Mariela Laudecina (1974-2021): «Que nos miren con la lupa del deseo» / Dossier

Dossier Mariela Laudecina / Artículos y poemas

Mariela Laudecina: poemas inéditos
Anticipo de su obra reunida

Foto, por Cuqui

De Mañana seré una foto

La cuchara con la que unto el dulce de membrillo
dice Hércules, Brasil
Suelo detenerme en esos detalles minúsculos
y al descubrirlos
me invade una especie de felicidad casi boba
Intuyo que me será revelada una historia
un destino, una dirección
Convertiría el metal en oro
No solo habría que saber ver, sino saber extraer
la parte soñadora de la cuchara
que sigue de espaldas a mí
con el signo de un mar cálido
o un carnaval en Río de Janeiro
¿Debería viajar?, ¿cantar bossanova?
¿cambiar el vino por caipirinha?
Ahora mismo le doy otro uso
Vertical se hunde en el azúcar
y chapotea en la piscina del psicoanálisis
Cuchara/ cucha/ escucha/si es cuchara
Soy todo eso y Hércules
La cuchara me cura
porque está hecha en Brasil
y la alegría no es solo brasilera
es mía
como la capacidad de reponerme con la humildad
de las cosas que tengo a mano.


Decís que la fijeza
es una de las formas de la locura
hablás de una conexión con el afuera
como posible rescate en momentos de parálisis
Y no.
Y es importante el punto al final de la oración
Ese afuera que también es adentro, sugiere
un portal hacia la luz
una canción que podría ser cantada por todxs
Desde acá, no mucho más
Puedo morir de amor
esa es la locura que logra desplazarse
Convierte al fantasma en una sábana blanca
de tela gruesa y calurosa
Vengo del fango de una familia pobre, incomprensible
hablo con sus voces
No se pueden extirpar las células de la leche materna
las expectativas y las piñas de un padre
son esquirlas que se vuelven reales
Hacer del humo sustancia concreta
ese es nuestro poder
De ahí mi necesidad de saber, otra fantasía
No hay cura porque no estamos enfermxs
solo nos han definido para no molestar
es un dique para un río que se desborda
Hay que destituir los nombres
Querer no es poder en esta casa
pero acá estamos.


Como el agua
clara y efervescente
es esta forma de entender
andar que baila al compás de ¡cuánto puedo!
No siempre tenemos la suerte
de ir en subida por el aire sinuoso
En picada voy, a velocidad luciérnaga
¿quién me quita la fiesta de las piernas? ¿la risa macabra?
Es difícil sostener el esplendor en este polo radiactivo
–Me gusta verme en vos–
y esta afirmación me hace sentir ridícula
Si una cosa es como es, pero nunca como aparece
se quiebra por dentro
Es la desgarradura que permite entender algunos mundos
así de extremo
así de monstruosa es la capacidad
Las estrellas de mar
cambian de género sin perder la forma
sin dejar de iluminar las profundidades marinas
Así de bella es la certeza de saber
como si realmente se supiera
como si realmente importara.


Quiero que me hables
me mires y me hables
Ya se extendió un puente levadizo
en el medio tiembla
la broma que también es bruma
No te acerques hasta que las sogas
zafen de las maderas
y el puente se derrumbe
Hablame, sin poder hablar
Ahí, se disipa el dolor
aunque no sepa de dónde viene la luz
y me olvide, cuando llegue a casa.


La casa es de piedra y el paisaje de ensueño
La comida, vegana y rica
El perro Django sabe todo
la gata deambula en busca de mimos
Yo pienso qué hago acá
con mujeres que dicen a cada palabra Hoponopono
y sostienen que buscamos ser golpeadas
porque miramos mal y decimos palabras violentas
Con gente que se ríe de cualquier cosa, pero de cualquier cosa
y cree que los duendes cambian los objetos de lugar
Vuelo de fiebre
Jonas dice que me estoy limpiando
En la charla de la merienda alguien habla de otras vidas
Digo que no creo en la reencarnación
y comienzo a flotar en una nube rosa de amor y paz
Ahora llueve
no puedo siquiera jugar en el círculo de los clowns
Me canso, quiero irme y es imposible
El último día conozco el río, casi no hablo
Me fascino con una viborita al costado del camino
y un cactus florecido
Me voy con una receta de queso vegano
con la imagen de una oveja y su cría
saco la cabeza por la ventanilla e inspiro profundo
porque no voy a volver.


Voy a coser este pequeño botón negro
que se desprendió ayer de un saco de lana
Tiré de un hilo y saltó
Hace años que no coso un botón
y me dio alegría tener la oportunidad ahora
Antes del confinamiento, hubiera quedado relegado
Un botón negro que saltó como ciervo a la orilla del mar
porque no hay humanos, me muestra una parte del mundo
El despegue de un objeto que provoca voluntad en tiempos raros
se manifiesta como la luz de una epifanía, corta e inolvidable
Algo habré podido, cuando lo mínimo se vuelve paisaje.


Que la memoria sea el gesto
de una raíz que vio el sol
y apunte hacia los ojos del árbol
Hay que desviar, la espera no consuela
se las arregla sola
Hay un saber de la sangre, de leucocitos
pero qué bonita palabra y qué engañosa
expira una vida atenta, expira el fin
Lo íntimo es un tubo por donde pasa la juventud
la pasión aguda se disgrega
nace de la luz y la garganta
de ahí el poder decir
que cura y nos da ligereza
acorralado se disuelve el conocimiento y nos perdemos
Recuérdennos haciendo dedo en el camino
que nos miren con la lupa del deseo
¿Me ves?
Mañana seré una foto.


En algunos baldíos
o en el borde de los caminos
crece una flor amarilla, de pétalos finos
Nunca supe su nombre
lo salvaje pareciera no poder tenerlo
Me llamaba la atención su belleza
solitaria en la tierra seca
Erguida parecía decir, acá estoy, sola
con el poder que se necesita para estarlo
No saber cuál es el capricho
de dónde viene la fuerza
de un nacimiento en medio de la nada
y permanecer
es lo que me hizo pensar en ella
Cuando tenía diez años
de paseo por el Algarrobal
donde vivían mis abuelos
se me dio por sacarla con una pala
y enterrarla junto a otras flores
pensé que duraría más tiempo si estaba acompañada
Ahora, supongo
que la indiferencia a los territorios fértiles
es su condición de fortaleza
Así me gustaría ser
inflexible en mi forma de estar en el mundo
y que eso sea todo.


De Poemas sueltos

10/8/19

En el mundial poético de Berazategui
al cual no fui invitada
me paré en el escenario y dije
Estoy muerta
mis palabras son el eco de las cenizas
C’ est ne pas una sábana blanca
tiene flores
porque a las muertas les dejan flores
huelen a claveles
y las más afortunadas, a rosas
La gente decía: está loca
Podía escuchar los murmullos y las risitas
hasta que subió un hombre al escenario
e intentó sacarme de un brazo
El chasco fue monumental
Le dije: vos también estás muerto
Y alguien le disparó en el pecho
dejándole un cardenal que se expandía por su remera
Y así, fueron pasando uno a uno los guardias
Morían como pajaritos
He robado palabras, seguí con mi discurso
y el mundial de poesía quiso que confesara
No le importó si estaba muerta o viva
¡Mostranos tu libro!
¡tu concha!
¿te editaron en Mondadori?
¿Te conocen los del filba?
Buh buh yo hacía como hacen los fantasmas
Y por ese escandalete
se acercó una señora con aros de perlas
y me invitó a una lectura a Colonia Caroya.


9/10/20

Me lo dijo en un audio, al pasar
como pasan, en el camino
los árboles, las casas, los perros y las criaturas
Te escuché mientras iba en el auto, dijo
Envolvente, tu voz en el parlante
me salía de arriba, de abajo, de los costados
Fue una experiencia muy íntima
Así cerró el mensaje, o diría el poema
Ahora soy su médium
y quiero invitarlo a tomar un café
Agradecerle por el espíritu que habló a través de mí
y quedó atrapado en caligrafía
como si fuera fácil ser música fugaz, pasajera en tránsito.


12/2/21

Impongo las baldosas rojas de mi terraza, las plantas relucientes
como una ciruela y por un segundo somos la ciruela y yo
Dudo de prender la radio
y ahora mismo suena un reggaeton malo en la vereda
Podría escribir sobre el ruido de los talleres mecánicos
los aullidos de perros y un cuarteto ahogado que trae el viento
Podría describir mi cocina, pero no me dan ganas
Espero a Laura que viene con verduras, frutas y una sonrisa
Voy a tener que levantarme de esta silla para abrirle la puerta
Eso ya me pone contenta.


28/2/21

Escribir es caer en un pozo
El sonido de la i abre, no sutura
Me estoy yendo sin retorno sin dormir
por el tobogán de la inconsciencia de los circos
Ay viajerita de pelos revueltos me saliste
para quedarte como pichón a la deriva
Animal de uñas ingenuas
me has hecho sangrar la médula a chispazos
Escribir es caer en el silencio de los que nada tienen
más que la predilección por los caminos oblicuos.


15/3/21

No soy lo suficientemente piña
para caerte en la cabeza
provocarte una herida
y me recuerdes
He caído en tu camino
aunque no sepas bien qué hacer conmigo
He saltado para dejar de ser un péndulo en altura
y tocar la tierra que se parece a tus manos
No tengo el perfume de la naranja
pero soy un fruto con aristas
que tu aire puede recorrer
Soy el pino que no deja ver el bosque.


19/3/21

Percibir en el aire que está por llover, nos deshace
entramos en complicidad con lo primitivo
nos confundimos con las señales meteorológicas
y somos el gesto de la cabeza que mira el cielo, y espera
He ampliado las fronteras cuando sé que pensás en mí
más allá que la verdad sea otra al final del día
Hay algo que siente más lejos que yo
Andamos alocados girando alrededor de nosotrxs mismxs
pero hay momentos en que los fragmentos de la percepción
son un pájaro en la mesa de este bar
y ahora ya no es uno sino muchos invitados
no solo por las migas
si no por el llamado de lo imperfecto
para volver a sentir que perdemos el control
ante lo salvaje y embriagarse de gorriones.


20/3/21

Me subí al techo y mi amiga me sacó una foto
Quería tener el cielo cerca y que el viento me levantara el vestido
como si hubiera trascendido y fuera verdad tocar las nubes
leerlas, ser una ficción en las alturas
Quedar desubicada porque somos seres de abajo
El arriba es nuestra fantasía
Me subí al techo porque el aire parece otro
para ser testigo de otra perspectiva
y después bajarme y contemplar la decepción
Mirar la foto y no verme a mí
si no a una chica en el cielo con vestido.


Foto: Macarena Simón.


11/4/21

Cayó una hormiga del techo
en una vuelta de página
que me recordaba una voz de terciopelo
Cayó como si del cielo se tratara
y caminó renga sobre las líneas de mi mano
La tuve así, un rato, dibujaba círculos
viejos que me recordaron el pasado de una niña
La dejé en el pasto y se perdió
me olvidé de la voz, del pasado
quedó la marcha silenciosa de su levedad
el tropiezo atinado del azar, su única vida.