Laura Forchetti. Pájaros o reinas / Libro de horas

Pájaros o reinas, Laura Forchetti, Bahía Blanca, Hemisferio Derecho, 2017

 5

los intensos tulipanes se comen mi oxígeno
Silvia Plath

la radio encendida
bajo los árboles
cerca de la playa
a las seis de la mañana

no me despierta el mar
abro los ojos
cuando alguien dice
su edad
detalles de su cuerpo

una mujer ha muerto
en un hospital

en una habitación limpia
entre sábanas limpias
extiende el brazo
para retenerme
un rato más
lo beso
al salir de la cama

el nombre de una mujer

en un hospital
anoche

me pregunto
si estuvo sola
si alguien le habló
le acarició el pelo

si lloraba

¿quién respondió
cuando preguntaron
los médicos
qué hiciste?

todo el día escucho la radio
no vuelven a nombrarla

muy poco
el cuerpo
de una mujer
en pecado mortal

nosotras
también lo hicimos
ocultas en el silencio

cada nombre
en la radio
es el nuestro

pero yo me levanto
en mi casa
bajo los árboles
recorro las habitaciones
de los niños
abro una ventana
la noche
todavía

 

9

dos nenas en grünbein
desde la ventanilla de la combi

una ha salido al encuentro de la otra

no se besan
tienen una manera antigua de acercarse

la que recibe
de pelo largo y lacio
sonríe con suavidad
acompaña la labor de bajar bolsos
llegar

conversan con las cabezas juntas

me gustaría saber qué se dicen
bajar en esta calle de tierra
ahora que empieza a llover
y no hay cielo

como si estuviera
dentro de un globo de vidrio
cayera nieve sobre mí
papelitos de colores

tejería guantes violetas para ellas
o trenzas alrededor de sus rostros

sin hablar
sólo escucharlas
pequeños pájaros
que sobreviven
bajo el invierno

largas conversaciones vistiendo
muñecas
acercar mi cabeza
un paso de baile
una vez

que no me atrapen las palabras

los brazos cargados de aromos
en el patio de casa
¿te acordás?

 

tierra de iapinilke

cuando el silencio
es un globo
dentro de las nubes
y viene del mar
el cielo negro
nos gusta salir de casa
liebres de olfato brillante
buscando
un hueco entre los arbustos
cuevas abandonadas en la tierra

ese regocijo
de orejas largas

no queremos cobijo

si fuéramos sal

si fuéramos un puñado
puesto en agua hirviendo
si fuéramos azúcar
nos derretiríamos
dice una canción antigua

huimos
en el mareo
del cielo
la inastantánea de colores
el arrebato

ya no hay aventura
que no sea ficción

el corazón
única reserva
de misterio
sus travesías
por el amor
o la violencia

ahora
cae granizo
regalo del domingo
interminable

los niños corren en lo blanco
no escuchan sus nombres
es la alegría
recién descubierta
la repentina primavera
del hielo
su gorjeo de pájaros
su deshacerse

que nos esperen
bajo los aleros nevados
chorreando agua el pelo
la risa de liebre

el abrazo
helado
violeta

 

cruza la luna sobre el agua

se alza el mar
cazado por la gravedad

como en los diez mandamientos
se levanta sobre sí mismo
deja la playa vacía
descubre cangrejos almejas dentaduras

hay que esperar seis horas
para que vuelva

esperar que la luna se mueva
hacia el otro lado de la curva del cielo

entonces
el mar regresa
desciende
se estira sobre la playa
una sábana

podemos amarnos
o dormir
o fingir
que no hemos visto nada

 

1.

si salgo al patio a entrar la ropa
me demoro
con el olor de las plantas
las estrellas
la mirada lenta
como si tocara la luz

yo misma un pañuelo
o vestido
suspendida
en los años
hechos hilos que brillan

*

Libro de horas, Buenos Aires, Bajo la Luna, 2017

2.

al sol
el cuerpo afelpado
de las mariposas
blancas apenas gris
las líneas negras del dibujo

las miro ir y venir
entre los rayitos
ojos torpes
para cosa tan liviana

entonces
una se acerca
–doy lástima en este reino–
se posa en mi pierna
………………el pantalón
………………que podría ser cielo
………………o enredadera de campanitas
y abre las alas

descubre dos ojos
oscuros
inmóviles
que se cruzan
…………con mis ojos

 

8.

cuando el viento se metió
en mi pelo
mi vestido
recordé que estaba
en ese lugar

el viento se acordó de mí

su lengua
vino a probarme
después de los pinos
la verbena
la lavanda

no abrí los ojos
fingí que no lo sentía
dejé mi oído derecho al hornero
el izquierdo al rumor de las campanillas

fuga de nubes
mi cabeza
tras las golondrinas

tenía los ojos cerrados
las escuché pasar
agitaron un poco
mi corazón

copa de los árboles
aquí de espaldas
ofrecidos
mis brazos a las hormigas
partituras para el silencio
que a nadie
digo

el verdeazul de un follaje
o el pasto
cuando me vuelvo de costado
cada brizna
brote
humedad
filo perfecto

el aire
que
entra
sale
soy

 

12.

por los álamos aprendí
lo invisible:

el aire que sube
se deshace
la forma del viento

o el lujo de la luz
a doble faz
que se reparte y multiplica
en manos corazón baja
visible como sombra
vaso de agua

vi la tierra girar
trecientas setenta y cinco veces
en un brote ardiente sobre el gris

y antes
era una nube
algodón el tiempo
prendido
a las espinas y los tallos
mensaje codificado para repetirse
con mínimas mudanzas
nidos de pájaros
conversaciones
que el rayo interrumpe

el temblor del mar
por los álamos
en mi patio inmívil
oscuro como un barco
y la notación manuscrita de la lluvia

lo demás
queda a cuenta de saber
si es condición de invisible
o lentitud
de mis ojos:

…………el churrinche iluminado
…………los bordes de plata
…………la calle Legh II
…………y cada uno
…………de los cabeceos del cielo

 

N. del E. Selección: Valeria Cervero (Pájaros o reinas) – José Villa (Libro de horas).


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