Marcelo Barzan

Dibujos en la tierra*


1
Desde mi balcón puedo ver
ventanas
techos de zinc
que tienen parches.

Llegan los sonidos de la calle
los autos,
un ruido ronco
y otro
más continuo
y más suave que no puedo identificar.
Cada tanto un avión
un colectivo
quiebran la monotonía.

Un vecino
riega las plantas allá abajo
las paredes que separan los patios
tienen enredaderas
casi todas.
De vez en cuando una brisa
hace temblar las hojas
y las medias en los ténders
como el amor cuando pasa.

Ahora un helicóptero
traza una diagonal en el cielo
mi retazo de cielo.



6
Las casas se parecen
a la gente a veces
hay que ponerles parches
para que no entre la humedad.

La ruta se parece
a los padres, siempre
hay carteles con indicaciones
para que uno
no se desvíe.



11
Mirá nuestras ropas
tocándose en el suelo
se encuentran más y mejor
que nosotros
chocándonos,
apurados.

Como las palabras
que se caen del lenguaje
encuentran la poesía
más y mejor.



17
El rebote de la luz
del atardecer en tu pelo
y las calles polvorientas
del barrio en verano
son imágenes que vuelven
mientras camino
por una ciudad que no me conoce
y voy leyendo
los carteles de las vidrieras
para que no me cubra
la soledad.



19
Algunas veces la lluvia
venía a musicalizar la siesta
desde la cocina crecía entonces
el olor de las tortas fritas.


22
¿Se acabará un día
la ansiedad
de querer verte
todo el tiempo
necesitar saber
qué hacés
que no hacés
qué te pasa
si te acordás de mí
ahora?

Me imagino como un árbol:
se me cae una hoja
la miro
desde arriba
contento
se hamaca en el viento
la veo bellísima
como un hijo
caminando en el pasto.
Y si las lluvias caen a tiempo
antes de que alguien la junte
y la mande
a un tacho de basura
terminará mezclándose
con la tierra, siendo parte
del sustrato
de donde me alimento
sin saber.

Y si todo sale bien
y la suerte nos sonríe
quizás me voy a encontrar un día
haciendo cosas para nosotros
sin darme cuenta
y eso sería de verdad
por fin
amarte.


25
Tenés las piernas cruzadas
la cabeza
apoyada sobre las manos
juntas.
Vas en la misma fila
nos separan
un par de asientos vacíos.
Te veo dormir
movés las rodillas
¿Será un estremecimiento
por algo que soñás?

Quisiera estar ahí
del otro lado
huir con vos de los perros
por terrenos baldíos
o preparar café
y que me cuentes que tenés miedo
de dormir y no despertarte
o de que te llamen una noche
para avisar
que pasó algo.

Me dan ganas de escribir
sobre todo esto
entonces bajo la vista
para buscar una libreta
en la mochila.
Vuelvo a mirarte
ya estás despierta
con una sonrisa en la cara
contestando un mensaje
en el celular.


30
Mezclo los recuerdos
con cuchara de albañil
hay varias personas
que hablan a la vez
hoy resuena la voz de papá
que me enseña a andar en bici
el tiempo
rodando cuesta abajo
girando en dos pedales.

Ingreso a un paisaje
de fiesta de cumpleaños
quiero reconciliarme
con esa imagen
de chicos corriendo
y del otro que está solo
haciendo garabatos
con una rama en la tierra.


31
Hoy escribí otra vez
sobre lo que deja de funcionar
lo que muere
para que otra cosa florezca.
Hoy escribí otra vez
el poema del miedo
a la muerte de mi papá.

Me parece que esta vez
quedó terminado.


OTROS POEMAS

Verano

La cumbia sale de los gurises con mallas
y dientes brillantes.
El sol y el agua del río
las olas pachorrientas
el viento sobre los yuyos resecos
también tienen su ritmo su brillo
su baile.

Tus ojos mirando la isla, el ruido que hacés
cuando chupás el mate
mientras te acordás
de qué tarde qué brillo qué viento
qué yuyo.


No estás

Están los chillidos de los gurises molestos
están las huellas de pasos en la arena
está el ruido del agua el sol
agobiante en la espalda en la nuca
están los carteles de prohibido bañarse
están los pibes bañándose
está el mate con este calor el mate
¿será tereré?
Está el puente, dos ciclistas que cruzan
están parados ahora en el medio del puente
están sacando fotos uno señala con el índice
la playa agreste del otro lado
donde no nos dejaron pasar la otra vez.
Está el olor del agua del río
el olor familiar del aire húmedo de la costa
está de vuelta el ruido de los gurises que chapalean y gritan
otros más grandes tiran unas brazadas
intentan flotar.


* Nota del autor.
Los primeros ocho poemas de la presente selección forman parte de mi primer libro Dibujos en la Tierra, publicado por la editorial Halley Ediciones en 2020. El recuerdo de la infancia en un pueblo, la relación con mis padres y los primeros amores que se fueron dialogan en estos poemas con la soledad de un departamento en una ciudad que me es ajena. Los dos poemas restantes permanecen todavía inéditos y fueron escritos a orillas del río Uruguay en el verano de 2021.



Marcelo Barzan (Concepción del Uruguay, 1984)

En 2011 se graduó como Ingeniero Civil, profesión que ejerció hasta 2020. Desde 2013 está radicado en la ciudad de Buenos Aires y en 2020 publicó su primer libro. Actualmente está cursando la carrera Licenciatura en Artes de la Escritura en la Universidad Nacional de las Artes y se encuentra trabajando en un nuevo libro de poemas y otro de cuentos.

Poesía
Dibujos en la Tierra, Buenos Ares, Halley Ediciones, 2020

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