Pedro Mairal. Cipriano

Cipriano, de Pedro Mairal, Bahía Blanca, Ediciones Lux, 2017. Ilustraciones: Marina de Caro

(Fragmento inicial)

El Cristo de neón que dominaba
la sala velatoria en Gualeguay.
Cada generación dice haber visto al último paisano,
al hombre auténtico.
Usted nació en el Médano, en la Punta del Monte,
un caballo tobiano lo aplastó a los once años,
tirado medio muerto al lado del camino y el caballo pastando.
Y usted pisaba los cardales descalzo, Cipriano,
es cosa de costumbre nomás.
Y cuando anduvo llevando vacas, durmiendo a campo abierto,
se despertaba hinchado por los mosquitos.
Cosas contadas cerca del mediodía ya volviendo
y no en la oscuridad antes del alba.
Temprano no se hablaba,
sonaba Landriscina, la altura de los ríos, los mensajes:
atención estancia Marielina, mamá bien, operación diez puntos,
atención Las Barrancas, carneen el lechón grande,
llegamos el domingo, firma Luro.
Y le decía al gato No hay nada, Mingue, nada,
y el gato entre tus piernas, un maullido,
ponerse las Pampero,
echar los caballos en el rocío apenas había luz,
ensillar ese blanco de oreja torcida que había sido mío,
tomar mate cocido con galleta,
después de salir al campo.

Usted me dejaba seguirlo a todos lados, Cipriano,
sin querer enseñarme, un viejo sin máximas, un viudo.
Las lavandas en el retrato de su difunta esposa, once hijos con ella.
Yo dormía con usted en las piezas oblicuas pegadas al galpón
porque tenía miedo a la casa grande llena de ruidos y habitaciones huecas,
pisadas en la noche, comadrejas, fantasmas,
y esos que llaman ovnis son los soviéticos nomás,
o a veces saben llover pescados, me decía,
cae un bruto aguacero y al rato ya se ven pescados en la zanja,
mire si se le cae una ballena en la cabeza,
no caen pescados grandes, ¡mojarras! me decía.
Y esa vez cargando leña
cuando tiré viento abajo un palo de algarrobo
para cargar el carro y le pegué en la nuca
y usted dijo ¿quién fue? y yo dije fui yo
y su nuera lo curó con Espadol
y yo no quise hablar por varios días.

 

N. del E. Edición de lujo, con ilustración de tapa y seis ilustraciones interiores de Marina de Caro.


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