Adelanto de Golpe de frío (Santa Fe, Ediciones UNL) de Gabriela Schuhmacher, de próxima aparición. El libro recibió Mención honorífica Premio de Poesía de la Provincia de Santa Fe “José Pedroni”, categoría obra inédita, 2019. Agregamos el prólogo, escrito por Carlos Battilana.*
Gabriela Schuhmacher (Santa Fe, 1970) estudió artes visuales y es gestora cultural universitaria. Es autora y coordinadora del proyecto La Poesía se mueve. Coordina talleres de lectura de poesía y realiza curadurías poéticas en ferias de libros, museos y espacios culturales. Publicó los libros de poesía Cantos del norte (Santa Fe, Editorial de l’aire, 2016), Puros e Impuros/Extensos Óleos (Buenos Aires, Ediciones del Dock, 2018) y Ahogada en otro Tíber (Rosario, Ciudad Gótica, 2018)
Cortes de luz
Sobre los cuerpos calientes del verano
el aire tirado por los ventiladores
no alcanzaba a refrescarnos.
Nos sentábamos a esperar
que la noche pasara de la mejor manera.
Cada uno conocía a la perfección
el cuerpo del otro, nos presentíamos
en la oscuridad.
Era habitual jugar a las cartas
en el piso casi inmóviles, hablando
bajo y pausado. Siempre alguno iba
a la heladera, traía una jarra de agua
y eso era suficiente.
Repetidas noches se cortaba la luz
y las paletas del ventilador
lentamente se detenían
dando fin a la partida.
Reclinados sobre los sillones
al borde de la pileta, mirábamos
el cielo para detectar estrellas fugaces.
La quietud del aire,
rota por un golpe de sangre
al advertir que pasaba una,
nos hacía mover la cabeza, como si
nos envolviera una de esas maravillas
de otra vida
que nos expulsa del mundo
hasta desaparecer.
Los colores del atardecer
aparecían al terminar las tareas.
El hijo de Doña María, la vendedora
de frutas y verduras, nos acompañaba
a contemplar el cielo.
Luego de una larga jornada
sobre el tractor, sus ojos
nos acercaban la luz
del corazón de las sandías partidas, del jugo
de los melones ablandados por las lluvias.
Antes de sentarse con nosotros
se bañaba solo y al salir de la pileta
cruzaba los brazos tiritando de frío.
Su rostro abría un éxtasis lejano
que nos dejaba desnudos, uno al lado del otro,
en el vacío de la tarde.
El origen de las estrellas
Miraba a los mayores hacer el fuego
como quien contempla el origen de las estrellas.
A esas alturas ya había descubierto que no nacían solas.
Se trataba de minúsculos grupos resultantes
de una materia nebulosa. En el proceso de formación,
algunas explotaban violentamente. Intuí lo infernal:
nada bueno iba a pasar bajo cuerpos vacilantes.
Golpe de frÍo
La muerte pasa cerca
si sentís un raro escalofrío
que te atraviesa el cuerpo,
dijo Doña María mientras
ofrecía los lotes de verduras
al borde de la ruta. Le creímos,
cómo no hacerlo, esa sensación
aparecía seguido. Nos gustó
pensar que hablaba de su hija
muerta de pequeña.
Sobre un tablón, acomodaba
frutas o atados de acelga
como cosas queridas.
Alejados de la realidad
otras muertes pasaron cerca
con aroma a arena de río.
La mano extendida
de Doña María nos invitó
a volver del breve estupor
con un gajo de mandarina:
prueben, no se las pueden perder.
Referencias
Cortes de luz. “Verano”
Hacerse la casa. “Mañana”, “Casa en construcción”
Los colores del atardecer. “Revelación”
Cesare Pavese, Trabajar cansa. Trabajar cansa/ Vendrá la muerte y tendrá tus ojos, trad. J. Aulicino (Griselda García Editora / Cartografías / Ediciones del Dock, 2018).
* Los restos de la memoria, por Carlos Battilana
Narrar y poetizar no son verbos antagónicos. Hay poemas que hacen de la narratividad su rasgo distintivo. Golpe de frío, de Gabriela Schuhmacher, pone en escena ese rasgo.
Muchos de los poemas de este libro comienzan en minúsculas. El título, a menudo, no condensa el sentido global del poema sino que actúa, simultáneamente, como verso y paratexto. ¿Qué diferenciaría al poema del género narrativo? Posiblemente, más que un tiempo verbal o una estructura sintáctica, lo que pone en evidencia un poema es una perspectiva no sólo del mundo sino también de las palabras, en las que por un instante, por más que sean el soporte de una historia, dejan de tener un valor instrumental. Este libro cuenta una vida en el ámbito campesino pero, al mismo tiempo, no deja de indagar aquella pregunta.
Golpe de frío representa distintas circunstancias rurales, a la manera de un mapa ambiental. De ese modo, se menciona la materia comestible (melones, atados de acelga, sandías, quinotos, frutos silvestres) casi como una algarabía de los sentidos, y se describen los avatares cotidianos de familiares y vecinos; también aparecen animales a la luz del sol en medio de la infancia y sucesos guardados, como en un cofre, en el centro del corazón. La casa, con sus cimientos todavía levantándose, comienza a ser el depósito de imágenes y recuerdos que forjarán la identidad de la poeta.
Los poemas de Schuhmacher, escritos con un lenguaje preciso y sutil, en el que se incorporan voces orales, cuentan la historia de una mirada infantil. No obstante, dejan en reserva una especie de secreto que no se termina de revelar. Como si el misterio fuera el objeto de la poesía –su rasgo decisivo–, Golpe de frío refiere una extrañeza que atraviesa los poemas. La necesidad de comprender un hecho mínimo abre una fisura por la que se filtra una tentativa de exploración. El epígrafe de Cesare Pavese (“A veces regresa en el día, / en la inmóvil luz del día de verano, / aquel remoto estupor”) proporciona un indicio del libro: cada pequeña historia, por ínfima que sea, se nutre del asombro como la posibilidad de enunciar. El asombro resulta una íntima constatación de que el mundo está hecho de materias visibles y tangibles y que, por algún motivo que desconocemos, no se dejan aprehender del todo.
El libro expone las sensaciones que quedaron en alguna parte de la memoria. También evoca los sentimientos experimentados hace mucho tiempo. Las caminatas por el campo, la pulsión del deseo corporal y las primeras reflexiones sobre la necesidad de cierta preservación nocturna son descripciones poéticas que corroboran que “lo oculto brilla a años luz”. A la manera de las figuras del oxímoron y la antítesis, lo oculto, lo que se desconoce y aquello que aún resulta incomprensible (“estar cerca apacigua / un dolor que no se podría mostrar”) se exhibe en términos de interrogante o de inquietud, y constituye la base enunciativa de un discurso que indaga, en la oscuridad, aquello que ya pasó. Los hechos regresan, pero no de modo nostálgico. El desafío será hallar perspectivas que, más allá delo pretérito, ayuden a comprender el presente. Por ese motivo, los poemas de Schuhmacher tienen algo de paradójico: oscilan entre la sugerencia, sin subrayados gruesos ni moralejas, y la precisión. A partir de esa fuerza tensa, Golpe de frío recrea un mundo pero, por sobre todo, evidencia la modulación de una voz.
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Poemas. En Otra Iglesia es Imposible / Griselda García / De lo que No Aparece en las Encuestas