Julia Sarachu. Prometeo encadenado

Prometeo encadenado
Julia Sarachu
Buenos Aires
Gog y Magog
2020

La presente antología contiene la poesía reunida de Julia Sarachu, publicada e inédita, que fue organizada por la autora como un libro único. La obra se divide en tres partes o momentos: en la primera parte los poemas se relacionan con el relato colectivo de experiencias de la primera y segunda guerra mundial; la segunda parte Atavismo presenta una situación contemporánea que se encuentra estrechamente vinculada y se plantea como consecuencia de la devastación material y espiritual de las guerras, proyectada en perspectiva hacia un futuro distópico. El condicionamiento atávico de la experiencia contemporánea produce entonces una estructura básica de sentimiento, fragmentada o aparentemente irregular, que se repite a diferentes escalas en la tercera parte Fractalidad, donde un único sujeto lírico se transforma o reproduce en múltiples personajes que adquieren dimensiones fantásticas y mitológicas, como los héroes del cómic o el animé. Prometeo encadenado se propone como síntesis del devenir histórico del sujeto lírico a través del siglo XX, precipitado en profunda incertidumbre hacia el siglo XXI. El libro plantea la tragedia del hombre contemporáneo que, buscando ampliar el campo de su libertad y capacidad de acción, finalmente produce su propia esclavitud, el encierro y la sujeción a las máquinas y sistemas que él mismo ha creado para imponerse sobre la naturaleza y superar el condicionamiento de las necesidades materiales. La estructura social se ha quebrado, y cada fragmento empieza a girar sobre sí mismo. El sujeto queda aislado a pesar de la interacción, que es formal, proyectándose en soledad hacia mundos imaginarios.

La antología también incluye una selección de algunos de los mejores poemas de la literatura eslovena traducidos por Julia Sarachu, y ensamblados de modo que presentan el proceso histórico de la cultura eslovena en diez poetas.


De atavismo

[Había una vez un lobo…]

Había una vez un lobo y una niña que durante siglos recorrieron
el mismo bosque mítico. Todas las mañanas la niña se ponía su
capa roja y atravesaba el bosque con un canasto cargado de dulces
que su madre preparaba para la abuelita que vivía del otro lado
de la foresta. Cada día el lobo astuto engañaba y tragaba a la niña
y la abuelita, y un cazador justiciero lo atrapaba y abriéndole la
panza las devolvía a la vida. A través de los siglos, la repetición de
la fábula los fue acercando. ¿Cómo pensar a Caperucita sin el lobo,
y al lobo del bosque sin voracidad de Caperucita? Pero las
consecuencias de la desobediencia se perpetuaron en el tiempo
hasta desembocar en otra deglución: la fábula fue tragada por el
grupo de artistas M, y el valor ejemplarizador de la historia se
transformó en mercancía. El lobo y Caperucita fueron despojados
de sus atributos: la caperuza roja y la cabeza-máscara del lobo
también se exhiben y venden en la galería de arte MNM.


Último recurso

Quería proteger a mi familia
de la destrucción que me rodea,
sacarlos de la batalla
de ángeles y demonios, en Babilonia.
Dejamos todo,
la casa cerrada con el televisor,
la cama,
los armarios de ropa,
solo conservamos algunas prendas,
lo más cómodo y abrigado
para emprender un largo viaje.
Llevamos pañales,
cosas de aseo,
toallas,
mantas,
zapatillas y borceguíes,
y las mejores camperas.
Dejé los muebles y
las plantas en maceta,
y a la mascota del departamento
porque no había lugar suficiente
en nuestro pequeño auto
de tres puertas, modelo 99.
Llevamos una compu portátil,
no sé para qué,
pero la cargamos.
Yo llevé algunos libros,
la biblia, el i ching, las obras completas de Borges,
Edgar Allan Poe completo,
Platón,
y Shakespeare.
Y los libros que hice yo,
para tener una versión en papel
de mi memoria.
Salimos lo más rápido posible,
primero hacia Córdoba pero
decidimos seguir,
estaba llena de orgullo y aristocracia, tradición,
y demasiada gente altanera y rica
oriundos
de Capital Federal.
Fuimos a San Luis,
porque tengo
parientes eslovenos
un páramo tecno-medieval
donde reina
el tirano ilustrado;
no nos sentimos mal, pero quisimos
investigar un poco más.
Catamarca era hermoso
pero allí gobierna
una dinastía brutal.
Seguimos hasta San Juan,
nos internamos en el valle de la luna,
hipnotizados
por la belleza del paisaje
en eso vemos un alambrado, dejamos el auto,
bajamos, lo atravesamos cargando al bebé,
el alambre de púa nos arrancó la ropa,
desnudos subimos la cuesta,
jadeando llegamos a la cima,
por fin una explanada,
encontramos
un lago
300 kilómetros de diámetro
de agua
con cianuro
que dejó
hace algún tiempo
la Barrick Gold.


Velada literaria

Cada vez que escucho
a un joven poeta porteño burgués
hablar de la igualdad y los pobres
se me revuelven las tripas.

Esta vez fue en una lectura
en el congreso de la nación,
organizada por los hijos
del poder
que ganan cientos de miles de pesos por mes.


En la primera puerta me revisaron
en la segunda me clavaron
un micrófono en la boca.
Evadiendo hacia la izquierda
el salón de los pasos perdidos
entramos en una habitación lujosa.
Me acomodé en suntuoso sillón de cuero pensando:
cuántos asesinos habrían ideado
con el culo exactamente aquí
sus planes macabros.
Entonces un joven poeta gay burgués
comenzó a describir meloso
el torso desnudo de un villero
que quisiera llegar a ser
jugador profesional de fútbol,
mientras comparten juntos
una quilmes
en la vereda de un barrio que simula
el recuerdo de pasado
no vivido
del hijo del empresario multinacional de laboratorios;
por fin llega a la conclusión,
que todos somos iguales
repite frenético
“todos somos iguales”
el mantra reverbera y se disipa
“todos somos iguales”
en la inmensidad de las salas.

Clausura
una ovación furiosa que sacude los cimientos
y los cuadros golpean y repican las paredes
en la sala de los senadores.
Juro por Dios que nunca más
como esa tarde
comulgaré con los demonios.



Links

Más poemas y datos de la autora en op.cit. «Ciudad futurista»