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Como se lleva a un niño
Liliana Lukin
Buenos Aires, Ediciones Wolcowicz, 2020
A todo lo porvenir se le llamará duelo / Por Rita Krastman
Lo que nunca se fue es un regalo del pasado, dice la autora.
Alguien va a irse sin tiempo para exhalar el mundo y el dolor admite un hábito que traza su circuito imponiéndose como un personaje más de esta historia. Entonces es él, el que habla y se instala en la escena con una consistencia corporal necesaria, si bien prescinde con habilidad de cualquier dramatismo que pudiera tender una trampa. Dos versos en la mitad del libro lo definen:
El relato se me revela como si fuera de otra, me devuelve
al lugar con detalles escabrosos, pero limpios de dramatismos
El tiempo real está en el presente y la espera es la suma de instantes aislados. Por lo tanto el devenir organiza ese espacio en la intimidad del vacío, aun sabiendo que un ritmo hecho trizas será parte del futuro.
Y así se construye este poemario, con un lenguaje sólido como el dolor mismo, dando lugar a una tensión que atraviesa el texto con poemas entrañables como las situaciones compartidas: un escritorio, un libro, una música…
La palabra “ausencia” sustituye a la palabra “muerte” esa emoción sin cuerpo que aparecerá en algún momento. Poetiza la autora:
yo hablo en una lengua
para la que el futuro
está detrás y el presente delante
El sentido se pliega a un hilo de aire apenas para decir demasiado cuerpo en la encrucijada del amor. Ya nada depende de la causa sino de un pasaje incierto y a la soledad física se agrega la soledad que intenta captarse a sí misma.
Pero falta todavía y es inminente escribir para no dejar al desnudo el abandono, lenta curva de fluida pesadez.
En consecuencia, la escritura llena anticipadamente ese espacio que empieza a brillar como una vía láctea.
Así el lenguaje balbucea hasta que de pronto sucede y es extraño y real como una manta sobre un pasado reciente que no se acepta. ¿Existe el tiempo?
¿Existieron esas vidas de un andar dócil que ya no está?
Sí, alguien se fue sin tiempo para exhalar el mundo y a todo lo por venir se le llamará duelo como un paso que formará parte de una gramática de la memoria:
Como se lleva un niño, llevar la ausencia, mi duelo crecido
y alimentado mecerlo en brazos, contra el pecho rozarlo
rozarlo en el regazo con cuidado…
El lector por su lado, se solidariza con el dolor ante la palabra impronunciable.
Texto necesario como las notas de una composición que explica.
2
Duermo pequeña en la mitad de la cama y en la otra
mitad, los libros apilados
como “in media res” colgando de los rieles
en el desfiladero de los días, in media res
quedada, la vida, mi otro arrancado
de su carne, mi amor.
Enamorada del duelo no desear nada
no hacer nada, silencio y esta clase nueva
de soledad, dormir y cuando me preguntan
cómo estás, decir “mal”.
No pienso para no tener imágenes,
no tengo adjetivos, no provoco recuerdos:
una vida flotante en el afuera y otra
inmóvil entre nos, desvaríos intelectuales
para nombrar la tristeza
de tu ser mirado por mí, allí.
Él me llamaba cada noche que no dormíamos juntos:
durante diecisiete años su voz me daba paz.
4-2018
5
Cambiar las sábanas es como limpiar el piso:
nuestro yacer juntos deja sus restos como el caminar
deja su marca, y el polvo que se acumula en el suelo
es hermano de los olores y rastros que la cama guarda para lavar.
Cambiar las sábanas es ver la sombra
de lo hundido por el peso de nosotros
los cuerpos casi siempre en el mismo lugar.
lo que nunca se fue es un regalo del pasado.
10
Cada vez que hablo de la muerte me quedo
sin voz, sin palabras me quedo, afónica
otra vez y otra vez y otra vez.
Así hasta que estoy llena, plena, de vacío.
Cada vez que hablo de tu muerte
te trago en un hilo de aire, me ahogo de ese saber inconsútil,
constructivo de un consuelo inútil como el olvido.
“Digan lo que digan, yo sé”, decía él, y esas voces
que vuelven de modo aleatorio no hacen
menos amable lo que fue su vida.
Me visto con sus camisas como si lo llevara puesto,
Mi doble, superpuesta piel, y eso me da alegría.
Me desvisto de todo, uso el despojador de vidrio y tiro
anillos, aros, mi consistencia metálica, casi mis prótesis: desnuda
me envuelvo con su bata, me siento a trabajar,
me quedo quieta, quieta, en él, con él
y aunque estoy en este mundo, el adjetivo no es “mío”,
ni el verbo es “soy”, ni el pronombre es “yo”.
13
“Mi amor” es un comienzo como “mi querida”.
que trae sus tonos, funda sus te perdí, yo te perdí,
vos me perdiste, él se perdió porque ya era tarde,
nosotros lo vimos partir, vosotros lo amaban,
ellos te aman
“nada” es una palabra que no tiene conjugación
más que en mí no hay ya nada
más acá,
la física no escribe poemas.
20
Comprender que sólo el resplandor de una imagen
puede trae una cadena de recuerdos,
y que una idea es más recordación que una imagen:
-he aquí la tristeza-.
Nada carnal vuelve ya en el aire que respiro,
como si una red finísima de delicadeza infinita
mantuviera alejado de mí aquello
-que he vivido-.
Él es más fragmentos de reflexión sobre el vacío,
escenas de su tránsito, actos que lo describen,
que una boca, una piel, un modo de aparición
-de la ternura en los cuerpos-.
Esta escritura ha elegido protegerme:
escribo estos poemas para no olvidar, pero pongo
mis manos, frente a mí-.
23
Releo una carta, encuentros feroces con cartas
donde narraba el fin de esos días aún cercanos a alguien lejano.
El relato se me revela como si fuera de otra, me devuelve
al lugar con detalles escabrosos pero limpios de dramatismo.
Y yo releo, absorta entre la letra y los hechos, abierta en dos,
Cortada justo al medio de lo que fue su vida.
27
Escribo una y otra vez “tu vida”,
“mi vida”, como un mantra,
hasta que la repetición
hace de lo que soy un puente vacío.
No hay otras palabras, todavía para hablar del aire
que respiraba, de sus ojos abiertos al padecimiento,
y de lo que amó y amé hasta el final,
ahora destinado solo a evocarte.
Seguir extenuando emociones, masticar
la pérdida de lo perdido, recrear la verdad
de tu vida, mi vida, sin repetir ni abandonar:
si hay una fórmula es mi deseo de desear.
Ninguna ley me da letra ni motivo, es el cuerpo el que pide más.
36
Tengo demasiado cuerpo en juego: lo que éramos,
lo que somos, lo que no termino de exhumar
en ninguna escritura. Soy sola, y eso no me impide ser
múltiple en las encrucijadas del amor, soy es decir:
sangro por la herida,
aunque envío mensajes a otros mundos.
42
Como se lleva a un niño, llevar la ausencia, mi duelo crecido
y alimentado mecerlo en brazos, contra el pecho rozarlo,
rozarlo en el regazo, con cuidado
hago la vida mientras sé que él se alejará, de espaldas,
dándose vuelta para mirarme cada tanto, por eso voy
de nuevo atenta al niño que llevo de la mano
Liliana Lukin (Buenos Aires, 1951)
Publicó: Abracadabra, Ed. Plus Ultra, Bs.As.,1978; Malasartes , Ed.Galerna, Bs.As., 1981; Descomposición.1980-82, Ediciones de la Flor, Bs.As.,1986; Cortar por lo Sano, Ediciones Culturales Argentinas, Bs.As., 1987; Carne de Tesoro, Editorial Sudamericana, Bs.As, 1990; Cartas , Ediciones de la Flor, Bs.As., 1992; Construcción comparativa, plaquette, Ediciones Delanada, Santa Fé, 1998; Las preguntas, Ediciones de la Flor, Bs.As., 1998; retórica erótica , Ediciones Asunto Impreso, Bs.As., 2002; Construcción comparativa, Alción Editora, Córdoba, 2003; Teatro de Operaciones. Anatomía y Literatura, Ed.en Danza, Bs.As., 2007; Obra reunida.1978-2008, Ed. del Dock, Bs.As., 2009; Libro de buen amor, CILC Ediciones, Bs.As., 2010; La Ética demostrada según el orden poético, Ed. La Cebra, Bs.As., 2011; El Libro Del Buen Amor, Ediciones Wolkowicz, Bs. As., 2015; Ensayo sobre el poder, Ediciones Wolkowicz, Bs. As., 2015; Ensayo sobre la piel, Ediciones Activo Puente, Fundación Centro Psicoanalítico Argentino, Buenos Aires, 2018; Como se lleva a un niño, Ediciones Wolkowicz, Buenos Aires, 2020. El Museo de la Infancia, Espacio Hudson Ediciones, 2022. En 2013 se reeditó Cortar por lo sano.1983, Ediciones Pan Comido, Córdoba, Argentina y en edición epub, Carne de tesoro y Teatro de Operaciones.Anatomía y Literatura,para la Biblioteca Virtualibuk.com.ar. En 2016 se reeditaron Cartas (1992) y Las preguntas (1998), Ediciones Del Camino, Buenos Aires. Publicó, en francés: L’Ethique démontrée selon l’ordre poétique y Petite anthologie provisoire, plaquettes bilingües, traducidas por Jacques Ancet, Colección Teatro de Ideas, Bs. As., 2012, Calligraphie de la voix, traducción de Jacques Ancet, Alidades Editions, Francia, 2013 y L’Ethique demontrée selon l’ordre poètique, traducción de Jacques Ancet,Editions Caractères, París, Francia, 2014. Publicó en alemán: Vergleichs-Konstruktion, traducción de Eva Srna, Löcker edition, Viena, Austria, 2016. Publicó en inglés: Theater Of Operations/Anatomy and Literature, traducción de Natasha Hakimi, literal publishing, Texas, U.S.A., 2016. Publicó en polaco: Ensayo Sobre El Poder, traducción de Ágata Kornacka, ediciones del Muzeum Historii Polskiego Ruchu Ludowego, Biblioteca Ibérica, Varsovia, Polonia, 2017.