Bárbara Belloc

El sonido*

Inéditos


Soy el viento — sobre los mares
Soy una ola — de los océanos
Soy el grito — del tornado
Soy del pez — el del fuego
Soy un ciervo — de siete púas
Soy una gota — de cielo oscuro
Soy el águila — de alas nieve
Soy el impulso — de la devastación
Soy la fuerza — de la fuerza
Soy la palabra — de la cabeza parlante
Soy una lanza — que busca sangre
Soy la diosa — que incendia las cabezas
Soy el bosque — de todas las semillas
Soy la piedra — de todos los sepulcros
Soy la abeja — que tritura las colmenas
Soy el corazón — que incendia las cabezas

¿Quién, sino yo, pastorea la montaña?
¿Quién, sino yo, platea la luna?
¿Quién, sino yo, sabe dónde duerme el sol y lo despierta?

*

Los monos son peores que los gatos
en todo sentido. Roban fruta y la comen
tirando la cáscara al suelo. Seguramente
alucinan andando entre las ramas, el follaje
y viendo abajo: otros bichos, los insectos, los humanos.
Los gatos en Egipto eran sagrados y esculpidos
en piedra negra como la noche.
Pero el cocodrilo del Nilo es el más largo del mundo —
esa nave con conciencia que remonta el río entero
y es el fruto, después de la crecida, en la orilla.
Las orillas sembradas de cocodrilos. África alta y baja.
El sol. La estrella. La luna. El agua dulce.
Allí se bañan los perros y los monos, en grupos
separados. Los perros nadan como patos,
la cola fuera del agua como zorros que evitan la desgracia.
Los monos se mojan el cuerpo por partes y se secan
sentados en una roca. Las rocas resisten la corriente.
Dibujan en el agua con la espuma, los remansos
que se sueltan de sus bordes. Y así las rocas fluyen.
Las rocas fluyen.

*

Artemisa

Canto a la flechadora
Hermana carnal del sol
Que domina la montaña
De arco implacable
Apuntado a quien
O a donde hace falta herir
Porque herir es su máximo placer
Herir y escapar para seguir hiriendo
Hermana adversaria del sol autoelevado
Cuello muslos brazos blancos
Cuerda dedos ágiles pies
De tanto correr volar
Ella y su corte de ciervos salvajes
Las musas sedientas de ella
Las ninfas desnudas dragones
Alas gemelas tatuajes
Dulce tiradora oh celosa vengadora
Asolando el bosque otra cierva más
Otra luna errante otra vez te amo

*

Fragmentos

Filósofos de Queens. Filósofos de la Cruz Roja. Así se abre la puerta de la locura, que da a un valle nocturno donde ruge la corriente inversa de un río obsidiana. ¡Oh jardín de la conciencia!

No hay deseo ni las alucinaciones del deseo. Hay dos piernas que corren solas, desprendidas del torso. A la luz dorada del sol, dos piernas corriendo: la imagen de la libertad. ¡Vean cómo corren felices esas piernas de hombre!
Llegan a la orilla de un río a contrapelo del hilo de obsidiana. La cuerda de un finísimo instrumento.
Deben cruzarlo sin mojarse los pies, saltar no es una opción. Las piernas deben. Las piernas de.
Las piernas, esas hermosas piernastentáculos se preparan. Concentran la fuerza en los tobillos hasta que estalla. Ahí van.
¡Ahí van las piernas triunfantes sobre el monocordio!
Pero. Los pies chocan contra una laja, creada para que suceda esto que sucede.
La muerte, cuando quiere, tiene toda la paciencia del mundo.
La mirada baja y ve, reconoce.
¿Quién está a cargo de estas bestias?

Algo parecido aconteció con Kioko y su hija, en Hiroshima.
En este caso fue la niña quien buscó a la madre, para manifestarse.
Lo hizo en forma de cascada de arena.

*

Poema 39

Yo
Yo me afirmo
Afirmo mis pies
Los hundo en la tierra
Arena
Tierra arena
Tierra no
Arena
A esta arena la cruzó un camello
Que de noche
Tomó agua de una bolsa de piel
De camello
El camello es un obrero
De la construcción de un imperio
Pero de noche
Si puede se escapa
Por eso lo atan de este lado
Arena tierra
El mar madre de peces y venenos
Remeros negros
Cincuenta remeros de un lado
Cincuenta del otro y la nave avanza así
Se pierden los imperios
El hombre sueña con la mujer
No sé nada de su sueño
Yo me afirmo pero la cuerda se suelta
Yo me libero sin saber
Yo la libertad
Estamos juntos
Yo campamento
Hay que llevar un obsequio
Una cabra un collar de monedas de plata de oro de metal con una piedra
Yo estuve allí
Yo no me
Yo no me canso de rugir
Cae una estrella
¿Y si todas cayeran?
Camello obrero de la construcción de la desilusión de un largo viaje
Estamos juntos
Yo me afirmo
Yo tornillo
Y así partimos caminos partimos las aguas
Pero a las aguas no
No se dejan
Son caballos
Y no digan los caballos lo que no dije
Yo afirmo la constante oscilación
Primero a un lado después al otro
Amor y odio
El movimiento perpetuo
Yo siempre vos
Con vos
Estamos juntos
Incluso sin el equipamiento técnico
De una terminología sin los términos que terminen
Afinen
Pongan fin
Hundo los pies
Hundo lo que está junto no
Pero está junto
Este caballo duerme al lado mío
Y yo no puedo dormir
Vigilo mi costado animal
No lo vigilo
Vengo de la luz mala de cantarle
Los versos que no escribí
Los escribió el camello
Los descubrió
Parafuso
Palomo rojo
Y llueve y tiñe la calle principal
No hay nadie en este pueblo
No quiero decirlo para no levantar polvo
Yo no quiero yo
Algoritmos
No ritmos
Pero el traqueteo
Pero la montura
Pero la pintura roja que destiñe
En el mundo hay Pieles, Cráneos y Venerables
El movimiento viene de arriba
¿Y adentro del mar? ¿De la arena
Adentro del mar?
¿Adentro?
No como se dice sí
Como vuelan las semillas
Algunas se plantan enraizan asoman
Algunas se pierden en el aire
Esta es la primera parte
Adentro de tu cuerpo
Entre tu cuerpo y el mío pasan
Son es
El amor que sació el hambre y no
Por eso no tiene
Tiene hambre
Por eso los camellos pastan haciéndose los distraídos para acercarse a la línea de frontera y si pueden Escaparse
Dios no es una persona
Ni posee la tecnología suficiente
Yo corto mi lazo con dios
Soy una obrera de la construcción del fracaso donde no hay error
Vos sos así
Agua alga aura un día
Este
No me canso
No descanso partimos las aguas

*

De Canódromo (2015)

Ese mismo día, el discípulo escribió lo que le había dicho el maestro: el discípulo puede ser superior al maestro como el perro puede ser mejor que el cazador, el ciervo mejor que el perro que lo persigue, el caballo que el jinete, el instrumento que el músico, los súbditos que el rey.

Y a continuación fue anotando este listado de personajes: “Pordioseros, nómades llegados del desierto, desplazados por las guerras, hombres que trabajan de zapatero debajo de una sombrilla raída en cualquier calle, en el hueco de cualquier escalinata de Bab El Oued, zurciendo las suelas de los que tienen un solo par de zapatos y esperan descalzos, mujeres con hiyab que revuelven las parvas de desechos, verdura y fruta podrida, en los alrededores del mercado que ocupa una manzana y tiene cuatro puertas, cuatro bocas o anos, mancos y ciegos cantores, niños sin piernas que hacen teatro con las manos por monedas, hijos e hijas mendigos, padres y madres mendigos, abuelos mendigos con sus nietos, vendedores de revistas ajadas en francés (Paris Match, Vogue), de enchufes usados, suelas de goma, plantillas, cordones y botones, cualquiera de los que en un buen día comen arroz seco embutido en un pan, y entre ellos ningún ladrón, porque robar es pecado”.

Cuando levantó la vista, el discípulo vio que se había hecho de noche mientras redactaba, pausada y memorísticamente, lo que después tituló “la lista solar”, porque eran todos hijos del sol infalible, que día a día los baña, los ama y les tiñe la piel hasta dejarla oscura como la almendra, la canela, la seda de la piel de la almendra cocida con vapor de agua y canela al sol.

La lista era toda suya; no del maestro. Podía modificarla, falsearla, hacerle tachaduras, incluso contar una historia. Inventada por él. Encontrada por él, no el maestro.

Y apurado por el hambre, como quien pone la pesca del día sobre la piedra caliente sin ver lo que está haciendo, el discípulo escribió lo que había estado pensando sin pensarlo: “Odio. El odio al otro. / El amor al semejante”.Nota de la autora.


* Nota de la autora.

El sonido reúne algunos de los poemas que vengo escribiendo desde 2015 (cuando publiqué Canódromo, donde salvé una mínima parte de lo que había escrito entre 2009 y ese año). Con esto quiero decir: descarto mucho y publico pausado. Canta el trovista: “caminando descubres que el camino es más largo”, y es así. Mejor andar sin equipaje. Un bolso de mano, un libro futuro, como máximo.


Bárbara Belloc (Buenos Aires, 1968)

Poeta, traductora y editora. Tradujo del griego antiguo el corpus sáfico, junto a Alcira Cuccia, y la tragedia Ikétides, de Esquilo (de próxima publicación). Del portugués, a Fernando Pessoa, Ana Cristina Cesar, Angela Melim, y Mário Faustino y Waly Salomão. Y del inglés, a Gary Snyder y Kim Stafford.
Codirige con Teresa Arijón y Manuel Hermelo el proyecto editorial pato-en-la-cara, y es coeditora, con T. A., Cristóbal Zapata (Ecuador) y Renato Rezende (Brasil), de la colección Nomadismos, pensamiento y escritos de artistas latinoamericanos. También coeditó, junto a Arijón y Silvia Ortiz, la compilación de poesía continental Panamericana (Cuenca, Dirección General de Cultura, 2018).
Sus poemas fueron publicados en antologías argentinas y extranjeras (en Brasil, Estados Unidos, Alemania, Italia, China y Eslovenia, con traducción; y en España, México y Colombia).

Poesía
Canódromo, Buenos Aires, Zindo & Gafuri, 2015. Traducido al italiano por Lucia Cupertino: Cinodromo, Roma, Fili d’Aquilone, 2018
Andinista, Buenos Aires, Gog y Magog, 2009
Espantasuegras, Buenos Aires, pato-en-la-cara, 2005
Orang-utans, con Teresa Arijón y traducción al inglés de Hillary Gardner, Buenos Aires, La Rara Argentina, 2000
Ira, Buenos Aires, Nusud, 1999
Ambición de las flores, Buenos Aires, tsé-tsé, 1997
Bla, Buenos Aires, Ediciones Último Reino, 1992

Traducciones
-Del griego antiguo
Safo. Poema y fragmentos completos, traducción junto a Alcira Cuccia, Buenos Aires, pato-en-la-cara, 2005.
Del portugués
Ana Cristina Cesar. Medianoche/Mediodía, Madrid, Amargord, 2012
Angela Melim. Día más día menos. Obra reunida, Buenos Aires, pato-en-la-cara, 2017
Fernando Pessoa, Poemas de Alberto Caeiro, Buenos Aires, Cuenco de plata, 2015
Mário Faustino y Waly Salomão. Puentes/Pontes, Buenos Aires, FCE, 2003
Del inglés
Kim Stafford, Peace Warrior. Poems in English and Spanish, Portland, Stafford Press, 2019
Gary Snyder, Todas las palabras para decir roca, Buenos Aires, Gog&Magog, 2008

Links
En op. cit. Poemas: El Sonido / Traducción de Angela Mellin: Día más día menos
Poemas. En Lyrik-line, con lectura / Literatura Viva
Otros sitios. Evolucionaria_Revolucionaria / Nomadismos Argentina / Nomadismos Brasil: argentinos y mexicanos / Nomadismos Ecuador