Daniel Freidemberg

Un hilo naranja*

 

I

Real es
lo que
resiste,

ahí donde el
……..ángel
precario
que te habita
patalea enojado.

Real es lo que
………..responde
lo que no preguntaste.

 

II

Real es lo
que resiste, hay
un mundo en
el mundo

y un zapato
dos
zapatos
y un hilo naranja

ya sin naranja

ya sin nada que atar.

 

III

Real es
lo que
no da paso

o lo da,

lo que
no espera
que lo pienses:

“futuro” y
“pasado”, esas
palabras
endurecidas  por
el aire invernal,

letras
pintadas
en la vidriera
de la mente,

ceden.

Y la mañana
se termina y
al rato oscurece
fuera de todo
lo que
tengas que decir

y todo lo que
va a venir
tarde o temprano
etcétera.

La mano que
dejó la taza
tiembla al
anotar
esa palabra
que después va a tachar.

La mano que
dejó la taza
y al lado la taza
y una pantalla
que acá se abre
como el mundo
pero no es el mundo.

Bombas racimo y
fósforo blanco:
eso es el mundo,

y hojas caídas
del diario de ayer

y el canto del
siniestro pájaro
de las madrugadas
cuando ya no
puede ser tarde
ni alcanza a ser temprano,

y el sabor de la almendra, y
la cercanía de una piel.

Real es lo que
resiste, a
quién
le importa el
nombre
que vayas a darle:

eso que
viene y
se inter-
pone, entre
vos y la vida
es la vida.

Cuerpo en
el aire que
resiste el aire
que lo resiste,
materia en
gloria
de existir:

eso que viene a
darte a ser
en el mundo
lo que
sos de mundo.

¿o no
sos
mundo?

 

IV

La resis-
tencia de
los materiales

: nada
dice
nada
más.

Como quien
vuelve a
donde
siempre es-
tuvo,
tocar
lo que
no soy, lo que
me pone a ser
lo que no sé
qué puede ser,
lo que ahora,
donde estoy, está.

 

V

Corazón
o ave
buscando en
qué posarse,

ave de
pura pluma
de pensar.

Al aire el
corazón
o ave,
trata
de irse

de su nido en
la nada.

 

VI

De su
vuelo quiere irse.

No hace
sombra el
corazón

cansado de
ser y no estar.

 

VII

sobre los techos
eso que
llamaba “el alma”

acá la tarde
va a caer
sin alma

ya cayó

 

VIII

sombra del
corazón
en lo que resiste

sombra en
lo que
resiste
dice
con sólo ser
sombra, eso: “resiste”

 

IX

lo que se ve en
su sombra

la sombra que ahí
desde lo duro de
la rara materia
crea las cosas
que enfrentan la luz

 

X

Un hilo de
color naranja,
dos zapatos,
y, un poco más
arriba, al
costado,
la pantalla

dispuesta a en-
cenderse, a
distancia
de la respi-
ración de
la materia
que sos,

igual que
cuando va a en-
cenderse el alma.

 

XI

se dice,
a falta
de amor
de la materia,
“el alma”

 

XII

Sobre los techos
“alma”, una
palabra

que ya no sabe
decir nada

 

XIII

Puesta a encen-
derse el alma:
no la llaman

ni el par de zapatos
ni el hilo naranja
ni el reloj
ni los apóstoles
en la última cena
ni las cohortes
de los ángeles
que no escuchan nada.

Alma en derrota:
acá está el mundo

 

XIV

si va a llover, si
el mundo se fuera a ordenar
en el relato de
las cosas que están
desde antes, no vistas,
envueltas en su
propia forma, ese
………………….moverse
de lo que fueron a
lo que van a ser

charquitos de una rara plata
murmuraciones de
materia que cae

las cosas se
dibujan por sí mismas
en el presente y el pasado

el alma entre sus juegos
existe y no existe

a veces se permite
deshacerse, a veces
se empeña en relatar la escena

 

XV

real es lo que
resiste: amor
…………al orden
intraducible
del cosmos

hojas amontonadas
junto al cordón
reflejos en
vidrio y metal
que rui-
doso pasa
temblando sin fin

hacia algún fin

ahora y acá

el sol que transparenta
la última de las hojas
que quedan del fresno

no hay miedo ya
no hay maravillas

allá donde las cosas dejan
de decir su nombre, ahora y acá

 

XVI

la vida, eso que
te contaron
te contabas

ya estaba

la historia rompe como el mar
contra las costas
……………..sin alma
……………..de las cosas

cuando se enciendan, allá en lo alto, las luces
de los últimos pisos
cuando otra historia se quiera rearmar
mejor no esperes que vaya a comenzar la película

 

XVII

no se juntaron
junto al cordón
las hojas
para que las escribas

ni el brillo del
último sol
ahí, en las cúpulas
ni las manchas
de orina de perro

ni la irrupción
de esa materia
se produjo
para que vengas
……….y la mires

“ni la irrupción
de esa materia”,
escribo,
“se produjo
para que vengas
…….y la mires”

 

XVIII

real es lo que
resiste

letras en
un espacio
plano
tratan
(pobrecitas)
de hacer su trabajo

dar
lugar
a lo que nunca
fue la
mente, en
la mente

librar
de sí,
hasta
donde
(pobrecita)
pueda, a
la mente

 

XIX

real es
lo que
resiste:

un
paso, dos
atrás:

limpiar las
cosas
de tu pensamiento
percutiendo en las cosas

¿ese ruido son las cosas?

limpiarse
de historia arrumbada
como carcazas
(herrumbre y
vidrios rotos)
una sobre otra y
sin rodar ya,
raudas, al
viento, en
la carretera
de la mente
rumbo al
futuro, ese horizonte
abierto hacia un cielo
de película

 

XX

ajada, ahora,
llena de
manchas
como descas-
caramientos
de carcazas,
la película

y el alma que
le pide, a
la pantalla en-
cenderse

tan sola, ella,
tan
llena de
sí en su
enteridad
ridícula, en
su gusto
ridículo
de perderse allá en
lo alto, el alma

eso que empieza donde
se cortó la película

 

XXI

no hay más película
no hay ganas
de pulsar el botón
y que se encienda
lo que impide ver
la tierra arrasada

botellas rotas, bo-
tellas no rotas,
llenas o no,
o aplastadas,
epifanías del papel y el cartón,
formas de lata y plástico

los consumidos
residuos
del consumo
preguntando algo a nadie

la ocupación
del universo
por letras
que dicen de más

o testimonios
de una civilización
que tal vez sea la tuya

y los relumbres
del último sol
alto en las cúpulas
con lo oscuro ahí nomás

 

XXII

Altas, las
………..cúpulas,
hablan,
con sólo estar,
de una ciudad
que aún, a
pesar de todo, existe,

si alzás la
vista, si salís
del mundo en
…………..el que
…………..cada cosa
te dice “sos vos”.

 

XXIII

Primer o último sol
en la pizarra falsa
de las cúpulas
unos minutos antes
de lo oscuro, o después.

Como si se pudiera
tocar fondo,
desde el fondo
de la mar del mundo:

rugosidades
de la corteza del plátano,

un cientoquince en
amarillo y rojo
……………que pasa
(igual que pasa
–como dicen– todo),

letras
trazando el
horizonte,

flechas que indican
por dónde salir,

ese momento en
que una pantalla
se apaga o se enciende

y otra pantalla y
otra y
………no pasa nada,

lo que, al
plantársele a la luz,
…………….da sombra,

lo que mueve el tacto.

 

XXIV

Lo que cede al tacto,
………….esa promesa
de que las cosas vengan a
………………decirte “estás”.

 

XXV

Cedió al tocarlo.
Pequeña altera-
…………………ción que,
se supone, algo cambia.

 

XXVI

Cedió al tocarlo y
nada pasa.
Cedió al tocarlo
para que nada pase.

 

XXVII

¿Pasa algo acá o
……………..no pasa?
¿Y lo que pasa?
¿Sin vos pasa?
¿Si no vinieron
……………a pasar,
acá en el mundo,
para vos las cosas
………….no pasan?

 

XXVIII

dos pasos atrás,
tres cuatro
rearmar el alma
para que
se calle, y
mirar

o abrir la puerta,
hundirse
en el aire ruinoso
que se espesa

salir
“a lo que nunca
conocí”
lo que está

patria
de todo lo que
no se aprende a ser

y entonces
un pasito y
otro
ser
un poco
vos
lo que resiste
¿amor?
¿la tarde última?

ancho y
ajeno todo y
siempre recomenzado.

 

XXIX

Ancho y ajeno el
mundo,
……..siempre recomenzado.

Quién sabe, algo empieza.

 

XXX

Quién sa-
be, algo em-
pieza:
……..llovizna
que casi no
toca el asfalto,
el aroma, al entrar,
de la madera de
los muebles
en la penumbra
de la casa,
otra vez.

Abrir la puer-
ta y entrar
en la casa.

 

XXXI

Lo que
deja al sesgo
la llovizna en
el asfalto

No es que algo empiece
Ni termine: está

 

XXXII

No es la llovizna, es
lo que dicen
de la llovizna el
corazón
y el aparato
de la mente.

Llovizna nomás
….es la llovizna,
agua que cae
con poco peso
estableciendo una
leve distancia
entre lo que en el universo
no es llovizna
y vos.

O dado a ser
el universo
de otra manera
ante tus ojos.

No es “la llovizna”,
esa palabra:
es lo que
de esa palabra
sabe, el que la repite
como si rezara.

 

XXXIII

Y lo que la palabra
“llovizna”
pone a
despertar
ahí en la mente
del que ahora la lee

deseoso de
salir del alma
para estar,
igual que
la llovizna, en
el mundo.

 

XXXIV

Real es
lo que
no sabe, es
lo que no sabés:

la única cosa que
podrías saber
si alguna vez
fuera posible
……eso, saber.

No sabe lo real,
no necesita.

 

XXXV

Real, eso que,
sin tocarlo,
…………..nombran
los poetas realistas
para que otros, sin
tocarlo, digan,
como si fuera cierto,
………………..“lo toqué”.

 

XXXVI

Lo que se
………………..toca, al tocar
los nombres de las cosas,
son los nombres
…………………….de las cosas.
¿No son los
nombres de las cosas
cosas?

 

XXXVII

Tocar,
………como se toca
algún objeto que
no sabe uno bien qué es,
………………una palabra.

 

XXXVIII

Un hilo
……..naranja es
……..nada más
que un hilo naranja
……..y todo lo
……..demás que
……..pueda o
quiera verse
en “hilo naranja”
corre por cuenta
……..del lector,
si puede y quiere.

 

XXXIX

Real era o es y
lo acabás
de aplastar contra el suelo.

Crujió.

Cáscara, antenas, patas:
eso que ahora
tiene motivos para
saber que sos real,
pero ya no lo sabe

……….ni lo sabrá

ni de vos supo
nunca nada:
estaba en lo real
………………..y está.

 

* Nota del autor.
“Un hilo naranja” es la primera de las cuatro series de poemas, o poemas largos compuestos por unidades que tal vez puedan leerse como poemas independientes, que integran Materiales, el libro que desde hace algunos años estoy armando. Por algún motivo que desconozco, desde Cantos en la mañana vil ya no consigo escribir poemas que pueda reunir en un libro sino series, como si un texto pidiera ser completado por otros o dialogar con otros, para compensar la sensación de que siempre queda algo sin decir, o dar cabida a algo que la escritura de ese texto suscitó, entre otras posibilidades. Ya aprendí que, cuando algo en mi escritura se me impone sin que lo haya buscado, más vale aceptarlo y ver cómo de eso extraigo algún tipo de productividad poética.

 


Daniel Freidemberg (Resistencia, 1945)

Desde 1966 reside en Buenos Aires. Trabajó, entre otros oficios, de maestro de escuela, empleado bancario, periodista y crítico literario. Fue cofundador e integrante del Consejo de Dirección de la revista Diario de Poesía. Es autor de 16 antologías de poesía. Su trabajo poético y crítico se encuentra compilado en su página: Daniel Freidemberg.

Poesía
Días después del diluvio (Sel.: Aníbal Cristobo / Pról.: Jonio Gonzáles/ Posf: Diego Bentivegna), Barcelona, Kriller71, 2018
Abril, Buenos Aires, Barnacle Libros, 2016
Antología poética (2015, Buenos Aires, Fondo Nacional de las Artes, prólogo de Esteban Moore)
Sonidos de una fiesta ajena (2012, Buenos Aires, Ruinas Circulares, prólogo de Nicolás Rosa)
En la resaca (2007, Buenos Aires, Paradiso)
Noviembre (2006, Buenos Aires, Zorra Poesía)
Cantos en la mañana vil (2001, Buenos Aires, Paradiso)
La sonatita que haga fondo al caos (1998, Santiago de Chile, Ril Ediciones)
Lo espeso real (1996 Buenos Aires, Libros de Tierra Firme)
Diario en la crisis (1986, Buenos Aires, Libros de Tierra Firme, segunda edición 1989)
Blues del que vuelve solo a casa (1973, Buenos Aires, Ediciones del Escarabajo de Oro),

Ensayo y crítica
Cómo se escribe un poema (en coautoría con Edgardo Russo), Buenos Aires, El Ateneo, 1994
La palabra a prueba, Madrid, Cuadernos Hispanoamericanos, 1993
La poesía del 50, Buenos Aires, Centro Editor de América Latina, 1982

Links
Poesía. En Buenos Aires Poetry / Analecta Literaria / La Ficción del Olvido / JámpsterCátedra de Poesía Hispanoamericana / Espacio Murena
Entrevistas. En 1 Poeta 10 Preguntas
Video. Lectura y entrevista, en Verso Libre
Artículos publicados en op.cit.  «Revelación, contacto y movimiento»«El hambre no es simbolizable…» / «Un lugar del corazón»