Eloísa Oliva

El foco de dios*

 Atila

Con la fuerza de la materia enumerada
los restos de una vida flotan
en la página del oficio judicial
“Un cuadro pintado al óleo, marco
dorado, con la imagen de la abuela
del Sr. Vinuesa. Un dvd marca Pioneer, una
mesa oval, madera y cuero”.
Así, el lenguaje de la burocracia repone
la banalidad de toda vida: 95 años
de ejercicio cotidiano de existencia
para ser citado por la materia muda:
el juego de living
que inauguró el sueño de la vida conyugal
junto al retrato
de la hija muerta y una cama
totalmente embalada.
Atila, te pregunto: qué fue del tiempo,
qué fue del ímpetu,
qué del amor y del sosiego.
Cuántas veces
pasó el sol sobre esta casa,
de qué sirvió.

 

Tres cantos a una bala

I

Un objeto opaco, de dimensión
casi insignificante.
Manufactura, metal, pólvora
cuerpo y casco.
La foto la muestra
como una gran protagonista.
Dentro de un círculo de tiza,
iluminada
por un foco cenital.
Sobre el asfalto, la bala.
Indiferente, porque ella en sí no porta
ninguna ética, ninguna moral.

 

II

La imagen de la bala me hace pensar
en el blanco, la tiza blanca, volátil.
En un soplo y
puede flotar. En la luz, el foco
de dios, los copos
iluminados
se expanden
con lentitud, a la manera, dicen,
lo hace el universo.
Las fuerzas de repulsión superan
a las de atracción
. Todo
lo que está unido
se dividirá,
dijo el I ching
cuando todavía, protegidos por el cielo de cristal
la nieve, calcárea, sobre nuestras cabezas
como esos recuerdos de los lugares fríos
que se borronean en las repisas.

 

III

El ritmo de la nieve me hace pensar
en lo que dura el trayecto
de la bala.
Desde el gatillo, el golpe al tambor
la propulsión, el impacto.
¿La muerte?, ¿el daño?, ¿la bala perdida?
El cine inventó la percepción
poniendo las cosas
a 90 cuadros por segundo.
La dilatación del instante, la atención.
La bala viaja
a una velocidad subjetiva,
la nieve cae
a una velocidad
subjetiva, la destrucción opera
a una velocidad
desconocida.

 

En la noche helada de Treblinka, noviembre de 1942

“De esa parte del campo
que llamaban el campo de la muerte, brotaron
llamas. Muy alto.
En un instante, todo
el paisaje, todo el campo
pareció incendiarse.
Ya había oscurecido.
Entramos a nuestras barracas,
comimos. Por las ventanas
no cesábamos de ver
el fantástico fondo en llamas.
Uno de nosotros se levantó. Sabíamos
que era cantante de ópera
en Varsovia. Se llamaba Salve,
y delante de aquel
fantástico telón de llamas
empezó a salmodiar un canto que me era desconocido
Dios mío, dios mío, ¿por qué me has abandonado?

Relato de Richard Glazar en Shoah, de Claude Lanzmann.

 

* Nota de la autora.
Estos tres textos son distintos entre sí y corresponden a  ensayos hechos durante el 2016 y que aún no se sabe qué forma final tendrán. El primero es un retrato de mi abuelo materno. El segundo es un desvarío mental a partir de los disparos al local de La Cámpora en febrero de 2016; el diario presentaba la imagen del casco de la bala disparada como el núcleo central de la historia y eso me llamó la atención, como si no hubiera acción humana. El tercero es lo que dice ser: un fragmento de Shoah, porque hay palabras mucho mejores dando vueltas y quise señalar las que encontrara, las que fueran precisas y lograran trasmitir una experiencia. Eso, creo, es el núcleo de toda escritura: borrar el lenguaje con el lenguaje y dar paso a la experiencia, a lo que pareciera no poder entrar.


Eloísa Oliva (Buenos Aires, 1978)

Es poeta y gestora cultural. Pasó su infancia en Neuquén, actualmente está radicada en Córdoba. Hace más de una década se desempeña en el campo de la comunicación y la cultura, vinculada al periodismo, la gestión y la producción. Ha participado de diversos proyectos editoriales, especialmente en el ámbito de la literatura y las artes visuales. Hace dos años participa en la planificación y coordinación de Espacio Antena, un ciclo dedicado a los nuevos medios, soportes, y a los cruces disciplinares (Feria del Libro Córdoba). Además, escribe con cierta regularidad en UNCiencia, agencia de comunicación pública de la ciencia de la Unversidad Nacional de Córdoba, y es parte de un comité que prepara intervenciones en el campo literario local, cuya naturaleza no puede aún ser revelada. Sus textos integran diversas antologías de la Argentina y fuera del país.

Poesía
Extractos del diario de Ana B un mes antes de cumplir treinta años, Córdoba, La Sofía Cartonera, 2013
El tiempo en Ontario, Córdoba, Nudista, 2012
1027, Córdoba, Nudista, Córdoba, 2010
Humus, Córdoba, La Creciente, 2005

Links
Poemas. En Eterna Cadencia / En un Rincón de mí Nacerá una Planta / Poetas Argentinos / El Muchacho de los Helados
Entrevista. En Malón Malón / 1 Poesta 10 Preguntas
Reseñas. «Detrás de los cables», sobre El tiempo en Ontario, por Leticia Martin, en Tónica / «Un libro cerrado», Sobre 1027, por Osvaldo Aguirre, en Las Vueltas del Camino / Sobre 1027, en El Lince Miope
Audios. En Audioteca de Poesía