En la Avenida Charly García. Dossier

El fastidio de la vida de hotel


Por Rodrigo Manigot

Hay un hilo muy claro en la discografía de Charly Charly, una obsesión que se repite a lo largo de su historia en varias canciones: la soledad. Sin embargo, no es cualquier tipo de soledad: es la soledad del artista que regresa de sus conciertos a sala llena, entra a la habitación de un hotel y percibe que la misma se ha amplificado. El mundo entre conciertos queda suspendido y el sentido de la vida se vacía.

En García este tema ya dice presente en Sui Generis. Un Charly joven proyecta el futuro y se imagina solo, con su soledad aumentada por ese montón de voces que le gritan y un millón de manos que lo aplauden, y el fantasma de alguien que lo sobrevuela en alguna habitación. Sí, “Cuando ya me empiece a quedar solo” (Confesiones de invierno, Talent Microfón, 1973).

En Serú Girán retoma el asunto pero desde el lado de la experiencia. Los años traen los shows y el profesionalismo, y en “Separata” (Serú Girán, Music Hall, 1978) García le escribe a su público imaginario y se confiesa: dice que no tiene ganas de salir a actuar. Asume que preferiría quedarse en el hotel leyendo (a Richard Bach y su best seller, Juan Salvador Gaviota). El encierro, la soledad, las manos que lo aplauden y el autoboicot a los conciertos ya aparecen y prefiguran lo que vendrá, aunque aún en una versión más naive.

Un par de años más tarde todos estos temas reaparecerán en “Yendo de la cama al living” (Yendo de la cama al living, Universal, 1982), pero pasado por el Marshall de los tóxicos. Charly se habla a sí mismo en segunda persona y busca retratar el vacío al que llegan solo las estrellas de rock. ¿Querías todo? Acá está, y tiene la textura de los copos de azúcar de las plazas. No hay nada.

Una canción como “Demoliendo hoteles” (Piano bar, Interdisc, 1984) es el paso posterior: no alcanza con retratar el vacío, hay que pasar a la acción. Con un delay de dos décadas, García traduce el manual del Pomelo Stone de la vida sin adrenalina de entre conciertos que tira televisores por la ventana de un hotel: Charly pelea con el fantasma de siempre y busca destrozarlo. Solo consigue reventar suites presidenciales y quemar las ganancias de sus cachets.

Todos estas obsesiones vuelven caricaturizadas en “Me tiré por vos” (Sinfonía para adolescentes, Universal, 2000). García, la soledad de los hoteles, el aburrimiento de las giras y una lanzada a la pileta desde un piso 9 con el fantasma de alguien sobre todo. Y la licuadora que se pone en marcha y alimenta el mito. Aunque además se vuelve material, excusa, relleno para escribir una nueva canción.


Rodrigo Manigot es músico y escritor, cantante de la banda Ella es tan Cargosa desde el año 2000. En 2019 lanzó su álbum debut como solista, Las cosas que inventás. Publicó en 2020 su primer libro, Donde no van las melodías.