Poesía Mendoza. Parte 1

Con selección de Sergio Taglia, presentamos una serie de poesía mendocina actual. En esta primera entrega, poemas de Sabrina Barrego y Agustina Gramajo.*

Sabrina Barrego

 

De Trinchera (2016)

Las locas no tienen pudor

cuando voy desnuda
soy como un cuerpo
que pende del hilo
de una madeja.

 

Animal doméstico

la indecisión del sol
nos está matando.

la lluvia lava el polen
de las flores.

la mano que acaricia se desvanece,
el rastro de su tacto no se borra.

en su biblioteca,
la máquina que escribe
se relame con metáforas;

poco sabe
del hambre de las abejas.

 

*

Fragmentos de un poema inédito (2018)

1

dormíamos en una finca
lejos del pueblo.

patio y fogón

ruido constante
del viento
que no cesa.

Él abre los cupos del riego.

 

para el agua del desierto
hay que tener corazón jugoso y verde.
[García]

poderoso el instante
embriagante el perfume
de la hierba mojada;
los dos fuegos
dorados
la hierba mojada
por el agua
secándose.

la oscuridad
nunca absoluta
la cruz del sur
estrellas-fulgor
de los dioses-pata de choique
que habitan, iluminando,
el corazón de estas montañas.

una pechera de plata
símil lechuza
es sacada de un pañuelo.

la sabiduría ancestral
la sabiduría
de la Noche mana.

sueño con cuatro mujeres
-mi madre-
vestidas de negro:
como in illo tempore
giramos alrededor de la casa.

(…)

 

3

Año nuevo

El paisaje se desvanece
mientras las cabras saltan
entre las pircas
y entran al horizonte.

 

azules volcanes nacen

de este lado del cerro.

el cerro,
espejo del cielo;
el que es igual al otro
lo nombran.

la luna llena la intemperie.
el silencio aúlla.

el maulen de los muertos pasó por acá
y a su tayul lo silban todavía los vientos.

agazapada entre la leña
pido que no anochezca.

no se saltar.

 

4

más abajo
en un una ronda
se mata un chivo:
brota la sangre de la tierra.

en año nuevo

todos;
la yunta de niños
y la de viejos
comen la carne,
el pan con grasa.

cerca del fuego
soy arrastrada
hacia la casa.
sigo en silencio,
el grito,
aullido en la garganta,
a ellos
también les hiere.

*

el sacrificio
es un cuerpo leve.

*

el lonko (ojos de hembra)
me da en la mano
carne salada;
un hombre blanco vino del norte/
tenía tu rostro, dice.

en el monte
todo se vuelve nativo
y devora al resto.

y el alma del animal
se hace materia.

 

4

Él,
del agua del pozo
savia amarilla seca.
Él
y una daga
en la tierra
de mal agüero.

la sabiduría ancestral
la sabiduría
de la Noche mana.

por la noche
nos es prohibida la risa.
por la noche
la oscuridad roe la espalda
(el día se venera en la noche).

la noche me nombra
con la lengua de la tierra.

 

5

A veces, en el trecho negro arenoso que va desde el fogón hasta la ruka, se me aparecían esas extrañas cosas. Las llamaban por allí newenes o espíritus. Alguno quedaba allí de pie, en el aire, como la perra Centinela -oh, su alarido-, como una llamarada de coirones secos, como la tierra o el color amarillo.
A veces, por los senderos arenosos, algún muerto me seguía: su silencio y sus ropas ancestrales se parecía a alguna
ñaña con un pibe en brazos. Otros eran cuerpos ahogándose y caballos flotando sobre mi cabeza; seres tristes, casi inmóviles, que nunca se salían de su lugar. Estancias al parecer del otro mundo, casi eternas porque el agua las lavaba y abrillantaba cada vez más. Otros eran diminutos como ranas e iban todo el día de acá para allá, rondando la casa y ésos no nos infundían miedo si hasta les dejábamos tabaco y yerba en el monte.

 

6

Da miedo
soñar
& temblar
parece 1 impulso
que brotara
del filo rabioso del
aire.
[Papasquiaro]

la ráfaga del insomnio.
algo trepa por mis pies.
no estamos solos
mientras dormimos
en catres
cueros mantas tejidas
el viento ha encarnado en el
cuerpo de una anciana.

no
estamos solos
mientras dormimos
(el alma-newen del chivo
da vueltas por mis entrañas).

 

*

mil veces sobre la misma tierra (aunque siempre pareciera que fuese la primera vez) aparece el ngen del agua en forma de serpiente.
presente e invisible, Kai Kai Vilu hace ascender las aguas inundando las tierras bajas, los valles y serranías.
guiados por su estrella los hombres y las mujeres, formas dulces de tierra, elevan sus cánticos y promesas, sus súplicas y lamentos pidiendo por su salvación:

Xen Xen Vilu, que duerme en las entrañas de la tierra, también en forma de culebra de largas alas anaranjadas como las nubes errantes, busque lomadas donde aliviarse casi a la altura del inmenso sol. Y para salvar a los hombres y a las mujeres que caen a las aguas conviértalos en hermosos peces...

mil veces los hombres y las mujeres claman repitiendo un acto sagrado: el único digno de considerarse real.

 (…)

*

Agustina Gramajo

Mouchette

En esta pieza la gripe ronda
El conejo corre
El dolor en el pecho crece
¿Qué harán sin mí?  Y da un trago largo a la ginebra
Ya nos creía a todos enfermos
Hay un cuerpo que no camina entre las niñas que pasan
Escucha una canción los árboles mecen el cielo
Mi pobre niña cuidate de los borrachos
El dolor en el pecho, madre crece madre un baldío
Todas las niñas merecen el estiércol que les tiro
En el piso de colcha mi hermano sigue llorando igual que yo ha muerto
Nosotros quedamos en esta pieza
La gripe y los zapatos los heredamos
Hay un vestido azul que un día será mío
Rodaré con él en las colinas.

 

[Hay también muchas maneras…]

Hay también muchas maneras de suicidarse
en simulacros, las horas perdidas donde pensamos las mejores muertes
soportamos  el sol  lo enfrentamos
esperamos el sonido del gong que revele
una le ha ganado por unas horas en las otras hay un prado que arde
donde está mi padre esperando en llamas
y tu padre. Hay muchas otras maneras más
pero también se puede pasar feliz estando no muerto.

Lo mejor que les pudo
pasar a esos maniquíes
solitarias estrellas
de abajo
fue saludarse
con la mirada grabada
en los gestos pintados con fino pincel
que respondían con la misma respuesta
a dos preguntas distintas
¿Quiénes son, de dónde vienen?
Los cerebros que nunca fueron
En pedazos
Vieron los cadáveres levantarse
Bajo un cuerpo nuevo
Que reconocieron
Y tuvieron sus ojos
Que los vieron
La sentencia los hizo besarse hasta
Sobrepasar el tormento
Y olvidarse de lo trabajado y atormentado
Y perseguirse desde abajo como siempre
Desde abajo
con las cabezas
En diferentes
Y otros declives
Y si esto sigue abierto a qué hora cierra
a dónde me voy ahora que quiero bailar?

 

[Cuando estés afuera…]

Cuando estés afuera esa belleza atravesando la ruta y todas tus ruinas te amenacen de un lado a otro iluminándote. Hasta que corriendo al asiento de la parada del micro llegués a acostarte. Y mirando acostado el cielo estrellado como si la distancia fuese lo único que no dañase, otro gesto te abra más los ojos y veas que estás bajando dormido la escalera, que tu cuerpo se lastima. La vida es toda una falla, con la que se hace un pensamiento como este, que falla. Puede que esté muy mal la noche en sí. Estoy sola y todas estas botellas porque quiero que vivás conmigo y todas las promesas se abalanzan a la luz de las que llamamos calle pero te alucinan porque es el cielo que quiere mantenerte cerca y es lo único que te pide que sobrevivás a esta noche después de haber bajado los escalones con los huesos de la espalda.

 

Mientras veo comer arroz a cucharadas

Mientras veo apaciguar estómagos veo
Jardines abandonados migas de pan
Los que anhelan la nada; es difícil encontrar algo bueno en la nada
Enfermarse en la nada, los que se ríen de la nada
Por la nada que no miran ajenos
a la distancia que de la nada los separa
Querés escribir querés hacer algo con la nada
Reírse es más difícil la nada es fácil reírse
es difícil lo más fácil a mí me sale nada
la gente no me llama me piden pero
se acumula en mi espalda me hace corva
difícil hacer algo bueno con la nada
porque la nada es gentil se apoderó gentilmente
de mi mano; fue cortés
y me llevó a una cama a vivir sola
y ahora le pertenezco
La nada Sin embargo
Cuando la ventana se abre
y el viento pasa
consigue labrar en el final
algo realmente serio
igual a una cucharada de arroz blanco y seco para el estómago.

 

Superficie de intoxicación

Un  detalle de tu cara el apogeo de la luna balanceando un color ligero en las nubes
elevan mi intoxicación a la superficie.
Tus labios largan quieren Palabra mágica Anochece
el cielo nubla
Debajo los cuerpos colores barridos las sillas que habitan
el afuera minimarket.
Llueve sobre las cabezas monocromáticas
No más  pájaros altos  cruzan  cables mi cielo
Contaminado Atormentado mi cielo
El encendedor en tu mano   no anda
puedo definir tu temperatura con un dedo

 

San cabeza

Como un tapiz sobre la carne cruda en el sol de la pieza la cabeza hiede. Las moscas tienen vicios con sus propios órganos hasta chocarse con otro foco de atención endémica. Lo que aferra la cabeza de un muerto al resto de él lo que muda lo oculto es lo que duerme abajo suyo.

Momentos de un día hechos vidas hechos deformaciones pasan a esos cuarteles sin reconocimiento. Un cuerpo muerto para de crecer. Retrato de un espacio negado hueco de amor y  cabezas huecas que gritan a la vida vacía por el vacío que la conforma. Traza la encrucijada un pincelazo. Nadie vino nunca hasta ahora que tocan la puerta para fusilar al vecino que se asome amable, sin que nadie haga el gesto de saltar del reposo para desesperar más tarde de fusilamientos que resuenen en cada puerta.  Cuentan manos disruptivas en hombros y no hablan claro de un refugio real parecen jugar a la escondida. La sospechosa imagen de un punto simple; qué más merecedor que el mundo para ese gran fuego. Todo lo que existe va a poder con esa armonía como un soplo de aire fresco a la mejor herida. Mirandolá desagradable y atrayente. Para despejar arde la cabeza caliente se tira se patea a un campo donde a las flores les interese que alguien se les eche encima.

 


* Autoras

Sabrina Barrego (Luján, Buenos Aires, 1987). Participó como poeta invitada en el Festival Internacional de poesía en la feria del libro de Mendoza en 2016 y 2017. En 2016 editó el poemario Trinchera con la editorial Mar adentro de la provincia de Mendoza, que será reeditado por la editorial Perro blanco de Chile. Ha publicado textos en blogs y revistas virtuales (Emma Gunst, Córdoba, y Panero, Mendoza); y participado como editora invitada en la revista de la secretaría de cultura de Mendoza, El Viajero Iindeciso. En 2017 fue poeta invitada de La Juntada, festival de poesía joven de la Asociación de Poetas Argentinos de la provincia de Buenos Aires. Participa de la antología Puentes poéticos, Escritura de mujeres nacidas en Argentina y España entre 1976/ 1996, selección de Susana Szwarc (Buenos aires, Desde la gente, 2018).

Agustina Gramajo tiene 23 años y estudia cine. Vive en Godoy Cruz. No tiene libros publicados.