Laura Forchetti

Tanu*

La figura de Tanu, hermana de Xalpen, es extraordinaria. Tanu es ancha y alta…Su cabeza es cónica…Como los demás espíritus, Tanu casi no tiene rostro…Tanu también representa a una pequeña ballena femenina (ochen) del cielo del Norte, porque en los tiempos hoowin, del hain femenino, la mujer que personificaba a Tanu se transformó en ballena.
Anne Chapman, Los Selk´nam. La vida de los onas


8 milímetros

fuimos a ver el cadáver
en la playa
ese gran objeto azul
carne casi negro
que arrojó el mar
con un gesto de maestro
de ceremonias
su gran reverencia
a nuestros pies

el olor era el único pensamiento

imaginaba que quedaría ahí
para siempre
en la arena
no habría forma
de quitarla devolverla
tal vez cortar en trozos
la grasa
el cuero oscuro
los huesos cúbicos
los arcos perfectos
y el cráneo largo donde hubo
olfato mirada orientación

un extravío que el mar
bañaría en cada marea

pero no quedó nada
estuvo para nosotras
una sola tarde
bajo el sol

llegamos en excursión
por el entusiasmo de mi padre
de llevar a las nenas a ver
una ballena
de cerca

un cachalote dijo

no me gustó esa palabra
me gustaba llamarla
ballena azul balleeena
ondulaba alrededor de mi boca

la gente subía al cuerpo desnudo
lo recuerdo—
como si no hubiera estado
vivo

hubo que lavar las zapatillas después
también las nuestras
aunque no intentamos subir

toda la playa estaba llena
de su materia derramada
canales en la arena
que el mar no alcanzaba
a lavar

mi padre hacía fotografías
pero ninguna quería detenerse
posar frente a esa cosa
pudriéndose en medio de la
fiesta

nadie se daba cuenta
que ya no respiraba
su gran pulmón de flores
de agua
árboles de oxígeno brillante
vuelto una bolsa arrojada
en la orilla
secándose como una cáscara

el revuelo de las aves
hambrientas
en medio de las cabezas
de los hombres
como recién creadas para esa
avidez

¿qué vimos esa tarde?


estación oriente

como una pequeña voz
señal al borde del andén
vení mirá
cuatro pétalos estrella
del campo migas
para los pájaros abejas
ojos míos Hansel y Gretel
a esa hora de poner
un dedo sobre la boca
nochecita

con el diente de león y la ortiga
las raíces que bordan la tierra
tapicería miniatura tallos
tendidos salvaje punzó

esferas más frágil que el cristal
constelaciones
agrupadas en torno al botón
blanco desde donde el fruto se abre
en cuatro mericarpos
cada uno con su semilla
estridencia escondida en el vuelo
justo el día que un pibe
dijo:
vi tu voz
correr por
el viento

y para mí el punzó fue la sangre
nacional esparcida
desde los libros de la escuela
y los años que vinieron a cumplir
su parte en el odio
de las flores al borde del camino

pero ahora estrella que me llamás
en la casi oscuridad del pueblo
me agacho a rozarte con los dedos
escuchame no sé vos pero yo

como la gota de la aguja en la yema
del índice que señala tu trashumancia
lucero
para el silencio que hacemos
que debemos hacer

conversar con tus veinte centímetros
a ras de la tierra
necesitada de tan poco
primavera que despierta
teru teru o el zorzal que anubla
el ojo de la tarde

no sé vos pero yo
esa gota de sangre en el dedo
que me llevo a la boca
dulzura que da miedo
aunque no es necesario
ver la sangre correr

ni una gota de tu cuerpo
derramarse
aviso del dolor
que nos cortaba la respiración

contábamos el aire entrar y salir
como aves migrantes sobre nuestras cabezas
que numeramos para ir con ellas
migas de nitrógeno oxígeno argón
anhídrido carbónico
vapor de agua

o las flores que ahora me señalan
esparcidas al final del día
para que sepa que estamos
juntas como esos pétalos
corolas en espigas ascendentes
roja verbena americana
después de las primeras lluvias
de septiembre


verbena punzó

la gota de sangre
rápida tan roja
un insecto que acaba
de posarse ahí
concentra la luz y arde
en el dedo
sin tiempo a pensar
qué fue qué fue

tiembla
un mundo minúsculo
……………………………………..refleja
fragmento del jardín
junto a la espina y gira
sorprendida del aire
oxidada
en el cambio de estado
del interior al exterior
definida perfecta
que quiero preguntarle
alguna cosa
que no sé

el rojo como una cápsula
de mí dentro de mí
capullo
—tan blanca siempre—
arrasa
con la palidez
como de la magnolia
la semilla

cápsula —dije— vacío
que si mirara
al microscopio
debería aceptar la
multitud o azar
que me trajo hasta aquí
toda la cadena
de abreviaturas

nada personal
nada que valga más
que el viento
arrastrando el polen
o los ojos amarillos
de mi gata
cuando vuelve a casa
colonias de corales
que el mar alimenta
rojos
como la gota roja
que viajó hacia afuera
con su mensaje

leo y olvido al instante

sobre el nudillo
que oscurece
ese color no humano
azul
la gota limpia flota
transparente
medusa de agua
dulce

tan intensa
no recuerdo si la llevé
a la boca
de mercurio esfera perfecta
pasé mi lengua
la fascinación inmediata
si la tragué
su imagen flotando
sobre mi dedo

no recuerdo qué hice
cápsula capullo
la lavé con la lengua
regresé
coral en el coral

camino inverso
de la sangre a la flor
verbena punzó
que me hablaba
sobre el campo
al anochecer la tarde
una vez

ahora es mediodía
veo la esfera del sol
en la gota
duplicada
como una miniatura
y oscurece


tanu

(Gritos de gaviotas)
La estoy esperando.

Lola Kiepja

el mar parecía volcarse
de su interior magnífico
carne que todavía mostraba
el alma o algo así
en ramos de flores marchitas
que olían como sólo
lo que estuvo vivo puede oler
borrar todo alrededor
hasta que la tarde sea eso

la gran vagina de la ballena
expuesta en la playa
derramando el agua
en olas ondas mareas
sin fases lunares
más que el cadáver
sobre la arena sin esfuerzo
dado al cielo y las aves
que vienen a comer

si fuimos criaturas
arrojadas al mar
para nacer que sea
desde este espíritu hecho de
grasa y leche y huesos capaces
de escuchar nuestra respiración
ligera y oscura
desde el otro lado del mundo


no digo dormir

Entonces el cielo y yo estamos en conversación abierta
Sylvia Plath

desde la orilla
mi madre nos saludaba con la mano

se veían tan lindas las dos
—dice después

teníamos que girar la cabeza
tragar un poco de agua
para verla

.

cerrar los ojos es más fácil
pero es mantenerlos abiertos
lo que empuja
el cuerpo a otra condición

horizontales

.

colgar
de cuatro corazones
que suben y bajan
transparentes de olvidados
en la boca de la marea

.


sostiene la sal
y el alerta
de las gaviotas
sobre los deshechos


no digo dormir


la cabeza echada para atrás
pierde peso
navega
como un mundo abandonado
a condición de pétalo

dulzura deshojarse


digo suspender
de un hilo
sobre el jardín

ondear en el aire


agua viva de la respiración
mudar
hasta el silencio
desprendido como un ojo

la joya verde de una piel
bajo la arena

posadas en el cielo
diríase
vos y yo


todas las voces son ojos que ondulan
detrás de una membrana

posadas en el cielo
diríase
vos y yo


envueltas en el calor
del cuerpo mismo sobre el agua

estrellas dadas a la luz de la estrella
largos collares de átomos enlazados
a pequeños diamantes


la mano cuenta millones
de cinco en cinco


imantadas en círculos
moverse alrededor
…………….treinta y dos rumbos
de la flor

sustancia sutil más que el viento
o la razón de la luna
ser

euritmia del vaivén de la playa


un pensamiento puede arrastrarnos afuera


no digo cesar

la gran extensión
extremadamente lisa

cada vez más plateada

mantenerse sin mutación
en un mismo lugar
digo


aguja que hilvana el ruedo
alza la luz
vendrá la noche


todo se aleja
se incorpora sobre la tierra

bastaría hundir el talón
para ser verticales


esperamos la próxima ola

la urgencia es una fracción invisible
el resto es mar


* Nota de la autora.

Un pensamiento sobre Tanu. Vuelvo a leer esta serie de poemas y me doy cuenta que, en mi cabeza, es la respiración el hilo que arma la trama de estos versos. La pequeña ballena, Tanu espíritu antiguo cruza el libro entrando y saliendo del agua, floreciendo su árbol de aire. La respiración, ese mecanismo delicado que nos alimenta, era una preocupación por los años en que escribí estos poemas: 2015, 2016, 2017, 18. La vida suspendida en el aire que entra y sale de nuestros pulmones, concentrada en ese movimiento que se volvía complejo  y esforzado. No en mi cuerpo, en otro cuerpo tan cercano como mi nombre. Y en cada inspiración, expiración, la naturaleza expandiéndose y contrayéndose a nuestro alrededor: la luz y la oscuridad, la inteligencia de las flores y los insectos, el aleteo de los pájaros, la sangre, las estrellas del camino, el mar sosteniéndonos como un globo, tan cerca del cielo. Y la voz, hija de la respiración, que nos reúne en esta conversación infinita que somos.



Laura Forchetti (Coronel Dorrego, 1964)

Docente de nivel primario y especial, orientada hacia la literatura infantil y juvenil. Coordina talleres de lectura y escritura. Su obra literaria recibió las siguientes menciones: Primer Premio en Poesía del Fondo Nacional de las Artes 2016 con Libro de horas; VII Premio Internacional de Poesía Infantil Ciudad de Orihuela, España, en 2014, con el poemario Donde nace la noche; V Premio Amanuense de literatura infantil y juvenil, 2018, con el cuento «Luciana Shu». Es una de las fundadoras de la colectiva feminista Y que los Platos los Lave Otro, de Coronel Dorrego.

Poesía
Libro de horas, Buenos Aires, Bajo la Luna, 2017
Pájaros o reinas, Bahía Blanca, Hemisferio derecho,  2017
Temprano en el aire, Bahía Blanca, Vacasagrada, 2012
Cartas a la mosca, Buenos Aires, El Suri Porfiado, 2010
Cerca de la acacia,  Bahía Blanca, Vox, 2007

Poesía infantil
Donde nace la noche, Pontevedra, España, Edit. Kalandraka, 2015
Oración a la Madre del Dulcísimo Corazón (ilustraciones de Graciela San Román), Bahía Blanca, Objetos menores, 2019
Un objeto pequeño (ilustraciones de Graciela San Román), Bahía Blanca, Vacasagrada, 2010

Antologías
Poetas Argentinas 1961-1980, Buenos Aires,  Ediciones del Dock , 2007
23 chichos bahienses, Bahía Blanca, Vox, 2005

Links
Más textos de la autora en op.cit. Pájaros o reinas / Libro de horas
Blogs de la autora. Todo lo Maravilloso / Paso de los Teros
Poemas. En Eterna Cadencia / Círculo de Poesía /
Entrevista y poemas. En Lexia / Vallejo & Co.