Montserrat Álvarez. Nómade

Nómade
Montserrat Álvarez
Buenos Aires
Nebliplateada
2020


À la Villon

¿Qué se hizo Billy Idol? Las Muñecas de New York,
¿qué se hicieron?
¿Qué fue de tanto galán, qué fue de tanto valiente
y leal rockero?

¿En dónde está Johnny Rotten?
¿Dónde se encuentran Sid Vicious
y Mac Laren?
¿Decidieron los The Clash,
por último, que tenían que marcharse?
Los caramelos de miel
entre tus manos,
¿fueron, pues, interceptados
por tu madre?

Esta escena buena fue
si bien usásemos de ella
cual debemos,
para que cada uno baile
consigo mismo cual ríe
nuestro credo

Para que cada quien sueñe
al son de los engranajes
de las máquinas
Para que en la oscuridad
dancen los hombres sus vidas
solitarias
Para que todos escuchen
que Su Majestad La Reina
no es humana
Para que amen a los tristes
que a veces cantan y a veces
casi ladran
Y saluden a los locos
por la fiebre de la música
y del alma

Para que en el paraíso
no haya palcos ni platea
y en la entrada
no existan tarifas caras
ni baratas

Para que todos recuerden
que la noche eternamente
nos aguarda
cada vez que deseemos
celebrarla
con algo de ultraviolencia
en esa esquina
en la que confluyen todas
las guitarras
Nos veremos allí, hermanos,
tal como siempre hemos sido,
bien adentro
Y nos reconoceremos
de inmediato, hola, qué tal,
como si nada

Detrás de todo, Ian Curtis,
tan joven como la noche
para siempre,
con su hermosa voz de loco
desampara
y abandona a las tinieblas
la palabra


En la comisaría

Vengo a sentar la denuncia del extravío
de la contraseña para recoger la denuncia del extravío
del pasaporte que extravié, señor oficial
Extraviarse siempre es peligroso,
pero no hay que extraviar nunca el sentido del humor,
¿no le parece?

Qué cero onda pienso este cana de mierda
Encima que le bromeo pone feroz cara de orrto

Tiene miedo de escribir observo entonces
Es que no sabe escribir me asombro entonces
Tiene los ojos bajos tiene miedo
de levantar los ojos hacia mí veo entonces
Qué neciamente he juzgado a este hombre

A este hombre lleno de miedo que vino de alguna chacra
en medio de la nada
Es con T le digo seria lentamente
Ahí después de la N le indico con la punta del dedo suavemente

En voz muy baja se atreve a preguntarme
cómo escribir esta o aquella letra
Siento que empieza a angustiarse porque será muy breve este momento
y el mundo nos volverá a enfrentar como enemigos

Un bolígrafo que no fue hecho para su mano
Un mundo que no fue hecho para él y que no entiende

Empieza a sentirse triste pero no sabe por qué
así que yo le sonrío para decirle en silencio
que yo tampoco entiendo el mundo hermano
Que te juro que tampoco entiendo nada de nada


Las tácitas palabras del cliente

«Esto», me sonreíste, chiquilla, «tiene un precio»
Te sentiste tan fría y tan cruel al decirlo
Pero me enterneciste, la verdad
«A tu edad», te ensañaste, «una mujer
tan bella como yo
nunca haría el amor contigo gratis»
Intentabas pensarte como la triunfadora en esta lucha,
la que creó ilusiones y las rompió después
Dejé que lo pensaras, pobrecilla:
bien sabía que era para ti necesario
No hiciste un buen negocio

Soy un viejo, es verdad, y sin embargo
al conducirte hacia los aposentos
a esto destinados en mi casa
sentí tu admiración hacia mis posesiones
por ti atisbadas entre la penumbra
Los nobles materiales que te hablaban
de un mundo en el que no podrías nunca entrar
excepto en tu función de delicada puta

—delicada, mas convenientemente
calculadora a fin de no inspirar
al cliente el fastidio de los remordimientos—

Y el poder que palpabas de reojo
te llenaba de algo tan próximo al amor

que te sentí devota a pesar tuyo
como si el recorrer mi cuerpo aquella noche
—cuerpo acabado, es cierto, y nada apetecible—
fuese para ti honra y no mancilla

El amor de una noche, que enseguida
comenzaste a borrar de tu memoria
para mirarlo bajo la figura
del cínico interés, entonces fue real,
aunque no quieras verlo, pobrecilla

Porque tú me adorabas
Lo sentía en tu entrega
absoluta; más tarde, con esa lucidez
de la resaca que sigue al despertar
de una ebria ilusión —ilusión de la cual
tú, y no yo, fuiste presa— lograrías convencerte
de que no hubo en ti
pasión, sino artificio;
negocio, no arrebato, y la mentira
propia de un trabajo lucrativo

Pero yo sé más que eso, porque tuve
el estremecimiento de tu piel
De tu piel que no miente
La fiebre y el exceso que el goce representa
frente a la obligación; su gratuidad, que dice

esa fascinación inconfesable
que hizo mío tu amor por una noche

Sólo por una noche, mas entero
Breve tiempo de amor, pero amor puro
—si cabe hablar así de algo tan impuro
como es siempre el amor—

Eso me diste, que es como dar la vida
Y supe, como ocurre
inevitablemente en estos casos,
que habría bastado una palabra mía
para que te quedaras definitivamente

Nada de esto
podrías admitirlo, más aún que por orgullo,
por mero instinto de supervivencia

Y sin embargo
me diste el fino tacto de la amante
timidez de tus manos deslumbradas,
tu dolorida, extática belleza,
toda a mí, por completo

Calculadora y cruel te pensarías
ya tras el despertar, con la sonrisa irónica
de quien acaba de obtener ventaja
de un pobre incauto, mas los dos sabíamos
que en esta transacción perdiste tú, pequeña

Aunque burlona marches satisfecha
como quien ha cobrado una fortuna
y desplumado a un viejo
al que sonrieras en la cafetería,
sabes igual que yo que hiciste un mal negocio

Mal negocio
Me diste el buen amor de tu piel melancólica,
suavísima, la seda solitaria
de tu deseo famélico,
tu hambriento corazón, tu ardor innecesario,
de ímpetu suicida

Yo, chiquilla,
sólo te di dinero


Pájaro del balcón

pájaro que no sé cómo te llamas
pero que ni lo piensas y de repente cantas
y vibras todo de hacerlo con tal gana
y ni lo has pensado antes camarada
así nomás te lanzas
pájaro estás más loco que una cabra
al alba o al ocaso cuando cantas
me suspendes la clase y me borras el aula
qué digo borras todo cooperativas oficinas jaulas
abres todas las horas inminentes
como sabes que son: imprevisibles
porque no te resignas al día y lo celebras
inauguras la luz con tu voz buena
y antes de irte a la cama
abres y nos regalas la noche no estrenada
pájaro no te entiendo ¿por qué lo haces?
¿merecemos compadre que lo hagas?
qué idiota cómo vas a responder
si no posees inteligencia humana
por eso en cambio será que tienes alas
y que vuelas tan bien si lo pensaras
te caerías hermano
y ni muerto cantabas
ni el intelecto tienes
ni sus límites
por eso tu cabeza pájaro generoso
es como es, infinita


Sacate la careta

Llevás tu remera impresa
con lo que hay en tu cabeza
Pero a mí no me importa lo que creas:
Alanis Morissette siempre fue fea
y no puede existir nada peörk
que escuchar los chillidos de la Björk
Trabajás claro está en publicidad
y en tu oficina no hay solemnidad
Cuando vas a editar una revista
pedaleás para un look ecologista
Antes de estacionar tu bicicleta
escuchá bien: sacate la careta

Te volviste diyei para figuretear
Te pegan la onda rave y la tribal
y los tatuajes de print animal
Coleccionás muebles kitsch
y celulares vintage
y pins de Lilo y Stitch
y de Nippur de Lagash
Decís que antes del hip-hop
no existía Norteamérica
Sacate la careta

Te creés cool con tu Ipod con temas de Calle 13
tu remera de Ramones y tus championes Converse
Te llevás bien con tus viejos sin ser facho
y estás arriba sin pisar a los de abajo
Tenés amigos gays pero todos son artistas
y te gusta vivir bien pero no sos consumista
Tenés amigos hippies pero ninguno es vairo
uno nació en Berlín y otro vivió en El Cairo
Y tenés amigos zurdos pero ninguno es berreta
Pará de romper las bolas y sacate la careta

Creés que sos una persona auténtica
porque usás palabrotas con frecuencia
Creés que sos una persona sincera
porque fingís que el alcohol te libera
Tus pasiones son tan truchas como un alfajor Havanna
porque siempre que son muchas las pasiones son enanas
Sacate la careta

Te dedicás al grafiti porque no cabe en un link
Tu país espiritual siempre está lejos de aquí
Hacés yoga reciclás y pintás pareos batik
Como todo el mundo sabe
del desierto de Mojave,
solo si lo traen del Congo
te comerías un hongo
Con dar una pitada sabés si es de primera
Me recordás a Buda con pollera
Flotás con aires como de santa laica
colgada en una playa de Jamaica
Decís no aspirar a nada
que no sea el aire puro
y la experiencia concreta
Decís que al pintar fumada
alucinás que los muros
son los de un templo de Creta
Sacate la careta

Vas a la disco con mini escocesa
porque curtís hentai y pornos japonesas
y aunque no te interesa el sexo anal
tenés un novio que es metrosexual
Sacate la careta



Nómade, por Anahí Mallol

Si hay una verdad de la poesía, una verdad difícil de definir, ésta se hace presente en la lectura o la escucha, entre el ritmo y el sentido. Verdad o autenticidad, la cualidad se destaca cuando el poema impone su propia voz como algo acuciante, algo del orden de la necesidad. Una voz se alza para decir lo que merece ser dicho. Y surge, no como grito, no como crudeza del lenguaje, sino formada en lo poético como interioridad de la poesía como práctica de la palabra.

Así se escuchan los poemas de Montserrat Alvarez: juegan con la tradición, a la vez que la reescriben; desde las coplas de Manrique, a los textos bíblicos, pasando por otras modulaciones, rescata la entonación de Villon, barriobajera, callejera, inclasificable, justamente, nómade entre tierras, grupos sociales e ideas, pero también el tono de la mujer reflexiva, filósofa, de las letras por excelencia, Juana Ramírez, conocida como sor Juana. Voces que en este caso se hacen un lugar en la más absoluta contemporaneidad para hacer de la poeta una vidente, una analista social, una crítica literaria y cultural, una militante, una humorista, es decir, una poeta, que va desde el latín erudito a la frase coloquial: “yo tampoco entiendo el mundo hermano” para poner en escena la dificultad de “preguntarse por el magnánimo absurdo que es un alma”.

Usuaria de un lenguaje  social y de un paisaje textual, a la vez ajenos y propios, construye una voz única, que lee y reescribe en clave poética las cuestiones filosóficas esenciales: la relación con el cuerpo, con la divinidad, con la moral y, sobre todo, con la vida misma. A contrapelo de los aires de la época, y por eso encarnándolos en lo más profundo, invita a salir de la zona de confort, saltea los estereotipos, las fórmulas, los hábitos, se atreve a cuestionar a los maestros como Séneca o Epicuro, y hace su defensa encarnizada de la intensidad, el atrevimiento, al mismo tiempo que lleva a los lectores al abismo del profundo disgusto de sí de cuño baudelairiano, para mover conciencias muelles. De este modo la miseria material y espiritual no es escenografía o decorado, tampoco tema, sino la sustancia misma de que están hechos el lector y su poema. De allí su interpelación profunda y su no complacencia. Increpa a dios de manera no violenta, y da una vuelta por la que lo más humano, el amor, el cuerpo en su belleza y su capacidad de gozar, se vuelven un fundamento no individualista de la vida.

El uso de la rima, aleatorio, también de cierta recurrencia métrica, rotos abruptamente, por lo general al final del poema, subrayan su dicción como una proximidad con la arenga. No desfallece el tono, que alcanza su clímax en el poema largo “Filosofemas”.  Entonces pregunta:

Y dime pues
si es en verdad Tu pecho ilimitado
y no vacío chisme de teólogos,
¿perdonarás que hiciera de mi voz
instrumento de furia?
¿Que tan ensimismado corazón
contra todo latiera
con placenteras risas de arrogancia?

El nomadismo de Álvarez es esta potencia, la transversalidad de un ataque contra lo sabido, lo repetido, que ensaya modos de interpelación, que recorre con soltura ciertos hitos para decir lo que quiere decir, sin pudor pero con un estricto trabajo de los materiales, en los que lo discursivo del texto se mide con la tradición, filosófica y poética, para venir a decir, en definitiva, que pasó el tiempo de lo banal, que ahora necesitamos ir, otra vez pero diferente, en busca de la verdad.



Links

Datos y poemas de Montserrat Álvarez. En Letras.s5 / Círculo de Poesía / Zona Dark