Pasajeras esas nubes. 7 poetas bonaerenses

Pasajeras esas nubes. 7 poetas bonaerenses
Selección y prólogo: Roberta Iannamico
Autoras: Lorena Curruhinca, Laura Forchetti, Natalia Molina, Eva Murari, Agostina Paradiso, Carolina Rack, Alejandra Saguí
Arte de tapa e interiores: Luciana Roldán
La Plata, Ediciones Bonaerenses, 2022


Esta antología es una iniciativa de la editorial que depende del Gobierno de la Provincia de Buenos Aires, fundada en 2020, que publica a autorxs locales cuyas obras distribuye en bibliotecas públicas, en escuelas y en distintas instituciones provinciales.

“Con la poesía como antorchas se reunieron estas 7 poetas. Todas nacidas en el sur bonaerense, ese territorio por el que se extiende la llanura y abarca el mar y también las sierras. Todas tienen libros publicados y libros por publicar. Aunque con distintas edades, transitan una historia en común: la del feminismo y la sororidad, la de ser chicas que escriben poemas, intercambian visiones, lecturas, y se hacen amigas.
“Ahora este libro es como un prisma. Entra luz purísima de la poesía y, como los 7 colores, salen estas 7 voces, 7 miradas, 7 poéticas que amplían el horizonte de lectura de la vida”.

(Fragmento del prólogo de Roberta Iannamico)


Lorena Curruhinca
De Una chica de río (2012)

S/T

1

No hay en el río ese plegamiento,
flexión del mar.
El arqueamiento es horizontal.
El vaivén es más sutil;
la mirada es la que necesita curvarse.

Hay que tirar piedras para hacer sapito:
perturbar la superficie.

Observo desde la orilla y puedo ver el otro lado,
sin la presión de la mística marítima.

Para nadar en aguas dulces se necesita del propio impulso.


2

Cada tanto, en el Río Negro aparecen toninas –especie delfín–.

Escribo forzando el lenguaje, sobre superficie acuática:
remover en las palabras para que el poema
mantenga la propagación de la onda.


Laura Forchetti
De Libro de horas (2017)

14
antes del mediodía
en el zumbido de los insectos
Marta me lleva por su patio

señala el pastizal

no se construye —dice
se deja crecer
no se pasa la hoja de la cuchilla
no se corta el pasto

que venga lo que aquí habita
no lo que sembramos
lo que viene solo
las semillas del viento
por azar por origen
por necesario

el pastizal no se construye
se alienta
se le devuelve la tierra
a cambio el ojo
se mira

volver al paraíso
amargo picante áspero
se prueba en la lengua
flores violetas
naranjas y amarillas
la barba de chivo
bajo una campana de cristal
espera la lluvia

guarda el agua
bendito sol
y noche

el pastizal llama a los pájaros
hormigas abejas
deja que tejan las arañas
velos de novia
cuevas hechas con las uñas

comeríamos el dulce
en la promesa de la flor
lámpara abierta de las tunas

Marta busca con las manos
entre los yuyos altos
secretos
desviste y descubre
amante
el otro cuerpo

el pastizal no da trabajo
no hay que carpir la tierra
quitar malezas hacer surcos
sembrar una por una las semillas
no hay que podar dar forma
arar para que suba
echar veneno
llorar por lo que se pierde
la vida seca
nada para pedir
no se pregunta
descalza

un estado del alma


Natalia Molina
De Poemas peronchos (2016)

Bajo la parra

en el puerto de rosario
ella forraba volantes de camiones
y bailaba por las noches
en un cabaret
con el cuerpo pintado de dorado
y su largo pelo negro
suelto hasta la cintura

me lo contó
una noche en el patio de casa
bajo la parra
tomando champagne
sonaban en el grabador
unos valses de strauss
le brillaban los ojos al reírse
después me sacó a bailar valses
mi mamá
bajo las estrellas
tenía puesta una falda blanca hasta media pierna
y yo un vestido con flores chiquitas

la glorieta estaba llena de esas flores
que nunca me acuerdo el nombre
y son como campanas naranjas
y les gustan a los colibríes

cuando se fue a dormir
quedaron copas
botellas vacías
algún plato de garrapiñada
sobre la mesa
se escuchaba ese rumor nocturno
de la sierra
algún auto que pasaba
grillos
ranas
perros ladrando
lechuzas chistando
en esa navidad de 1993


Eva Murari
De Inéditos (2019-2021)

¿Cómo decir
el color del cielo a esta hora
el viento que mueve la sombra
del mandarino en la pared?
¿Cómo decir el color
del canto de las aves el sonido
de la savia que hoy vuelve a subir?
¿Es la necesidad, la vocación
de sacarle una palabra
a este mundo
con esta boca
imitar los sonidos
traducir los colores el frío
en las manos todo
lo que pasa por el cuerpo?
Camino por el jardín
entre seres que murmuran
un lenguaje desconocido.
Agradezco.


Agostina Paradiso
De La hija del árbol (2013)

Pedido

a usted vengo: Ghenpín
deseo conjugar palabras
que sean semillas en la salita
en el jardín del suburbio

cuento con una escoba de trigo
que limpia todo aquello
que se aglutina y soberbia
dicen que me protege
a veces barre mi aula
“chimichurri-mate-caleidoscopio
papel glaseé-Currinca-aguafuerte”
estupefactas quedaron acá
dice mi abuela
que algún día seré una vieja clueca
pasaré largas tardes cosiendo heridas
con lo que no se nombra

decile un piropo, Ghenpín


Carolina Rack
De Rubios naturales (2013)

No quiere olerse las manos,
las deja lejos de sus trenzas
de su delicadeza de chicas con
cintas atando unas trenzas
las aleja
todavía está ahí en la piel, a pesar
de la lavandina y todo el cloro
del agua y los jabones y una colonia
de cuerpo body splash
la huella de la otra carne se guarda
bajo las uñas, en el pelo,
en las pelusas de la casa.
Tripas, sangre, palanganas de acero
con una tira que se enrosca, va
formando una instalación
de la carneada,
atajan el mejunje al salir de la
picadora, unos chicos se pelean
por usar la manivela
los dedos atan con un hilo
delimitan la tira, adelantan la repartija
tres horas de trabajo, tres kilos
ayudar en la carneada para comer chorizo en invierno,
la ofrenda para los de la ciudad
el que lleva chorizo a las reuniones
el que corta el chorizo y sabe
tener un lugar para colgarlos, que se sequen,
que no importe el olor,
mejor afuera,
en el chepie, un espacio frío
pero sin humedad, alto para que no lleguen los perros
cerrado por los bichos,
(los gatos, las ratas
–las huellas
dentales de la rata
en un invierno nefasto–)
colaborar con la carneada para darle
el puntapié inicial al circuito del chorizo
y sumarse a este u otro clan de carneada,
los parientes se resuelven por
sus apreciaciones del chorizo
por su habilidad para saber dar
y contar con la paciencia del recibir.


Alejandra Saguí
De Pareidolias (2014)

Está acá
el qué dirán
atascado al oído
martillo en suelo
pedregoso, inhábito

habrá que ver
cómo caen las palabras
con cubretechos tan
sólidos que resbalan

nada cae bien
nadie cae tan bien
ni el silencio respetuoso
(incomoda)
zanja por si el agua

cero ganas, pila, onda
agota
demanda tanto mantener
los tirantes

mejor sola
hoy cierre
bajo y el mosquitero
por si las moscas

libres los vientos
sin perseguirte
de más


Selección: Valeria Cervero


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Reseñas y notas. En Revistaruda / Suárez al Día / Télam / Tiempo Argentino