Derrotero Argentino: Guillermo Neo

La editorial Palabras Amarillas acaba de publicar Derrotero argentino (Buenos Aires, 2018). A continuación, un adelanto de poemas y una nota crítica de Natalia Neo Poblet sobre el volumen.*

Guillermo Neo (Buenos Aires, 1971) es Licenciado en Sociología y docente. En 2015, la editorial Neutrinos publicó su obra reunida. Más información sobre su obra y más poemas del autor, en el siguiente enlace de nuestra página.

 

Instrucciones y advertencias para su uso
1) Toda vez que utilice este Derrotero y se compruebe que la ruta ha sufrido modificaciones a lo que está aquí escrito, se ruega a los navegantes comunicar cuanto antes cualquier error u omisión o cambio del paisaje.
2) Este suplemento contiene todas las modificaciones realizadas hasta el presente, tanto en lo concerniente al río, a la palabra, como así también al derrotero del pueblo argentino.
3) Este Derrotero debe ser complementado en todo sentido.
4) Sinceramente hay un punto, hay un momento en que estoy convencido de que la poesía no sirve para nada.
5) A este Derrotero se le han agregado ciertos apéndices peronísticos en forma de apostillas.
6) La poesía quedó en la otra orilla.
7) A este suplemento se le han incorporado los volantes de correcciones de las veinte verdades del Justicialismo Peronista.
8) Las fuentes históricas utilizadas son de dudosa rigurosidad.
9) Es poco probable que luego de la lectura de este “Derrotero”, el lector pueda trazar ningún tipo de cartografía: ni histórica, ni poética, ni náutica.
10) El orden de los capítulos del “Derrotero” son casuales y fragmentarios, de ningún modo el lector podrá encontrar un Norte en el trazado de su derrota.
11) Este derrotero podría funcionar como un ejercicio de aproximación a un rumbo determinado, que oscilará entre un criterio estético – histórico y un criterio hidrográfico.
12) Al final del texto, el lector encontrará un glosario temático y algo azaroso de palabras.

 

1
Generalidades

(Río Luján) A 200 metros del muelle de surtidores del recreo A.C.A. y a 10 metros de la costa sobre el margen izquierdo, se encuentra a pique el casco del Crucero “Caraguatá”, señalado provisoriamente con boyarín verde. El casco inclinado; el hierro oxidado se parece al Poseidón del Río Luján.

*

Al terminar el primer día del viaje
el pelo se me ha endurecido,
la piel de la cara brilla su grasitud
y la sangre de las piernas se me ha coagulado.
Estamos a dos kilómetros de la ruta.

*

“¡Leña! ¡Leña! ¡Leña!” Gritaban los compañeros.
Las llamas purificadoras terminaron con el Jockey Club. El bastión de la oligarquía se quedó sin sus cuadros originales de Goya y sus tapices. Tituló el diario Democracia. Esa fue la respuesta al atentado terrorista durante un acto peronista en Plaza de Mayo que había sido llevado a cabo por un grupo antiperonista, ocasionando 7 muertos y más de 90 heridos.

**

2
Límites

(Canal de acceso al puerto). Pérdida del ancla. A los 112° 30´ del Pontón Intersección, ha sido denunciada la pérdida de un ancla perteneciente al buque San Benito.

*

Aquí entro yo, con mi derrotero, con mi vejez.
Arranco la ruta previsible de la autoestima.
La señalización es la correcta,
las luces de mis compañeros me conducen.
Hoy me levanté con suficiente actitud
como para afrontar el largo camino.
La ruta está definida,
solo nos queda unir un punto con otro.
En definitiva,
eso es viajar:
unir un punto con otro.

*

Coro
Estrofa 1º
¡Qué lindo, qué lindo, qué lindo que va a
ser,
el hospital de niños, en el Sheraton hotel!
Antístrofa 1º
¡Qué lindo, qué lindo, qué lindo que va a
ser,
el tío en el gobierno, ¡Perón en el poder!”

 

**

3
Extensión

(Isla Tres Álamos) En esta caleta se ha fondeado un muerto, señalado por un flotador cilíndrico pintado de negro, que sirve para amarre de embarcaciones.

*

Caminábamos sobre la mata de juncos y abrojos
levantando los pies como si camináramos
con zancos.
No llegábamos a ver el suelo;
suponíamos que estábamos
sobre un bañado.
Estamos a un día de terminar las vacaciones.
Mi ansiedad se interpone
entre mi torpeza
y mi vagancia.
Los fogones se distribuyen equidistantes entre sí,
forman un anillo que rodea al campamento.

*

“Cumple la Secretaría de Informaciones dela Presidencia de la Nación el penosísimo deber de informar al pueblo de la República que a las 20.25 horas ha fallecido la Señora Eva Perón, Jefa Espiritual de la Nación. Los restos de la Señora Eva Perón serán conducidos mañana al Ministerio de Trabajo y Previsión, donde se instalará la capilla ardiente”.
Tras su muerte, la CGT declaró tres días de paro y el gobierno estableció un duelo nacional de 30 días. Su cuerpo fue velado durante quince días.

 

Derrotero argentino, de Guillermo Neo, Buenos Aires, Páginas Amarillas, 2018

* Derrotero argentino

Por Natalia Neo Poblet

La poética de Guillermo Neo siempre me sorprende, me convoca y me resuena. Con el lenguaje exorciza la herida original convirtiéndola en cuerpo poético. Este bello libro de Neo tiene tres planos de lectura: el río, el peronismo y la desgarradura del Ser entre los que propone un diálogo.
Uno como lector navega con el Derrotero en la mano. Derrotero significa la carta que indica el rumbo o la dirección que lleva una embarcación durante la navegación. La propuesta es navegar entre palabras con este Derrotero argentino en mano, haciendo un puente para arribar a sus dos orillas: el peronismo y el Ser con sus contradicciones ahí donde nunca hay confort.
El Derrotero de Neo está al comienzo del libro en forma de “Instrucciones y Advertencias para su uso”, donde nos advierte de algunas cuestiones para su lectura. Paso a enumerar algunas:
“Toda vez que utilice este Derrotero y se compruebe que la ruta a sufrido modificaciones a lo que está aquí escrito, se ruega a los navegantes comunicar cuanto antes cualquier error u omisión o cambio del paisaje”;
“A este Derrotero se le han agregado ciertos apéndices peronísticos en forma de apostillas”;
“La poesía quedó en la otra orilla”;
“Las fuentes históricas utilizadas son de dudosa rigurosidad”;
“Es poco probable que luego de la lectura de este “Derrotero”, el lector pueda trazar ningún tipo de cartografía: ni histórica, ni poética, ni náutica”;
“El orden de los capítulos del “Derrotero” son casuales y fragmentarios, de ningún modo el lector podrá encontrar un Norte en el trazado de su derrota”.

El Derrotero argentino propone un eterno movimiento porque todo recomienza con una palabra. Como el río, no hay comienzo, no hay primera vez. Escribe sobre el río y sus adversidades como un modo de graficar el dolor, pero lo transforma en algo de lo vivo. En el río del lenguaje, Neo con su escritura traza las orillas y en el oleaje encuentra su modo y nos hace habitar su lengua. Su escritura corre como el agua del río y orillea el agujero de la condición humana. Pregonea entre el remanso y el oleaje, entre el cauce fluido y el peligro.
Y este Derrotero nos lleva a la derrota del Ser y de la humanidad: al tiempo que transcurre y a la vida que se evapora. A lo que se quiere decir y no se puede. A querer desear y su parálisis. A lo que comienza y termina. También a lo que nunca comenzó.
Lo indomable hace también su aparición. Lo indomable del río, lo indomable de las sensaciones. Lo indomable habita el mundo de Neo pero él doma a la palabra cuando escribe con esa precisión. Doma lo indomable por momentos y en otros momentos lo indomable lo doma a él. El agua del río encubre lo que no se sabe: la inmensidad, el movimiento incesante, la fuerza, la naturaleza, la sed, lo desmedido, en definitiva encubre la vida, lo vivo y la creación. El agua también es esa masa de lenguaje que por momentos salva, pero también es lo que nos hunde.
Neo con su Derrotero nos lleva de esta orilla del Ser a la otra orilla: la del peronismo en forma de notas aclaratorias. Neo encuentra en el peronismo la resonancia de su poética: la diferencia de clases, los cánticos que hacen a un pueblo, el ritmo y la lengua de la argentinidad. Derrotero argentino es un campo de observaciones minuciosas sobre el caudal del río; las superficies y el fondo del peronismo y el campo de batalla del Ser. Entre esas tres orillas navega Neo, se sumerge y nos propone como lectores dejarnos llevar por ese caudal.  El agua, en este Derrotero, encubre la creación, delinea las orillas, circula entre palabras y se evapora en el aire.

 


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