Sergio Taglia. Roto

Roto
Sergio Taglia
Mendoza
Ediciones Culturales de Mendoza
Primer Premio Literario Vendimia 2019
2020

Hospedaje

Leonarda me dijo qué cama elegiría
yo venía de pasar tres noches distintas
pero la saqué con el antebrazo
y corrí por la feria de al lado
donde las caras eran conocidas
alguien intentó venderme algo
alguien me tocó del hombro
a mí que no me gusta que me toquen
quise asomarme a una especie de patio
una herida de la realidad
en donde dos mujeres elegían una frase
me vi sentado en las escaleras a la salida de un baño
había restos de cebolla en el piso y de repollo
enamorado de las ensaladas de lechuga
me curaban la resaca
y del tomate de la palta y del ajo
sábados por la noche domingos a la tarde en el otoño
vi en los pedazos de agua de la cocina
el reflejo de los animales que más arriba
se acodaban en las mesas
me agarré de la frente
con un gesto de audacia
o de resignación nunca lo supe
Leonarda me esperaría con una comida hecha
y yo no pude moverme endurecí las rodillas
llenas de piel y de huesos
toqué otra vez con el codo el suelo poroso
y de mi bolsillo la cadera
en el aire dibujé una habitación
la borré girando el cuello y las cejas
el cartel en el umbral de entrada pareció moverse
o era una persona llegando
el viento en esa hora que empezó a levantarse
raspó mi lengua por el piso de concreto


Informe

Veo una marea de huesos
que todavía no han muerto
un despojo un abandono es lo de enfrente y lo de al lado
pero voy con mi piel vacía camino
es absurdo este empuje
qué quiere decir pero y qué quiere decir voy
todo menos tu ansiedad se anula al repetirse
en las esquinas te espera otro episodio
que de los colectivos bajando se detiene
una sombra pasiva los pasajeros acumulándose
a los costados de la chapa se dirigen
a sus encuentros a sus trabajos
nada va a sacar delante de mí esta nube
placer de reírse de las mesas de lata las sombrillas los insultos
a las nueve de la noche alguien se para a mirar los cables
que en el medio de los postes no se balancean
después baja la vista mira el reflejo de la gente en los vidrios
entonces trata de irse pero alguien lo llama
él corre
corre para no estar en la narración ni en los recuerdos de esas visiones
de esos enigmas deletéreos
o simplemente grises.


Mendicante

Dación Postura del cuello
repitiéndola con detalles que den cuenta
del lugar de la hora
posición de los brazos
inclinación justa
mentón labio giro débil en los dedos
hombros de ingeniero de abogado deudor
padre de familia escandaloso
mentor de planes
alejamiento de las olas para él que se acerca
ondas recurrentes
hacia un lugar fijo en su memoria
un lugar que se mueve por estar liso esta vez
un sitio detenido un cielo que se expande
hacia direcciones distraídas hacia letreros
porque una persona que lo quiso ya se fue.

Equilibrio del tono
distancia del balbuceo
movimiento extraño de los ojos
alimento consciente de los órganos
la máquina sin olvido no encuentra pasos
de una abertura a otra.

Mendicante transitable
con esos zapatos de marca sospechosos
para el que no se roza
para el que transpira gotas secas
para quien se ve junto a un envase proporcionado
la que se intuye en un isla acompañada
el o la que se reservan a una madurez de los sentidos
a no decir no cuando es no a no decir sí cuando es sí
para los inauditos que hacen un doctorado con desprecio de los otros los que
se mantienen en pobreza y por eso son meros representables para que alguien
aplauda a alguien.

El o la que olvidó santa nube cómo se habla
el o la que se olvidó de cómo se habla
el que abdicó la que abdicó.

Mendicante las olas se reposan
se transforman en rocas
otros animales transpiran delante tuyo
menos de lo que para vos es suficiente.


Subir de la tarde reflejada

Dotados de agua quieta
el charco y la mirada de alguien
que en el minimarket se emborracha
subir de la tarde a través
del olor a detergente en los vasos
primera sensación después pasa
permanencia del reflejo vereda que resalta su bloque
tobillos
sol que se quiebra
burbujas detrás peces urbanos chicles en la orilla
dos conocidos se saludan
uno de ellos tira la colilla que se apaga un instante antes de tocar el piso
vienen figuras a ver qué pasa con este narciso
detrás de las mesas que se llueven de las sillas que se tuercen
se fue babeado por el pasamano y la reja del negocio
regresar inmune signo en este caso de belleza
pero al que vuelve sin sabor el oprobio lo toma
y él invade con eso a los otros.
Vienen de otras provincias se juntaron hace años al costado de un arroyo
y con eso se quedan esta tarde en que solo están.
El cielo empieza a parecerse a una gota de agua que no se ve que no se
……………………………………………………..escucha que no surge.



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Reseña. En Mdz
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