Curiosidades persianas
Gerardo Deniz
Buenos Aires, Seré Breve, 2020
Primera ed.: Revista Vuelta, N° 210, mayo 1994, México
La poesía de Sain-John Perse ha corrido con suerte -y es grato señalarlo- en lengua española. Indicaré, como primera curiosidad persiana, el hecho que consta en una bibliografía pero nadie aprecia, de que la primera vez que Perse fue traducido, lo fue al español, por Ricardo Güiraldes. Sólo nueve años más tarde, en 1925, llegó una traducción alemana, debida a Rilke. A partir de entonces se multiplican las traducciones a todas las lenguas, incluida la nuestra. De este modo, y aun sin salir de México, en los últimos tiempos han aparecido versiones nuevas y valiosas.
Algo más escasos han sido los estudios en español consagrados a la obra de Saint-John Perse. La presente aportación aspira a figurar en dicha categoría -sin la menor pretensión, por lo demás. Espero que la mayoría de los datos que expondré resulten poco conocidos. Inclusive una parte apreciable son nuevos, hasta donde estoy informado. Poco importantes, asimismo, y soy el primero en reconocerlo.
Sin embargo, siempre es interesante examinar la obra de un gran escritor, en especial si se observan hechos bien definidos. Creo que tengo algunos que presentar, sobre todo en ese inquietante capítulo de la filología que se denomina investigación de fuentes y de orígenes. Ciertamente, no es una labor que vaya a salvar al mundo, pero es intransferible el regocijo que experimenta el entusiasta de un autor u obra cuando, leyéndolo o releyéndola, o -lo más frecuente- al leer otras cosas, en apariencia sin nada que ver, surge una concordancia iniciadora tal vez de algún vínculo.
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Reseña. En Revista Ñ