Hace unos meses empezamos junto José Ioskyn –poeta, novelista y traductor– una pesquisa de poetas brasileños jóvenes, con libros publicados en las últimas décadas, con la intención de hacerlos conocer en Argentina. En octubre pasado viajé a Río de Janeiro, donde José reside, para rastrear propuestas que circulan en un mapa poético vasto e inabarcable como es el del país vecino. Buceando en las secciones de poesía de las librerías, conversando en los bares, leyendo los trabajos que vienen realizando otros traductores, dimos con el primer nombre que nos convenció a los dos: Franklin Alves Dassie, un poeta de Niteroi con cuatro libros publicados, que enseña literatura en la Universidad Federal Fluminense. Tradujimos un libro suyo breve y contundente, La vida de los espectros, una plaqueta que parte de un hecho histórico, un retrato de Baudelaire pintado por Gustave Coubert. El poema es de algún modo la traducción de esa imagen y la nuestra la traducción de aquélla traducción. Con una voz potente, original, que no elude la experimentación, el poema tiene además una resonancia política que en nuestro contexto actual resulta particularmente inquietante.
Mario Nosotti
La vida de los espectros
Ésta es la vida de los espectros. Ésta es la vida de los espectros.
Ésta es la vida de los espectros: ésta. Ésta es la vida para hablar de los
espectros. Ésta es el habla de los espectros.
Ésta, no otra.
¿Es posible hablar de una imagen de mediados del siglo diecinueve
en pleno siglo veintiuno? Sí, es posible. Esto es
hablar de los espectros.
¿Pero qué es lo que el triste siglo veinte nos legó? Nos legó la espera.
La espera de los espectros. Y muchas otras cosas terribles.
Alguien dijo que es necesario hablar de los espectros, incluso a los
espectros y con ellos. Intento hacer eso cada vez que puedo. Cada vez
que los sin vida me llaman.
Soy apenas el caballo de toda esa gente.
Introducción a la metodología de los espectros
Un perro atraviesa la calle y me atraviesa. Una escola de samba
atraviesa el tiempo y no lo atraviesa. Estos son los espectros
para animar la vida de aquellos que creen tener vida
–aquellos que no son tratados bien por la vida.
La vida sin fin, melancolía. La vida sin fin, sandía.
Era el último invierno del mundo, mejor, el último infierno
del mundo. La última historia del mundo. La última pregunta
peligrosa del mundo. ¡Ah! La última pregunta peligrosa. Pero
realmente peligroso es pensar que hay preguntas peligrosas.
Escribo que soy -aquel-que–no-soy. Pero son ellos
los que escriben eso.
La metodología de los espectros es la metodología de los errores
–un objetivo pasa a ser cualquier cosa menos un objetivo.
Cul-de-sac.
Autorretrato u Hombre desesperado
Dos hombres conversan durante una cena en el Quartier Latin.
Conversan sobre arte, política, arte y política, sobre las nubes,
sobre las galerías, sobre dinero, –uno de ellos arriesga una
frase en inglés: “Money is a root of all evil”.
Conversan sobre la relación del dinero con la desesperación,
hablan de una gran guerra, después de otra gran guerra y,
por fin, de la rebelión de la naturaleza. Combinan una visita
al Museo de Historia Natural, que nunca realizan. Uno era
un pintor recién llegado a París, el otro era escritor. Uno promete
pintar el retrato del otro, el otro promete un ensayo
sobre aquel que pintaría su retrato.
Ningún ensayo fue escrito, pero la pintura fue hecha en mil
ochocientos cuarenta y ocho.
Este es el comienzo de la historia de los espectros.
Cuando los espectros hablan, hablan muy fuerte, de ahí que
siempre tengo un dolor de cabeza intenso después de que ellos hablan.
O9O41821
Cuando Carlos era chico, oía el mundo de forma diferente.
A veces el mundo sonaba tan desafinado que lo asustaba.
Una hoja de papel que crujía lo hacía dar un salto hacia atrás.
Cuando se iba a dormir, y ajustaba las mantas a su alrededor,
el sonido lo hacía encoger como si estuviese sintiendo
mucho dolor. “No estaba bien”, le escribió a una amiga.
“Era una cosa aterradora, creía que estaba mentalmente enfermo.
Ponía una mano sobre la sábana y lo que oía era
como papel de lija o una bomba explotando lejos, muy lejos.
“Leí que otras personas pasaron por eso”, escribió en la misma carta.
“Pasaron por períodos en que había una distorsión en el mundo que
las perturbaba”.
Quien sabe por eso, escribir era algo tan complicado
para él. Quien sabe por eso no escribió el ensayo prometido
al espectro pintor.
10061819
A Gustavo le pusieron un arma en la cabeza. Nadie piensa en pintar
en esas condiciones. Quien sabe firmar, temblorosamente, el nombre,
rellenar formularios, copiar alguna cosa. “Una cabeza es una bomba una
bomba cuidado con nuestro apetito una bomba”. Quien sabe llenar
informes con un arma en la cabeza. Para solicitar una reparación
es necesario responder a las preguntas. Enviar las respuestas con
tres copias. Escribir una nota en una copia, debidamente autenti-
cada, con un arma en la cabeza.
Era eso lo que Gustavo sentía antes de pintar. Exactamente eso,
según relatos de amigos y amigas. Era exactamente
eso lo que necesitaba para pintar. Fue exactamente eso lo que
sintió cuando pintó el retrato del espectro escritor.
Retrato de Baudelaire c. 1848
Una imagen es un montón de pintura, una tela, organización,
algunos contratiempos, un esfuerzo, innumerables pinceladas,
un dolor en el cuerpo, nervios tensos, una pesadilla, sueños,
una noche perdida, afectos, más esfuerzo, más pintura, otra noche
más desvelado, un día con sueño, un homenaje, un mar
de palabras, concentración, una historia del arte, una serie
de recuerdos, más sueños, un mensaje, angustias, la esquina
del Infierno con la Calle de los Pesares, una cena perdida, tres vueltas
por el Quartier Latin, dos poemas leídos en voz alta, dolores fuertes
de espalda, entre tantas otras cosas que no me contaron.
Una imagen es un gesto luciferino
Una imagen es la conversación de los espectros –ellos hablan del pasado
a un presente que no escucha y que espera un futuro feliz o lacerante.
Lacerante parece más apropiado.
La conversación de los espectros es un desgarrón en el presente, una cosa
abierta en el suelo de arcilla, una grieta
abierta y mojada.
Me falta el aire, mejor dejar de hablar.
Introducción a la hermenéutica de los espectros
La imagen es aparentemente simple. Aparentemente
–decir “aparentemente” despacio– simple. Carlos, de pelo corto,
mejillas levemente rosadas, fumando una pipa, sobretodo oscuro,
camisa celeste, con la corbata naranja desatada –que parece
más un pañuelo–, sentado en una mesa con libros, una carpeta
de dibujo, un tintero y una pluma de ganso, la mano izquierda
apoyada en la silla, absorto en la lectura de un grueso volumen,
una especie de diccionario.
Aparentemente simple.
La imagen parece un poco desenfocada, como si fuera difícil
representar al espectro-escritor. Quién sabe si es así. Quién sabe
si no fue el hachís que un traficante marroquí le vendió a Carlos
lo que él y Gustavo fumaron juntos conversando sobre cómo sería
vivir en Marruecos.
Aparentemente simple, pero nada simple.
El pelo y los ojos del escritor están dirigidos hacia el libro. Un libro
que nadie sabe cuál es –podría ser un diccionario, no cualquier
diccionario, el Diccionario infernal de Planey, publicado tres años
antes del nacimiento de Carlos, o las obras completas de Edgar Allan Poe,
con las que andaba por todos lados.
La pluma de ganso casi haciendo una diagonal con el pelo, pero
este apunta hacia abajo y aquella hacia arriba.
Bajo y alto, tierra y cielo. Es interesante la pipa –tal vez
con hachís– que conecta adentro y afuera
–mundo y ser– aspirar y exhalar la hierba o el tabaco. Bajo y
alto, adentro y afuera.
Aparentemente simple, pero nada simple.
Célula con mano, 2018
Este es el habla de los espectros. La vida de los espectros en otros
cuerpos. La vida-espacio de los cuerpos que no tienen cuerpo –los cuerpos
que no tienen cuerpos.
La vida de los cuerpos que no importan.
Una forma abstracta y/o hermética de intentar resolver el problema:
documentos firmados en tres mil copias, informes con tres mil
gráficos, centenas de radiografías, de e-mails y de videos –todo eso
para mejorar el mundo o para hacerlo peor.
Cuando un espectro dice, pausadamente, la frase: “esta es
la vida de los espectros”, una persona muere en este país
que olvida el pasado, abomina el presente y piensa en cómo
lucrar con el futuro.
¿Pero qué es lo que una imagen de mediados del siglo diecinueve
puede decirnos en pleno siglo veintiuno?
Otro cul-de-sac.
Cul-de-sac
El habla de los espectros no nos dice nada sobre el presente.
Ningún juicio. Nada de nada. Son charlas del pasado que irrumpen
hoy –una grieta mojada.
¿Quién es el espectro, al final?
Estoy en una calle sin salida. Llueve mucho y no traje el paraguas,
ese objeto impaciente. Estoy en una calle sin salida, sin paraguas,
mojado y casi sin batería en mi mobile.
Estoy irritado, mojado, ahora sin batería y sin respuesta, porque
los espectros no dan respuesta en ninguna circunstancia.
Pero hay un ruido blanco en el mundo –un sonido que combina
y oscila diferentes frecuencias con el objetivo de alcanzar
todo el espectro acústico para enmascarar cualquier tipo
de frecuencia que estuviera estorbando a la persona. Como un
ventilador encendido solo por el sonido que hace.
Fue en una calle sin salida donde encontré la salida para aquello
que parecía no tener salida.
¿¡Pero ya!?
Un espectro es una imagen. Una imagen es algo aparentemente
simple. Un espectro, por lo tanto, es algo aparentemente simple.
Pero esa lógica es falsa.
Un espectro son doscientas mil imágenes. Doscientas mil imágenes
no es nada aparentemente simple.
Las cosas más simples son las aparentemente simples.
No es fácil saber que en breve seremos espectros y demoraremos
siglos –si el mundo no termina antes– hasta que alguien sea nuestro caballo.
Esta es la vida de los espectros. Esta es la lengua de los espectros.
Esta es la vida –aparentemente simple– para hablar de los espectros.
“Esta vida es un hospital en el que cada enfermo es poseído
por el deseo de cambiar de cama”, dijo el espectro-escritor un poco antes
de convertirse en espectro.
“No hay espacio para retroceder, el mundo llega para ser pintado”,
dijo el espectro-pintor, que vivió diez años más que su amigo.
Entre la insatisfacción y la urgencia del mundo, ese es quién sabe
el mensaje de los espectros.
El origen del mundo, 1866
Quién sabe el mensaje de los espectros sea el de volver al origen
del mundo, ajustar cuentas con el pasado del pasado, mirar
éticamente a los cuerpos que no importan hasta que ellos,
realmente, importen. Quién sabe el mensaje de los espectros
sea cuidar a los que cuidan la vida. Quién sabe el mensaje de los
espectros sea una pregunta, que se desdobla en otra pregunta,
después en otra y enseguida en otra más.
Y así hasta el fin de los días.
Nadie sabe, pero antes de morir –tal vez un día antes–, Carlos
pensó con cariño en Gustavo y recordó que Gustavo lo miraba
como a un ser humano.
Nadie sabe, pero antes de morir –tal vez un día antes–, Gustavo pensó
con cariño en Carlos y recordó que Carlos le enseñó a mirar al ser humano.
El día en que murió, Gustavo despertó bien temprano y escribió
lo siguiente en su cuaderno viejo: ¿si pudieras
volver atrás, volverías?
NOTA
La vida de los espectros fue escrita en el mes de julio de dos mil veintidós. Contiene citas/diálogos de/con Adília Lopes, Billie Elish, Charles Baudelaire, Edgar Allan Poe, Fabrice Masanès, Gustave Courbet, J. Collin De Plancy, Jacques Derrida, Jean-Baptiste Baronian, Judith Butler, N.A.S.A (“Money”), Roman Polanski y Tom Waits.
Ed. Fósforo, Círculo de poemas,
San Pablo, 2022
Franklin Alves Dassie é Professor Associado do Programa de Pós-Graduação em Estudos da Literatura na Universidade Federal Fluminense (UFF). Pesquisa as relações entre a literatura e outras artes com ênfase na noção de montagem como procedimento estético-político. Publicou os livros de poemas Grandes mamíferos (2016), JLG (2019) e Grande hospital (2021), que formam A trilogia da ansiedade, todos pela 7Letras, e A vida dos espectros (2022) pela Círculo de Poemas. Seu último livro Expedientes verbais, procedimentos (2023, 7Letras) é o primeiro de uma trilogía de ensaios chamada A crítica é crítica.
José Ioskyn ha publicado ensayo, poesía y narración. Sus últimos libros son La ciudad de las mujeres (novela) y Namoro (poesía), ambas por la editorial Paradiso. Actualmente vive en Río de Janeiro y traduce poesía local al castellano.
Mario Nosotti publicó cinco libros de poesía, uno de notas críticas y un ensayo biográfico. Su último libro, El paso de unas nubes, es una antología de su obra poética aparecida en España en 2023 en la Editorial Liliputienses. Codirige la Colección Estaciones de poesía argentina (Miño & Dávila Editora) y colabora con diversos medios ligados a la literatura.