5 y el Primer Premio Nacional de Argentina 2019. Dicta el Seminario Avanzado de Poesía en la Maestría de Escritura de la UNTREF.

Poesía
El amor es animal. Poesía reunida, Salta el Pez, Buenos Aires, 2024
Sin pelaje, sin sombra. Antología poética, Buenos Aires, Llantén, 2019
La bestia ser, Buenos Aires, Hilos, 2018. Reediciones: Hilos, 2021; México, Tabaquería, 2020, Santiago de Chile, Bisturí, 2021
Plegarias, Buenos Aires, La Bohemia, 2004
Plegarias (fragmento), N.Y., Pen Press, 2002
Caminatas, Buenos Aires, La Bohemia, 1999
Matar un animal (fragmento), Caracas, Pequeña Venecia, 1995
Matar un animal, Buenos Aires, Bajo la Luna, 1997. Reediciones: Buenos Aires, Curandera, 2011; Costa Rica, Espiral, 2012 Espiral; Murcia, Raspabook, 2015
Susy secretos del corazón, Buenos Aires, Último Reino, 1989. Reedición: Buenos Aires, Ruinas circulares, 2012
Clínica de muñecas, Buenos Aires, Último Reino, 1986
Oficiante de sombras, Buenos Aires, Último Reino, 1982

Narrativa
La luna en harapos (novela), Salta el Pez, 2020 (reedición, 2022); Santiago de Chile, Descontexto, 2023

Links
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