Jotaele Andrade. Cuervo negro, cuervo blanco

Cuervo negro, cuervo blanco
Jotaele Andrade
Buenos Aires, Añosluz Editora, 2020


Cuervo blanco, cuervo negro

yo dije al alacrán
y fue que su aguda saeta se clavó en mi lengua

¿fue real su veneno?

¿mi lengua hinchada y ardiente?

¿lo que maté bajo el peso del rencor?

*

y cada vez que repetí
alacrán
se movió en mi boca la pequeña alimaña

¿acaso me cuidé de decir
guerra
hacha
hambre?

¿preferí el reposo
la conducta aleve del que cubre ojos y oídos
ante la herida humana?

*

todo lo que vi
el olor de frutas y de muertos
las hojas crepitando su rumor sobre los días

las estatuas de sal con sus rostros dados vueltas

el hueso blanquísimo que la muerte lleva
y roe
y quiebra al final

la caravana de la noche herida por el fuego
por el mugido

por la cópula
por un fugaz resplandor

todo
era conmigo una misma saliva

¿moví una mano vacía y una mano repleta?

¿y con una tomé el pétalo purísimo de la luz
y lo dejé caer?

¿y en la otra guardé
la flor reseca de la memoria?

*

¿dije las partes y el todo con la lengua cortada?

¿dije la fiebre
su comitiva de fuego brotando en las arterias
sus oleadas arenosas en la carne?

cierta fue la agonía
las sucias medallas ganadas en la noche
la pólvora y su tela gris danzando hasta asfixiar
con su bufanda al mundo

ciertas las dos vertientes que tironeaban de mí
como dos caballos enfrentados

pero yo rompía la línea y el punto

yo admitía:


el punto


la línea

sí ambas y su neurótica persecución

¿pero el espacio y su punto infinito
y su línea trazada y destrazada
sus materias constitutivas que dan en el símbolo?

¿pero la geometría donde el fuego es una materia que se talla y da su veta inabarcable?

¿pero las grandes catedrales de la imaginación levantadas en la cabeza de un alfiler?

¿pero los caballos y sus melenas disputadas por la ráfaga y el trazo?

¿cantaba con la lengua atravesada por un puñal?

*

dije: no te poses sobre mi corazón
cuervo blanco
cuervo negro

hay en mí una caracola y su arroyo escondido
cuyas aguas cantan sobre las piedras

esa es mi voz
las blandas voces de esas piedras

ese canto sucesivo

*

mejor pasa hacia la llama
dije
y que sea el cuervo de la furia y su aleteo que astilla las ramas
pasa hacia el hielo y que sea el cuervo azul
de la distancia

y no graznes contra mi cara tu amonestación
tu breviario

en mi oreja hay una música que se ovilla
como un abrazo
como una tela luminosa y lejana a la que voy atado

no raspes ese oro
cuervo negro
cuervo blanco

detrás de toda dicha hay un hueso quebrado
el vuelo de la mosca

¿acaso el camino es la distancia?

*

¿dije
ah cuervo blanco
cuando vi la luz arremolinar como si tuviera frío?

ah cuervo solar más te vale vestir el rojo de la sangre
¿dije?

porque tu frío es el frío de lo que no tiene cuerpo
ni tiempo ni el habitado espacio de su límite
y habrás de pasar la idea de la mano a través de tu insubstancia

¿o fue en sí mismo
y apareció
a través de la idea de la carne
que necesita un elemento como necesita el río su agua para emerger río?

¿ah cuervo negro
dije
cuando chocaron las materias del carbón
cuando su ala negra dio la tempestad y la barca y su zozobra?

por qué no descansas
cuervo oscuro
y dejas pasar a través de tu ojo el corazón verde
del bosque
¿dije?
las criaturas que pernoctan en el límite de su fuerza

por qué no alisas tu pelaje con el alba
y así caes

te valiera cubrirte con el plumaje del pavo real
para no abismarte

¿o acaso aconteciste en tu hechura como acontece la curva
en el camino?

*

¿qué arrancas del día
cuervo negro?

¿la blanca mano de la luz cuando cae
tímida
y lenta
sobre la pánica desnudez de la carne?

¿la esperanza y sus ojos fijos
sobre lo inútil?

¿excavas el pecho humano
para desovar
para exhibir las rojas semillas de lo precario?

¿qué reclamas
cuervo blanco?

¿excavas en el vivo barro del corazón
para atrapar los gusanos del miedo?

*

grité

ea pajarracas!

cuando vi al cuervo blanco y al cuervo negro
disputando los grandes trozos de la cordura

dejen de picarnos los ojos
cuervo blanco
cuervo negro

de cantar sobre el surco enorme de la existencia



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Poema con comentario. En La Primera Vértebra, por C. Archubi