Poemas y comentario de la autora* del libro Puede que la muerte mienta (Córdoba, Alción, 2018).
Natalia Romero (Bahía Blanca, 1985) es Licenciada en Ciencias de la Comunicación (UBA) y magíster en escritura creativa (UNTREF). Publicó el libro de poemas Nací en verano (Buenos Aires, El Ojo del Mármol, 2014), y el ensayo El otro lado de las cosas. La poesía como restauración de una voz en la obra de Diana Bellessi (Buenos, Aires, Blatt & Ríos, 2017). Desde 2015 coordina los talleres de escritura El Otro Lado de las Cosas. Dirige la pequeña librería A Cien Metros de la Orilla, especializada en poesía. Algunos de sus poemas pueden leerse en el blog Todas las Costas.
Plegaria
El futuro no existe.
Ella despierta
y es una mañana de gracia.
La beso en los labios,
no me reconoce.
La beso igual.
La tomo de las manos
ella tiembla.
Le digo hola querida, buen día
no te mueras, pienso.
Cuando la abrazo
la vida es una fuerza
inexplicable como Dios.
Alguien dijo que la muerte apaga
pero ella se alumbra.
Podría no mirarla,
saberlo todo, irme lejos
creerme a salvo
pero entonces algo de mí
no la amaría.
Puedo solo querer un milagro,
que siempre, siempre
la devuelva.
Temperatura
Entré a la pileta
y bajé los escalones
sin detenerme.
Una vez bajo el agua,
entero el cuerpo bajo el agua,
un nítido sentido de supervivencia
me despabiló.
Tengo un miedo menos pensé.
Me puse de rodillas
y fue,
la primera vez que el frío
se transformó.
Milagro
Alguien que podría nacer,
un almita dando vueltas, dijo.
Cerré los ojos
creí verla.
Era dorada y brillante
parecida a la luz
que entra por la persiana
cuando amanece.
Puedo escribirle como si estuviera
de ese otro lado.
Como si pudiera pasar por el umbral
que también a mí
me nombra, el rumbo
que todos compartimos.
Nací
sin la pausa de estar cerca
del cuerpo quebrado que tuvo mamá.
Pude haber sentido
una fuga,
en el vientre donde crecí.
El almita debe saber todo eso
que después
al abrir su boca en este mundo
para poder vivir,
olvidará
va a olvidar.
Miedo
Puede ser que ahora mismo nadie venga.
Nadie irrumpa en la casa
nadie corte el filo del alambre
salte el barro crecido
rompa el tronco de los árboles
o enfrente los ladridos de mi perra.
Puede ser que ahora mismo
me adueñe de la tarde
creyendo que el cielo
alumbra para mí.
Y que nadie venga.
Puede ser que deba quedarme
en esta quietud amable
que me pide por favor
no te vayas.
Puede que la muerte mienta.
Apuro la vista sobre las flores
antes de que caiga la luz.
* Nota de la autora
Empecé a escribir este libro hace más de tres años, después de haber publicado Nací en verano, el libro de poemas anterior. Creo que me di cuenta de que era un libro porque los poemas seguían en algún sentido abordando lo mismo, esa obsesión dulce que cada uno tiene, algo que si bien seguía dialogando con lo materno, con mi mamá, también se abría a dialogar con un mundo que había cambiado, se expandía. El libro está dedicado a mi mamá, Silvia, a quien creo dedicaré todos mis libros, y a mi gata Pepa, que murió unos días antes de que entregara el archivo definitivo al editor. La escritura la viví en dos etapas. En todo el proceso fue clave y muy importante el trabajo con Paula Jiménez España, primero, y con Diana Bellessi, luego. Ambas, poetas que admiro y amigas que adoro. Con las dos aprendí lo que lleva el armado de un libro. Los poemas se escriben, pero después hay que reunirlos, hacerles preguntas, encontrar su diálogo. Ellas dos pudieron acompañarme en ese proceso. Puede que la muerte mienta es un verso que se desprende de un poema llamado “Miedo”. Creo que en algún lugar la escritura, para mí, es una forma de dar con un miedo menos, una forma de ganarle a la muerte en el sentido en que vivimos más la vida, en el sentido en que amamos más el mundo.
Selección de Damián Lamanna.
Links
- Alción Editora. Sitio web
- Más poemas de Puede que la muerte mienta. En Malón Malón
- Reseñas. En La Nación / Muu