Especial. Manuel Alemian

Especial
Manuel Alemian
Buenos Aires, Nebliplateada, 2025

Selección: Gustavo Weisberger

Mitad seco, mitad en flor

Ahora sí
que va a cambiar mi vida
como nunca antes lo hizo.
Se trata de concentración,
de no distraerme
con las atrapantes experiencias
que me nutren día a día.
Y entonces,
aburrido,
secarme.

El triángulo de Palermo

De casa al bar,
del bar al trabajo,
del trabajo al bar.
Del bar,
que es mi casa,
a casa.

Un día mucho mejor que ayer

De las demás cosas que pasan,
las que cuenta el diario,
ni me entero,
no me interesan.

Nada manda

el derrotero de mi mente,
que fluye a la deriva
y se aleja de los lugares.
Como en el cuento de Quiroga,
en un desvarío veo luces,
que es donde están todos,
y sigo de largo,
donde ya no queda nadie.
Solo unos ladridos,
y el resto son bichos,
alimañas del monte.
No me persigno,
no temo ni nada.

Consejo chino

Mejor dejar de pedir.
Mejor dejar de perder.

Pose gacha

A veces pienso en lo peor.
Pero esas cosas no pasan.
Entonces me tranquilizo,
porque lo peor para mi es tremendo,
y esto no pareciera ser tan tremendo.
Reconsidero toda la cuestión,
y la conclusión es triste,
anímicamente devastadora.
Penar, seguir,
agachar la cabeza.



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Reseñas

En El Diletante (fragmento), por Silvio Mattoni
Este libro tiene la forma, la apariencia de un conjunto de poemas breves, algunos brevísimos, pero quizás sea otra cosa. Por el puñado de versos que aparecen en cada página, podría hacer pensar en el máximo modelo de la poesía sintética, el haiku. Pero no hay nada especial en el libro Especial, y por eso sería un tipo de haiku inespecífico, vaciado de todos sus rasgos. No hay paisaje, salvo en ocasiones un bar, el nombre del bar de una esquina porteña; tampoco hay estaciones del año, las palabras que las indican, meses, flores o climas; tampoco está, ni de cerca, el esquema rítmico, alguna clase de métrica, aun cuando algo parece respirar en las frases y los versos, en su separación que al final se vuelve unión, con la llegada del blanco que impone silencio. Del haiku solo quedaría el gesto, la notación, el pensamiento del instante, aunque también falten casi siempre las cosas concretas.

En Otra Parte (fragmento), por Marina Mariash
El libro tiene tres partes, que recorren las relaciones con los demás, con otros seres y con el yo, y termina con un poema largo sobre la escritura. Si ahí dice que “escribo aunque no importe”, escribo sin inspiración, desde el llano, y muchas opciones más, todas esas descripciones cubren el velo de un preciso trabajo de recorte, aproximación a las personas, las situaciones, los objetos, que produce un extrañamiento. Hay por ejemplo un elemento sorpresivo en la elección de los títulos, que obligan a pensar una relación no evidente con el poema y que, con su efecto de après-coup, modifican sus sentidos en la relectura a la que ellos mismos obligan. Como si se trata de cuadros.