Anja Utler (Alemania, 1973) es poeta, ensayista y traductora. Utler ha recibido distinciones importantes de la literatura germanófona; entre las que se encuentra el premio Leonce und Lena por el poemario münden – entzüngeln. Publicó más de media docena de libros de poesía, además de ensayos y teoría literaria con temática feminista y de género. Los poemas que presentamos pertenecen al libro münden – entzüngeln (2004), desembocar – deslengüeteo.
La escritura de Utler está llena de ecos y reminiscencias que van desde los mitos clásicos y las metamorfosis ovidianas hasta textos científicos actuales, pasando por el lirismo condensado en la tradición de Paul Celan. Utler crea una inconfundible comunión del lenguaje entre estilo, ritmo y sonido completamente única y original. A primera vista pueden resultar desconcertantes las novedosas operaciones creativas que abarcan: una prolífica fuerza neologística, una búsqueda casi arqueológica por capas semánticas olvidadas y arcaicas en las palabras; la variación de campos léxicos a través del empleo inusual de prefijos y sufijos que le otorgan a cada verso una cadencia singular, la descomposición de palabras, un uso idiosincrático de la puntuación, entre otras. Sin embargo, lo que podría llegar a resultar casi abstracto se caracteriza por una sensualidad inmediata y excepcional intrínseca al cautivador ritmo y sonido de estos textos. Pero también las temáticas de los poemas se mueven en un plano tanto concreto, y existencial como filosófico. La poeta recurre a las amplias riquezas terminológicas de la botánica, biología, física y geología, los textos remetaforizan procesos de dichos ámbitos para entretejerlos con aspectos íntimos de la condición humana: el cuerpo, el habla, la finitud, el sexo, el género, las relaciones familiares, mostrando así sobre todo los movimientos, las dinámicas, los cambios y las transformaciones entre ellos. En estos textos, todo fluye, aunque también se muestran fragilidades, rupturas y heridas desgarradoras. En su uso de los mencionados lenguajes técnicos, esta obra también se adelanta a uno de los temas más urgentes de nuestra época: la ecología y el medioambiente. La relación entre el ser humano y la naturaleza, las acciones del ser humano y sus impactos en el medioambiente se hallan de manera omnipresente a través de las diferentes secciones del poemario. La muchas veces dolorosa relación entre cuerpo y naturaleza se explora en ambas partes del libro: en la primera sobre todo en espacios forestales y edáficos, con un enfoque en los fenómenos del habla y de la voz; y en la segunda, en imaginarios fluviales, echando mano del amplio conocimiento que tiene la autora de la mitología clásica.
María Tellechea – Léonce Lupette
*
Anja Utler
Poemas de münden – entzüngeln,
desembocar – deslengüeteo
estar opuesto: un entrelazamiento en nueve partes
(primer movimiento)
I
sí, otra y otra vez descurrirse,
siempre, solo
soy murmullo soy: como
ser dañado, crudo
bajo el cilio,
crudo
II
— percibir:
surcar —
solo en los excorios: estar
desprendida, sentir, derivo ya: desvío hacia ti
desde: lo quebrado oigo — me hablas de
escombros, las escombreras del: enarbolar,
rosa, rueca de los vientos de: rotar hablas, pala
radiante dices — se: desvía, sí, desvío, cual
brazo, ala ara: su espalda, sí surca
los campos de fumarias, de ortigas muertas
y se hace romo: en la paletilla
III
— desprender: se
entierra —
como querer: encontrarse en
lo frondoso: devanarse hacia: aplicarse,
partirse como: devenir en: retina
para surcos, filones y: asparse por
completo, volverse retinervado tan
tembloroso una: mirada reja — veo asomas
tú hablas — como
entretejerse, enhebrarse: en la
nervadura espesa dura de ortigas muertas
fumarias; un latido — olvido —
sí oigo, percibo ya no
IV
— escurrirse:
hacia —
solo percibo: yo vértigo, sí, susurro — un murmullo
de arroyito, según dicen — no conocer, ya
más bien: precipitarse al fin
hacia: correr manar empezar derramarse
quijada en barricada: bien al fondo del valle
— cuenca, dicen — como: estar infiltrado
desde el: lecho de saliva al arroyo — descarga
del canal — emana, desemboca en
venas a raudales voraces, que se ramifican
en meandros — al: embalse – pómulo, que
borbotea y se entrecorta balbucea se atrapa: en nasas de
pinitos de agua, dentados, inunda en: boca talada
V
— estancamiento —
y sin embargo: recuerdo, no, no olvido
gestión de estanques se dice ahí veo colgando
terrazas acuáticas para cría de carpas, truchas excavadas
todo el invierno yacen vacías
los bordes el barro se alzan: resplandecen en la helada
y yo, desde luego, no permanezco ahí
VI
— afectar:
cruzarse —
al fin: caída, ya, como
cubierta poblada la: cavidad bucal
axilar: de juncos escarchada por
el aire, así, hielan — blanco: latiendo aún —
ya: se agrupan esporas en la
mirada vasta, tan solo: esparcida,
abierta, los miembros endurecidos
por aros de nieve: por escarcha
por el declive ya pertenezco, asimismo,
pierdo — tan solo poros — y me soy ajena
VII
— resitir:
arrimarse —
persistir aún y: quiero olvidar
ver oír tan solo: murmullo más bien
múltiple en la mandíbula el tocón de raíz,
tangible, el: barro en los poros
ellos: se escaman escaran — incipiente
sarpullido — supuran las manchas
quieren cuajar ser: corteza ser costra
con viento de noroeste en dirección a murmullo
masa de tierra tundra — yermar de áreas
dérmicas — ellas: me hablo salivo
en los eczemas, heridas, fin:
lobaria pulmonaria en lugar de vello
VIII
— estar a resguardo:
arder —
de verdad: masas de aire, ráfaga múltiple
sobre lo que secreta (..) golpes
de alas justo en medio de: los cilios,
permanecer apenas se inmutan: raspado
resquebrajado, incluso eso se aja: pleura,
elástica, tendida con capa de algas corteza
enmarañada por liquen costroso con
él, permanecer en: simbiosis por hambre
—según dicen—, zurcido con aridez sobre el
suelo así: se multiplican quiebran ya
bajo el paso de pájaro chasquido de dedos — devenir
múltiple — y se aferra, fíjate, a la
membrana abdominal
IX
sobresalto, al fin, y encuentro:
la laringe descarozada está
ahuecada las manos: la tocan
ellas: palpan, emplumadas, desde
el tórax se adentran
más entretejidos en: juncos tragar: luz,
gárgaras, oscuras sí, crepusculares
ellas: avanzan tejiendo hacia el cálamo el cogote
cavidades, hendiduras de
briznas de dedos de (..)
digamos: hacia las garzas — nidal
en la cana cantarin dicen — quiero estar casi
enredada — resto flotante — ser
pespunteada hasta la: ranura vocal rozo
casi tiemblo te vuelvo a escuchar: dices
canto tú dices canto — qué es: canto
*
En el laurel, la transformada Daphne ,
cuyo nombre mismo designa el laurel,
se concede al amado, transformado en poeta.
Karlheinz Stierle
El torvisco, como otras especies del género Daphne,
es muy tóxico. [..] El aspecto de las hojas es similar
a las de laurel, de ahí
el nombre genérico Daphne.
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para daphne: lamento
para mí: ¡como desespinada! por él como si: todo se hubiese
volteado me encuentro: olfateada, acechada, ahora − toda: el atosigado
sudor − con prisa yo: a través de ramas, maraña zafándome de él
estas: ahora me agarran enganchan azotan − más prisa −
los flancos ojos − no − (..) sé: preciso abrirme paso preciso
− a toda prisa − llegar hasta el río, río –
–
pedirle: agarrame un poco, padre, yo: te me sumerjo
en la corriente y vos luego: liberame − adentro − cual cresta espumosa
sí: como aire, aire −
y yo crespa me escapo de ti, en agradecimiento el rostro –
–
y, ya: salpicás me acertás: las ataduras − refrescás −
vas a soltarme, dejarme − en seguida, ya mismo −
−
es que no me dejan − no −
de qué: te apropiás −
vos mismo − derecho − encallé: en tu fondo
asfixiante, atascada: con una brazada, un tirón, no,
retuerzo aún me retobo una vez y me atronco −
debo: retorcerme, ocuparme: clavar la mirada
en la madera − de qué me despojás: de mí misma
−
veo, como último: eso ahora te adorna, así, mi
imagen cegada estará, tendrá que estar siempre, crispada, brillando contigo
y más opaca, vidrioso: así flota − tu agradecimiento −
en la mirada también del ojeador
−
en seco: mi brazo hace − ¡hizo! burbujear, cuántas veces,
los flancos, roer
ahora: me corroen, babean – montándose – sobre mí −
luego dan lugar: él se trepa hacia mí: y su carne en ardor −
¡húmeda! sin cesar − te yergues en mí, yo:
que esté en pie en flor incluso y rinda fruto debo: siquiera perder
las hojas, se me caen: tan solo frutos − es involuntario: así los doy −
se pudren, te nutren: tu fondo
−
solo resta atrofiarme, secarme: sufrir de sed puedo
oír: mi crujido ahora más seco despide a las aves −
¡chamuscá! te lo ruego, marchitale la sombra: de esta roja frente,
para que: se extinga − en mí: ese pulso de las puntas,
que me: desprenda − pura − ya aroma ya aire
deschispador que me rehunda hunda – follaje defoliándome −
en: los bajos, hebrosos retoños y él: se desprenda de mí
cerezoso, se expanda espumoso − chisporroteando: comé, servítelo, servite −
cada poro – una fuga: hizo agua para los rayos
el: calor que deriva: se frota hacia dentro allí
rezuma, se consume: el sudor de las células las desmorona
en una casi nada: granular
la cual – molida – se: mezcla con la arena y
con los pasos cruje