Milagros Losa

Debajo de esta lengua*

Poemas inéditos

1

La tragedia canta y nadie necesita. Salomé, canta, canta
y es un poroto bajo la lengua. Canta el poroto sube su brote.
El poroto pupila en la cabeza de Bautista.
Canta y canto yo que no soy nadie.
Y soy tu propia cara tendida vuelta y mirándose hacia adentro.
Salta, Salomé: tu pierna blanca sol blanca cielo retorcido.
La voz misma que enuncia al profeta emplatado
a las lombrices de plata escurridas de pozo en salto sobre la tierra.
Las que pisan los pies del tetrarca. ¡Pisan, Salomé! ¡y cómo pisan!
Altaneros esos los que quieren el baile.
Pisan en la altura y ofrecen el ruedo de la cabeza ¿del descabezado?
Los pies de todos de nadie
la lengua desmentida de los peces y la estirpe.
Canta, Bautista sacro prosaico ¡canta!
Canta la tragedia el eco de su muerte arrancada de sí
arrancada del deseo saltarín
y no como vos como yo. Soy cuerpo tu desdoblamiento primero
el surco que te tiende la mano el golpe. Me nombro capricho musical.
Piernas estiradas para Herodes. También me nombro: Salomé.
Te nombro Salomé. Y somos dichas en la boca del tetrarca.
O en la de Bautista que nada tenía que deberle su cráneo
al pálpito. ¡Nada! Nada a Herodías.
Tu desdoblamiento.
Desde adentro nos digo la voz: la que te va a cantar en el tiempo
canta que canta
y no el poroto. El poroto. Ella porotada también te va a cantar
en los témpanos del río.


2

Soy tu voz enunciándote, Salomé. Digo y soy dicha desde adentro
desde debajo de esta lengua la tuya falsa cantora deseante ¡deseadora!
Me digo desdoblada, vos y mujer pudiente. Te lo digo en lo hondo de tu lengua:
en la rueda de los nacimientos se entreteje la tristeza.
Tuviste todas para lanzar del vidrio la cabeza de Bautista.
De las piernas abiertas para el parto.
Y un día fue un prendido del cordón y otro ahí lo tenés alimenticio en bandeja de plata.
En bandeja, sí. Donde se sirve la tragedia
ahí el centro que nutre y desnutre al tragado –atragantado- por el filo plata.
Donde se sirve tu cara, Bautista: tu cara de bestia cantarina y rosada.
¡Cantora! La lengua que pide a Herodes sangre y piel hundida en asa de cordero.
La cabeza de Bautista: inofensiva mordiente de su propio hueso.
De su propio nudo él ese del cuchillo anudado al filo de su carne. Anudado al filo
que lo degüella. Cabeza ensimismada a la condena.
Con el poroto, Salomé, alimentaste a Juan Bautista.
Mil porotos. Y soy tu cuerpo desdoblamiento y no soy. Salomé ¿soy?
Mirá: las lenguas se arrastran por el suelo del tetrarca.
¡La cabeza de Juan Bautista! Del profético que se posó en el filo ¿en fila?
Hacia los descabezados.
Embadurnado de plata de la crueldad del vidrio. Tu cabeza es una bestia.
Se me revuelve el pálpito ¡por la carne de esa cabeza! ¡ésa!
Él sabe su peso su valor. Sabe el anarquista sabe del no deseo.
Del deseo concedido por Herodes. ¡Quién te mandó Herodías!
Vengativa nomás por tu marido muerto por su hermano.
Quién, Salomé, deseó en el lugar de tu boca.
Quién, Salomé, quiso ver en el profeta subversivo una bestia muerta.
Una bestia emblanquecida que no respira o respira. Respira para rozarse en el suelo.
Para tocar la tuya la de él la nuestra
musical el suelo del capricho de la culpa.


* Nota de la autora.
Estaba empezando (si es que se deja de empezar en algún momento) a incursionar en la dramaturgia. Con la lectura de las tragedias griegas, encontré Antígona, que fue el núcleo: tanto la clásica como sus reversiones. Todas cargadas de una rabia inmensa y lírica. También hubo otras –lecturas, no Antígonas–: una obrita de Cocteau, que fue un vuelo hacia el humor, y una Salomé de chacra (de Mauricio Kartun), que gira el mito bíblico al campo argentino. Durante el proceso me permití entrar en lo lúdico del lenguaje y correrme de la esteticidad de ciertos mecanismos que entendía como poéticos. Incluso, doblar el reverso de la imagen, dándoles vueltas a los límites de esa torsión.


Milagros Losa (San Miguel, pcia. Buenos Aires, 2000)

Estudia Crítica de Artes en la Universidad Nacional de las Artes (UNA).

Poesía
Mamushka, Córdoba, Postales Japonesas, 2020

Links
Entrevista. En La Experiencia de la Libertad
Poemas en El Poeta Ocasional